La herencia humana no se continuaba porque uno se hiciera oir, sino por el hecho de permanecer cuerdo. Volvió a la mesa, mojó en tinta su pluma y escribió: Para el futuro o para el pasado, para la época en la que se pueda pensar libremente, en que los hombres sean distintos unos de otros y no vivan solitarios... Para cuando la verdad exista y lo que se haya hecho no pueda ser deshecho. George Orwell (1984)
miércoles, 25 de diciembre de 2013
lunes, 9 de diciembre de 2013
Jean-Herold Paquis
Durante la primera mitad del siglo XX la radio se convirtió en la forma de periodismo más influyente en Europa. Cada vez más hogares contaban con un receptor de radio y por primera vez tanto los discursos de los políticos como las opiniones de los más afamados periodistas podían escucharse en los hogares europeos.
Los periodistas radiofónicos llegaron a gozar de una popularidad y unos índices de audiencia desconocidos hasta entonces, su capacidad para difundir y formar opinión era inmensa. Lógicamente esta forma de periodismo no estuvo exenta del compromiso político de sus protagonistas; cuando tras la contienda europea se produjo la depuración de los intelectuales los periodistas radiofónicos no se vieron exentos de persecución por la incorrección política de sus opiniones.
Hoy me gustaría hablar de uno de esos intelectuales y periodistas que escogieron las ondas para ejercer su oficio. Se trata de Jean-Herold Paquis, nacido en Arcos (Vosgos) el cuatro de febrero de 1912. Dio sus primeros pasos en el periodismo radiofónico como reportero de la emisora católica “Elegir” dejando claras desde el comienzo sus opiniones políticas. La popularidad y la madurez profesional le llegarán durante la Guerra Civil española. Abierto partidario del bando nacional se hará cargo de las retrasmisiones para Francia desde Radio Zaragoza, donde fundó la Asociación de Amigos de Radio Zaragoza que llegó a contar con dieciocho mil miembros.
Aunque no se suela recordar, la extrema derecha francesa apoyó activamente al bando nacional. Se formó una unidad que recibiría el nombre de Bandera Juana de Arco que acogería también a voluntarios francófonos de otras nacionalidades, como suizos y belgas. Además los partidarios del bando nacional en Francia informaban sobre los convoys de material y de voluntarios para la España republicana, contra los que a menudo atentaban -en 1937 se atribuyeron a la extrema derecha francesa unos veinte ataques, perpetrados principalmente en el sur de Francia, contra fuentes de avituallamiento destinadas a los republicanos españoles-. Además consiguieron que la Francia republicana terminara por aceptar el reconocimiento de la España nacionalista y sin duda ese fue su mayor triunfo.
Emblema de la Bandera Jeanne d'Arc
Estos franceses formaban parte de los miles de voluntarios internacionales que nadie parece recordar hoy. Se trata de aquellos voluntarios que eligieron luchar bajo las órdenes del General Franco, en la creencia de que tenía el deber de socorrer a una nación en peligro (España) y de defender la civilización occidental: irlandeses como los hombres de Eoin O’Duffy o portugueses (que serían conocidos en España como “los Viriatos”), rusos blancos, norteamericanos, rumanos, ingleses, también sudamericanos, nórdicos… hombres de multitud de nacionalidades que vinieron a luchar en lo que consideraron como “una cruzada anticomunista y católica”.
Es en esta contienda cuando Jean-Herold Paquis se encuentra por primera vez con el mariscal Pétain, que ejercía de Embajador de Francia en España. Unos años más tarde, cuando el mariscal sea jefe de Estado de la Francia de Vichy, Jean-Herold Paquis será uno de sus más duros críticos desde Radio París.
Y aquí se hace imprescindible hacer un pequeño repaso de la historia, esa parte de la historia que suele olvidarse con demasiada facilidad y que ayudará a entender la actuación y posiciones defendidas por Jean-Herold Paquis, de modo que puedan ustedes juzgar si mereció el final que el destino le tenía preparado.
