lunes, 31 de mayo de 2010

Reflexiones de un lector

Desde la invención de la imprenta el universo del lector ha cambiado profundamente, hemos pasado, entre otras cosas, de la lectura intensiva a la lectura extensiva. Es decir, hace unos siglos el lector tenía a su alcance una serie bastante limitada de libros que leía una y otra vez hasta empaparse de su contenido, mientras que en el mundo moderno el lector dispone de tal cantidad de libros a su alcance que normalmente lee de forma compulsiva uno tras otro, y podría estar así toda la vida sin releer libro alguno, algo que solo en rarísimas ocasiones hace.

Por otra parte el esfuerzo y la dificultad que suponía copiar un libro hacía de selección natural, de tal forma que los pocos libros existentes eran casi indefectiblemente grandes obras de la literatura o del saber de su época, mientras que hoy día se editan muchísimas obras de escaso o nulo valor, tanto en el terreno literario como en el del conocimiento. Tengo el convencimiento de que son muchas más las obras de escaso valor que las de cierta calidad, de forma que un lector actual sale en busca del libro de calidad como si de una rara avis se tratara, y es que para dar con un libro bueno el sufrido lector contemporáneo tendrá que leerse unos cuantos libros malos y para dar con una gran obra tendrá que leer varias decenas de ellos.

A estas alturas de mi reflexión creo necesario hacer constar la obviedad de que la invención de la imprenta es una de las mejores cosas que nos han pasado y que fuera de toda duda ha traído muchas más cosas buenas que malas, pero como toda moneda, ésta también tiene su cruz y me sorprende que nadie parezca verla.

Ya casi no releemos los libros. La lectura intensiva ha desaparecido y seguramente ese estudio detallado de una gran obra que termina siendo entendida en su plenitud tenía un lado positivo. Por otro lado el intentar buscar las mejores obras dentro de una oferta tan espectacular como la que hoy se nos ofrece se ha convertido en una tarea harto difícil.

Por muchos años que viva no seré capaz de leer ni la mitad de los libros que me gustaría, aun llevando una vida de encierro al más puro estilo anacoreta que, desde luego, no es mi caso.

La primera reflexión que me hago es que tengo que empezar a ser mucho más selectivo con lo que leo. Creo que empezaré a dedicar más tiempo a obras consagradas y desde luego a los clásicos y que retomaré la casi olvidada lectura intensiva, cada seis o siete libros intentaré releer alguna de las grandes obras que ya han pasado por mis manos y que duermen el sueño de los justos en algún olvidado estante. Tengo que reconocer que son escasos los libros que he leído dos veces y me sobrarían dedos de una mano para contar los que leí una tercera vez.

Puede parecer que estas reflexiones poco tienen que ver con la línea del blog, pero no lo creo, porque la lectura amplía nuestro pensamiento y nos ayuda a tener una visión critica de la realidad que, en muchas ocasiones, se sale del dogma de lo políticamente correcto. Posiblemente esa visión critica del mundo sea una de los principales beneficios que la lectura nos aporta.

Aunque paradójicamente siempre encontraremos iletrados que defienden a ultranza los dogmas de fe de nuestro tiempo acusándonos de ignorantes y afirmando, sin pestañear y sin miedo al ridículo, que lo nuestro se cura leyendo... en fin.

lunes, 24 de mayo de 2010

¿Antisemitismo? ¿Antisionismo? Ni una cosa ni la otra


Israel aspira a ser el único país cuya política exterior no puede ser criticada, tachando a cualquier crítica de antisemitismo, pero los crímenes y los errores son denunciables aunque los cometa el "pueblo elegido".

Magnífico artículo al respecto (en catalán, con una buena herramienta de traducción disponible) al respecto: ¿Antisemitismo? ¿Antisionismo? Ni una cosa ni la otra.

“La palabra antisemita ya no significa alguien a quien no le gustan los judíos…sino que ahora significa alguien que no le gusta a los judíos”.

Joseph Sobran


Fue foto destacada en este blog hasta el 24 de mayo de 2010.

viernes, 21 de mayo de 2010

Jornadas de lucha 29 de mayo: por el derecho de prioridad nacional.


MANIFESTACIÓN
POR EL DERECHO DE PRIORIDAD NACIONAL
LOS ESPAÑOLES PRIMERO
SÁBADO 29 DE MAYO

PLAZA DE ESPAÑA A LAS 12:00- ALCALÁ DE HENARES-MADRID


Cuando el mismo gobierno traidor e ineficaz que aprueba recortes para pensionistas y trabajadores se niega a establecer el derecho de prioridad nacional para los españoles en su propia tierra permitiendo que millones de extranjeros ocupen puestos de trabajo que deberían ser para los Españoles.

Cuando el mismo gobierno corrupto y ladrón que aprueba ayudas multimillonarias para bancos y multinacionales deja en la estacada a su propio pueblo.

Cuando un gobierno permite que miles de extranjeros de forma totalmente ilegal se hagan los dueños de nuestras calles.

Cuando un gobierno prohíbe la bandera nacional en parte de su territorio, persigue el idioma nacional y declara proscritos a los jóvenes patriotas…

Cuando la oposición es cómplice y cobarde.

Cuando en toda nuestra basta y amada Europa la situación es similar…

Sólo queda como salida digna y necesaria LA REBELIÓN junto con nuestros hermanos europeos.

Por ello, hijo de España, te convocamos a estas jornadas de lucha. JUVENTUD DE EUROPA EN PIE!!!!!

¡¡¡Acude!!! ¡¡¡¡Por tu tierra!!!!