Tras la derrota de 1940 y la firma del armisticio con Alemania su postura va haciéndose cada vez más anglófoba. Jean-Herold Paquis cree, en comunión con otros muchos franceses, que Inglaterra había arrastrado a Francia a una guerra que no deseaba, así lo expresaron entre otros los comunistas -que llegarán a ser ilegalizados por sus constantes y abiertos llamamientos a la deserción y al sabotaje de la defensa nacional, algo que, por cierto, no les impedirá ejecutar a miles de personas tras la contienda acusadas de traición y colaboración con el enemigo-.
Recordemos que Francia había perdido en la Primera Guerra Mundial a 1.400.000 de sus hijos, el 10,5% de la población masculina adulta, mientras que los británicos habían tenido 600.000 bajas y los norteamericanos sólo 125.000. Por si esto fuera poco el territorio francés quedó totalmente devastado, especialmente en el norte, mientras que sus aliados mantenían sus territorios intactos; sin embargo el reparto de los despojos coloniales alemanes y otomanos benefició claramente a Inglaterra, mientras que Norteamérica hizo su agosto con la venta de materias primas, armamento y préstamos a sus aliados.
En definitiva el clima general en Francia era de total oposición a entrar en un nuevo conflicto. Los franceses creían que no podían perimirse otra victoria como aquella, y se preguntaban si había que volver a sacrificar a toda una generación para mantener un orden, el de Versalles, que era manifiestamente injusto.
A pesar de todo Inglaterra consiguió hábilmente enredar a Francia en la guerra contra Alemania. Para empeorar las cosas una vez comenzada la contienda, la noticia de que los británicos huían en estampida a través de Dunkerke provocó una ola de indignación entre muchos patriotas franceses que se sintieron burlados y traicionados (faltaban aun algunos años de tergiversación histórica y propaganda para que aquella cobarde y traicionera huida fuera elevada al nivel de heroica hazaña y genialidad estratégica).
Finalmente Francia, derrotada en una guerra que nunca quiso y abandonada a su suerte por el aliado que la animó a entrar en el conflicto, firmó el armisticio con Alemania en junio de 1940 y como recordaría el propio De Gaulle en sus memorias "ni una sola figura pública elevó su voz para condenar el armisticio".
Por si el clima anti británico no estaba suficientemente caldeado, entre el 4 y el 8 de julio en Mers el-Kebir, la armada francesa fue atacada y hundida por los británicos. Mil trescientos marinos franceses encontrarían la muerte en este acto de traición de sus ex aliados. Numerosas naves francesas situadas en puertos británicos fueron también asaltadas por comandos, causando algunas bajas y generando un indisimulado clima de odio antibritánico entre la población francesa.
No satisfechos aun, en septiembre los británicos atacan Dakar donde, por motivos estratégicos, se encuentran almacenadas las reservas de oro del Banco de Francia y del Gobierno de Polonia en el exilio. Pero en esta ocasión los soldados franceses no están desprevenidos, conocen lo ocurrido en Mers el-Kebir y el ataque es repelido con determinación tras una dura batalla. El número de bajas es desconocido pero sin duda fue elevado pues, a pesar de su victoria, las tropas fieles al mariscal perdieron un destructor y dos submarinos. A los marinos muertos en estas naves habría que añadir los muertos entre las tropas terrestres... La situación de facto era que había estallado una guerra entre Francia y su antigua aliada, Inglaterra, que tendría su continuidad en múltiples escenarios: África Ecuatorial Francesa entre septiembre y noviembre del mismo año, en Siria entre mayo y junio de 1941 y que continuaría hasta el final del conflicto, Madagascar, Túnez, etc.
Añadamos por último los bombardeos sobre objetivos civiles en territorio francés que comenzaron el tres de marzo de 1942. La Real Fuerza Aérea Británica (Royal Air Force o RAF) bombardeó París masivamente matando a 623 franceses e hiriendo a otros 1.500. A partir de entonces la actividad aérea aumentó sobre suelo francés. En cuanto la población veía a Pétain visitando un lugar destruido por los aviones, las personas solían abuchear “muerte a los ingleses”.
El peor año en lo referente a bombardeos fue 1944, ya por esas fechas murieron millares de franceses por culpa de las bombas anglo norteamericanas. Los Estados Unidos y Gran Bretaña masacraron a 870 personas en Saint-Etienne, 850 en París, 850 en Rouen, 600 en Lyon, 550 en Lille, 480 en Cambrai, 380 en Aviñón, 345 en Nantes, 300 en Chambery, 275 en Orleans, 260 en Nimes, 220 en Angers y 133 en Tours. El total de tal masacre aérea en la primera mitad de 1944 fue de 7.000 muertos y 10.000 heridos; más de 120.000 personas se quedaron sin hogar y se destruyeron 12 iglesias, 11 hospitales y 35 escuelas y guarderías.
Murieron más civiles franceses bajo las bombas de sus "aliados" angloamericanos que ingleses por los bombardeos alemanes.
Frente a todos estos ataques la política del mariscal Pétain siempre fue la defensa, nuca tomo iniciativas para atacar a los británicos que estaban machacando a la Francia libre, salvo en un par de ocasiones.
- Tras la batalla de Mers el-Kebir, Pétain ordenó el bombardeo de la base inglesa de Gibraltar. El 18 de Julio de 1940 una escuadrilla de 74 aviones franceses bombardeó Gibraltar provocando algunos incendios y daños menores.
- Tras el ataque a Dakar el mariscal Pétain solicitó a la Fuerza Aérea de de Vichy (Armée de l’Air de Vichy) efectuar un bombardeo a lo grande contra Gibraltar empleando grandes concentraciones de aviones. La noche del 24 de Septiembre de 1940 una gran fuerza aérea de 83 aviones, todos ellos bombarderos Lioré-el-Olivier Leo 45, despegó de las bases de Mediouna, Meknes y Port-Lyautey en Marruecos, y Orán y Tafaroui en Argelia. Una vez sobre el peñón soltaron sus bombas, algunas de 1.568 kilogramos, provocando desperfectos en infraestructuras como el muelle meridional que quedó destrozado y causando numerosos incendios.
Bomabardeo de Gibraltar
Nunca más la Francia de Vichy volvió a realizar bombardeos sobre Gibraltar con la esperanza de que Gran Bretaña aceptara una neutralidad que nunca aprobaría.
Puede que tras leer todo cuanto he expuesto anteriormente la frase más famosa de Jean-Herold Paquis "Inglaterra, como Cartago, será destruida", con la que solía terminar sus intervenciones radiofónicas, les resulte menos sorprendente.
En 1940 Jean-Herold Paquis fue nombrado por las autoridades de Vichy Delegado de Propaganda en departamento de los Hautes-Alpes. A partir de 1942 se dedicó a transmitir las noticias diarias en Radio París y es en este puesto donde alcanzaría una gran relevancia con sus calurosas intervenciones en las que regularmente llama a la "destrucción" del Reino Unido.
Tampoco escatimó nunca sus críticas al gobierno de Vichy al que consideraba demasiado suave en su política de colaboración y en sus respuestas a las constantes agresiones británicas, siempre defendiendo una alianza militar con Alemania frente Inglaterra a quien consideraba el verdadero enemigo de Francia; más adelante abogó por una mayor participación francesa en la cruzada contra el comunismo y en defensa de Occidente en el frente ruso, formó parte del “Comité de Apoyo para la Creación de la LVF” (legión de voluntarios franceses contra el Bolchevismo) y militó en el PPF (Partido Popular Francés de Jacques Doriot).
Tampoco escatimó nunca sus críticas al gobierno de Vichy al que consideraba demasiado suave en su política de colaboración y en sus respuestas a las constantes agresiones británicas, siempre defendiendo una alianza militar con Alemania frente Inglaterra a quien consideraba el verdadero enemigo de Francia; más adelante abogó por una mayor participación francesa en la cruzada contra el comunismo y en defensa de Occidente en el frente ruso, formó parte del “Comité de Apoyo para la Creación de la LVF” (legión de voluntarios franceses contra el Bolchevismo) y militó en el PPF (Partido Popular Francés de Jacques Doriot).
En agosto de 1944 huyó de París y se refugió en Alemania. Continuó emitiendo sus columnas por antena desde Radio Patrie, que retransmitía desde territorio alemán, pero, como Celine, nunca llegó a Sigmaringen.