Actos del día 29
La Nave
C/Colmenar de Oreja 19-P.I. Pardo y Bazán. ALCALÁ DE HENARES (MADRID)

10, 30: Rueda de Prensa

12:00. Manifestación Por el derecho a la prioridad nacional. Plza de España - Alcalá de Henares - Madrid

14:30 Comida

17:00 Acto público en La Nave

Lectura de saludos y adhesiones al acto

17:10 Intervención de los distintos líderes juveniles europeos. De nuestro invitado el diputado húngaro del Jobbik . Z. Gyula

18:30 Intervención de los responsables de DNJ

19:30 Descanso de media hora

20:00 Intervención de la ejecutiva de DN

20:30 Intervención del presidente de DN

21:00 Descanso para la cena

23:00 Inicio del Concierto de los Italianos: DELENDA CARTAGO

01:00 Inicio del Concierto: CÉLTICA

02:30 Música en la Nave

Más Info: dnj.democracianacional.org

miércoles, 19 de mayo de 2010

Piara improductiva


Un día mas echo un vistazo a la prensa y compruebo con desolación y hastío que la crisis económica sigue ocupando buena parte de la actualidad informativa. No sé si me he despertado más perezoso de lo normal, pero lo cierto es que hoy, más que la lógica alarma y preocupación, me ha invadido una especie de nausea de asco, íntimo e incontrolable.

Mañana prometo ser de nuevo un ciudadano responsable y preocuparme por la actualidad económica como todo hijo de vecino, pero hoy estoy cansado. Cansado de leer sesudos análisis para explicar los porqués de la crisis, porque tengo la certeza de que cuanto más complejos son estos análisis más mentiras esconden.

Lo que ha pasado se resume con un puñado de palabras y un par de conceptos bien sencillos: los grandes Bancos en connivencia con los Estados nos han estado prestando un dinero que no tenían para comprar cosas que no necesitábamos, incrementando sus fortunas con una estafa piramidal que, a pesar de mover miles de millones, no producía nada. ¿Sencillo verdad?

Siempre he sentido un gran respeto por los empresarios, hombres con iniciativa capaces de levantar de la nada imperios industriales que ciertamente los enriquecían, pero que generaban a su vez miles de puestos de trabajo y grandes ingresos para sus Estados en concepto de impuestos. Hombres que se sentían orgullosos de sus creaciones y que cualquiera sabía cuál era su actividad económica ¿Henry Ford? ¡Ah, sí, el de los coches! ¿Ramón Areces? ¡Sí hombre, el del Corte Inglés!... Cada vez quedan menos de estos hombres.

Será por pura ignorancia, pero siento un recelo irrefrenable ante todo aquel que necesite más de diez palabras para explicar a qué se dedica: soy armador de barcos, construyo componentes para aviones... Sencillo ¿verdad?.

Pues no lo debe ser tanto, porque nuestras ciudades se han visto cuajadas de una legión de tipos perfectamente trajeados que operan en lo que denominan “mercado financiero” y que comparten tres cosas básicas: un aspecto impoluto, que nunca han fabricado ni un tornillo y que necesitarían toda una conferencia completa para explicar a un no iniciado a qué se dedican.

Estos personajes son los reyes del mambo. En algún desdichado momento las entidades financieras que nacieron para algo tan sencillo como gestionar los ahorros, asegurar los riesgos y financiar a esas empresas grandes y pequeñas que eran y son la economía real, adquirieron un protagonismo que va contra toda lógica, y la economía real pasó a ser un juguete en sus manos.

Y ahora, presos del pánico, esta piara improductiva, quieren que los humildes ciudadanos paguemos para salvar su antinatural negocio, y la verdad espero que esta crisis que todos sufrimos (nosotros más que los que la causaron) al menos sirva para hundir un sistema que nunca debió existir y que el sufrimiento que se avecina no sea en vano.

Claro que todo esto es solo porque hoy estoy cansado y la astenia primaveral nubla mi entendimiento; mañana prometo leer con avidez las noticias económicas, ser un buen ciudadano y ponerle una vela a la Virgen de los Milagros para que salve a los bancos y a los corredores de bolsa.

Todo necio confunde valor y precio.
Antonio Machado

viernes, 7 de mayo de 2010

Llámenme antiguo si quieren

Hoy, aprovechando los rayos de sol con que la primavera nos premia tras el último e inusualmente lluvioso invierno, he salido a dar un paseo por mi barrio.

He pasado por el parque en que suelen concentrarse los dominicanos, en el que resisten ajenos a los cambios tres o cuatro ancianos españoles; más adelante la pastelería árabe y la esquina donde un grupo de ecuatorianos suele tomar una cerveza en la calle después del trabajo, y por último la pequeña plaza en la que se reúnen los españoles del barrio sentados en un par de terrazas, para charlar o leer el periódico. No hoy no he visto ningún incidente ni una escena objetivamente desagradable...

Hoy simplemente he dado un paseo y será que soy un antiguo, pero he echado de menos los días en que éramos un pueblo. Al menos yo lo puedo recordar, no sé si mi hijo cuando sea adulto podrá ya hacerlo, un pueblo cargado de defectos y mal avenido, pero un pueblo.

Hoy he tenido claro que por obra y gracia de la multiculturalidad nos han reducido a población, y por esas cosas absurdas de la vida, sin recurrir a estadísticas, ni datos, ni nada que calibre los beneficios o perjuicios que causa la inmigración masiva, he sentido cierta tristeza...

Qué le vamos a hacer, me gustaba más formar parte de un pueblo que de una población.

Un pueblo comparte una cultura, unas costumbres, unos principios, una forma de entender la vida en él uno se siente cómodo, entendido, acogido. Al fin al cabo está entre su gente; una población solo comparte una cifra, son una mera estadística.

Población de Madrid...xxxxxxxx

¡¡Cómo me gustaba cuando éramos un pueblo!!