Cuando Alemania es derrotada, cede generosamente su asiento en el avión que Pierre Laval tiene preparado para huir a España al hermano de Abel Bonnard, perdiendo así su última posibilidad de escapar de la persecución a la que los comunistas de la resistencia estaban sometiendo, no solo en Francia sino en toda Europa, a miles de intelectuales.
Finalmente fue arrestado el 8 de julio de 1945 y encarcelado en la prisión de Fresnes. La fiscalía no llamó a ningún testigo, simplemente hizo escuchar al tribunal las grabaciones de sus alocuciones radiofónicas. Tras el juicio fue condenado a muerte el 17 de septiembre 1945. Durante su estancia en prisión escribió un libro de memorias que fue publicado póstumamente con el título Des Illusions... La desilusión! que sigue siendo uno de los mejores ejemplos de la atmósfera de los últimos días de la colaboración en Paris.
Y así, acusado de traicionar a Francia por los mismos resistentes comunistas que llamaban a la deserción durante el conflicto franco-alemán de 1940 y por los mismos gaullistas que apoyaron a las tropas británicas que no cesaron de matar civiles y militares franceses durante toda la guerra,
Jean-Herold Paquis fue fusilado en Fort de Chatillon en 11 octubre 1945. Tenía 33 años, 8 meses y 7 días de edad cuando murió.
Está enterrado en el cementerio de Thiais, Paris.
Descanse en paz.
Descanse en paz.
lunes, 14 de octubre de 2013
viernes, 20 de septiembre de 2013
Guerra Mundial Z
La imagen anterior está extraída de una de las últimas superproducciones de Hollywood. Guerra Mundial Z es una imagen recreada por ordenador e intenta provocar el miedo del espectador cuando observa esa marea imparable que terminará con todo lo que encuentra a su paso.
El video que les dejo a continuación es una grabación de una de las cámaras de seguridad de la frontera española en Melilla. No es ficción, no está recreado por ordenador, es nuestro presente y si no lo evitamos el final de nuestro futuro.
«La
era de los mil años se acaba. He aquí que salen las naciones que están
en los cuatro rincones de la tierra y que igualan en número a la arena
del mar. Saldrán de expedición sobre la superficie de la tierra,
irrumpirán en el campamento de los santos y en la ciudad bien amada.»
Canto XX del Apocalipsis
¿Será usted de los que corran, de los que se escondan, o de los que luchen?
domingo, 17 de marzo de 2013
Abel Bonnard
Durante la posguerra europea ocurrieron cosas terribles, y una
de ellas fue que los europeos fuimos condenados a la amnesia cultural. Aun
antes de finalizada la guerra comenzó una caza de brujas a una escala sin
precedentes en la historia, cientos de intelectuales fueron perseguidos y miles
de obras fueron condenadas al ostracismo o destruidas junto con sus autores.
Decía Menéndez Pelayo que "Un pueblo viejo no puede
renunciar a la cultura intelectual sin extinguir la parte más noble de su vida
y caer en una segunda infancia, muy próxima a la imbecilidad". No sería
exacto decir que los europeos renunciáramos a una parte de nuestro pasado
cultural, sencillamente nos lo robaron: las fuerzas de ocupación que decían
liberar Europa junto con los marxistas, llevaron a cabo una de las mayores
purgas culturales de la historia de la humanidad e ideas hombres y obras fueron
proscritos. A pesar de ello, si buscamos "purga política" en la
wikipedia, ni siquiera será mencionada, y ni un renglón al respecto aparece en
los libros de nuestros estudiantes... En la conciencia colectiva europea es
algo que sencillamente nunca ocurrió. ¡Bienvenidos al mundo de Orwell! Hoy, una
vez más me propongo rescatar del olvido a uno de esos genios condenados al
ostracismo por la peligrosa incorrección de su pensamiento político.
Hoy me gustaría presentarles a Abel Bonnard. Nació en 1883
en Poitiers y murió en el exilio en 1968 en la ciudad de Madrid. Hijo de Ernest
y Pauline Benielli, Bonnard estudió en el Liceo Thiers en Marsella, luego en el
Liceo Louis-le-Grand en París. Después de haber obtenido una Licenciatura en
Artes, se convirtió en un estudiante de la École du Louvre, y miembro de la
Escuela Francesa de Roma.
Su temprana entrada en el mundo de las letras se produjo por
la puerta grande, cuando en 1906, con tan sólo 22 años, publica su colección de
poemas "Los familiares", obra que fue premiada por la Academia Francesa
con el Gran Premio Nacional de Poesía, Academia de la que llegaría a ser miembro en 1932. Su obra es extensa y abarca poesía, novela, narraciones de viajes,
teatro y por supuesto ensayo político. Bonnard era recibido en los salones
literarios de París como un nuevo Voltaire, su genio indiscutible y su cultura
incomparable hicieron de él "el conferenciante más aplaudido, el huésped
mas buscado por los principales académicos" tal y como recordaba un artículo
del diario ABC del 8 de junio de 1968 publicado con motivo de su fallecimiento.
Muchos son los grandes hombres de la época que expresaron su
admiración por Bonnard: Paul Morand, Robert Brasillach, Ernst Jünger, Arno
Breker... ¿Cuál es el motivo por el que sus obras han desaparecido de los catálogos
literarios, de las estanterías de las bibliotecas, de los libros de texto? ¿Cuál
es el motivo por el que uno de los más grandes escritores en lengua francesa
del siglo XX ha sido literalmente borrado de la historia y siendo sus obras imposibles
de encontrar?
Abbel Bonnard por Arno Breker
La única razón por la que fue perseguido es su incorrección política.
Ya a partir de 1925 Bonnard empieza a ser conocido en los círculos políticos
nacionalistas, su pensamiento político es nacionalista, anti parlamentarista y
antisemita. Firmó diversos manifiestos como el Manifiesto por la defensa de
Occidente y la paz en Europa, un manifiesto de apoyo a Mussolini durante la
invasión de Etiopía y otro de apoyo a Franco tras el bombardeo de Guernica. Más
adelante se unió al Partido Popular francés de Jacques Doriot.
Su principal obra política posiblemente fue “Los moderados”,
editada en 1936. Como muestra del prestigio e influencia del autor entre los intelectuales
de la época, no solo en Francia sino en buena parte de Europa, recordemos que ésta
fue precisamente la última obra leída por Ramiro de Maeztu estando este ya en prisión
y a la espera de su ejecución por parte de las fuerzas republicanas. En el ejemplar
de la obra, Maeztu dejó algunas anotaciones de su puño y letra, una de estas
anotaciones reza así "Los liberales quieren debate porque el combate los excluye".
En esta obra Bonnard hace una crítica acerada de los
moderados. Inspirado también en este libro el periodista José Javier Esparza escribió un brillante artículo en el que decía:
“Así como el equidistante ha sido educado en la convicción
de que todas las convicciones son relativas, el moderadito ha sido moldeado en
la falta de convicciones, más aún, en el terror a cualquier convicción. Todo
aquello que suene a certidumbre, a rigor, a posición inequívoca, el moderadito
lo considera radical, extremista, agresivo. Su terreno es más bien el de la prudencia
patológica, el del apaciguamiento instintivo. En el poder, el moderadito tiende
a cederlo todo a la oposición. En la oposición, el moderadito tiende a cederlo
todo al poder. Por eso el moderadito es una catástrofe para cualquier proyecto
político, por eso camina hacia la catástrofe cualquier proyecto político que se
apoya en moderaditos.
Como la vida pública, que es confrontación, le inspira un
pavor invencible, el moderadito tiende a refugiarse en la técnica y,
especialmente, en la técnica jurídica y administrativa. Así, si hay que
defender, por ejemplo, la proscripción del aborto libre, el moderadito nunca
enunciará el derecho a la vida, que es una cosa como muy radical, sino que se
parapetará tras una confortable barricada de reglamentos jurídicos y protocolos
sanitarios, y se quedará ahí oculto hasta que pase el chaparrón. Quizá consiga
su propósito, pero, al final del combate, el argumento de convicción habrá
quedado sepultado, más aún, habrá quedado desterrado –el enemigo, pues, habrá
vencido. El moderadito habrá evitado la confrontación; lo que no evitará, a
medio plazo, será el aborto libre.
Así como el equidistante es un espécimen que se da por igual
en la derecha que en la izquierda, el moderadito es un espécimen típico de la
derecha. En la izquierda rara vez hay moderaditos: es un temperamento poco
compatible con el sectarismo de la convicción, rasgo característico de la
izquierda española en particular. Pero en la derecha es otra cosa:
sistemáticamente flagelada durante treinta años (o más) con el estigma de los
peores vicios, exudando mala conciencia por todos sus poros, la derecha es
terreno abonado para que surjan moderaditos por doquier; gentes que piensan
que, con esa actitud, serán más presentables, más amables, más "queridos".
Es que, en el fondo, el problema del moderadito es sentimental: necesita que le
quieran. Pero la política no se creó para hacer amigos”.
Bonnard, sin duda, debió compartir la opinión de que en política
no se entra para hacer amigos. Bajo la ocupación, Abel Bonnard se mostró
incluso más proalemán que promariscal: apoyó iniciativas como la creación de la
Legión de Voluntarios Franceses contra el Bolchevismo, y fue autor de numerosos
editoriales en el diario “Je suis partout” dirigido por Robert Brasillach. En
abril de 1942 fue llamado a Vichy por Laval, quien le nombró Ministro de
Educación y Juventud.
Con estos antecedentes, lógicamente, fue incluido en las
listas negras que elaboró la Comisión Nacional de Escritores para "la
purificación" del mundo literario e intelectual en Francia. En 1944
Bonnard se refugió en España, donde se le concedió asilo político. Bonnard fue
sentenciado a muerte en ausencia el cuatro 4 de julio de 1945. Su condena a la
degradación nacional provoca su exclusión de la Academia Francesa pero los académicos,
como muestra de respeto, no le reemplazaron y su silla permaneció vacía hasta
su fallecimiento, algo que en toda la historia de la Academia sólo se hizo con el propio Bonnadr y con Abel Hermant.
En 1960 regresó a Francia, donde fue juzgado por el Tribunal
Supremo, que lo condenó a diez años de destierro, con efecto a partir de 1945,
la pena por lo tanto se consideraba ya cumplida, pero Bonnard no se mostró
conforme con la sentencia, pues aunque la pena se consideraba cumplida el veredicto
era de culpabilidad, algo que sin duda entrañaba una condena moral que no
estaba dispuesto a aceptar. Regresó a Madrid no volviendo nunca a pisar suelo francés
y pasó sus últimos años en el madrileño barrio de Prosperidad, donde podía vérsele
salir o entrar en casa para pasear por el barrio vestido siempre con un
academicismo excéntrico ya para la época: trajes oscuros con chaleco, corbata,
pañuelo de adorno en el bolsillo, sombrero, lentes eruditos, y algún que otro
detalle en esa línea de discreción clásica. Murió "solo y abandonado"
con 84 años. Sus libros y registros, que podrían haber sido muy útiles para los
historiadores, se dispersaron.
Tan cultivado como los más grandes del siglo XVIII y no
menos lúcido, un sólo gesto de arrepentimiento lo habría restaurado en su trono
literario de Paris, pero escogió vivir en una modesta pensión del barrio de Prosperidad.
Cuando Bonnard tuvo que escoger entre los laureles del éxito o su dignidad escogió
esta última, y lo hizo con la entereza de un hombre al que las contrariedades
lo habían enriquecido en serenidad.
Tumba de Abel Bonnard
Falleció el 31 de mayo de 1968, en el hospital Jiménez Díaz
de la Concepción, en la ciudad de Madrid. Descanse en paz.
"Abel Bonnard encarna de manera excelente una especie
de espiritualidad positivista que está extinguiéndose". Ernst Jünger
miércoles, 23 de enero de 2013
Economía social, prioridad nacional
Una vez más Democracia Nacional, a diferencia de otros partidos, ha dado muestras de que su existencia no es virtual y que es a pie de calle donde sus militantes dan la cara y dicen lo que piensan por incorrecto que esto pueda parecerles a los que ocupan el poder.
En esta ocasión diecinueve militantes de Democracia Nacional, el número que la ley permite sin necesidad de pedir permiso, se manifestaron frente a la Agencia Española de Cooperación y Desarrollo Internacional que ha entregado una nada despreciable cantidad de dinero a países cuyas políticas son abiertamente hostiles hacia España.
Dejo a continuación el vídeo y el texto leído frente a dicha Agencia.
Estamos aquí para denunciar que mientras nos decís que no hay dinero
pagar a nuestros funcionarios regaláis más de medio millón de euros para
los derechos de los indígenas de Bolivia. ¿Es que a vuestros ojos
nuestros maestros, médicos, enfermeras, policías y bomberos y personal
administrativo tiene menos derechos que los indígenas de Bolivia?
Estamos aquí para denunciar que mientras nos decís que no hay dinero para mantener nuestro sistema sanitario, mientras los enfermos crónicos ya no tienen derecho al traslado en una ambulancia, mientras intentáis que cuando estemos enfermos paguemos un euro por receta en lo que hipócritamente llamáis copago, regaláis 400.000 euros a Marruecos para la "mejora de la gobernanza ambiental". ¿Es que a vuestro entender nuestros enfermos tienen menos derechos que la "gobernanza ambiental" de nuestro enemigo del sur?
Estamos aquí para denunciar que mientras
nos decís que no hay dinero para mantener nuestro sistema judicial e
imponéis unas tasas abusivas que ponen la Justicia al alcance de unos
pocos privilegiados, regaláis 700.000 euros a Cuba para "la gestión de
desastres" ¿Es que os parece poco desastre que habéis creado aquí o es,
quizás, que los desastres en Cuba tienen mucho más "glamour"?
Y así
podríamos seguir hasta completar los más de 25 millones de euros que, a
última hora del año pasado, habéis regalado para financiar proyectos tan
ambiguos como grandilocuentes, financiando, para más inri, a países
como Bolivia, Marruecos y Cuba cuya políticas exteriores son claramente
hostiles a España.
Y mientras, para vuestra vergüenza, millones de
españoles están sin empleo, miles de familias no reciben ninguna ayuda
social, casi una cuarta parte de los españoles vive por debajo del
umbral de pobreza y el número de suicidios de españoles desahuciados por
vuestros amigos los Bancos aumenta día a día.
Con vuestro cinismo
habitual diréis que 25 millones no es mucho dinero. Bajad aquí, bajad a
la calle y decídselo cara a cara al parado, al desahuciado o al padre
que a fin de mes rebusca en los contenedores de la basura para llevar
comida a casa. ¡BAJAD AQUÍ Y DECÍDSELO A LA CARA!
Shakespeare dijo
que un hombre que lo único bueno que hace en su vida es dormir y comer
no es más que una bestia. Y nosotros decimos que ojalá estuviésemos
gobernados por hombres que sólo se dedicasen a dormir y comer en vez de a
expoliar y destruir al pueblo al que han jurado servir.
Sabemos que
poco caso vais a hacer a estas palabras, porque sólo servís a vuestros
oscuros dueños internacionales. Pero tenéis que saber que los hombres y
mujeres de Democracia Nacional estarán aquí, a pie de calle, para
denunciar vuestros desmanes, vuestra incapacidad y vuestra traición.
Seremos el grano en vuestra conciencia, si aún os queda algo de ella.
POR UN ESTADO SOCIAL Y NACIONAL
POR LA PRIORIDAD ECONÓMICA NACIONAL
NI UN PASO ATRÁS
Madrid, 19 de enero de 2013
sábado, 19 de enero de 2013
Geirr Tveitt
Geirr Tveitt, fue un compositor y pianista noruego nacido el 19 de octubre de 1908. Tveitt fue una de las figuras centrales en la vida cultural del movimiento nacionalista noruega durante la década de 1930.
Tveitt nació en Bergen, en la costa oeste de Noruega, donde trabajaban sus padres, pero cada verano la familia regresaba al la granja familiar en Kvam; de este modo Tveitt pudo disfrutar de la vida urbana compaginada con una existencia rural que le marcaría profundamente, pues durante los veranos de su infancia en Hardanger es donde entra en contacto con la rica música folklórica y las tradiciones de la zona, que serían la semilla de su creciente interés por la herencia cultural noruega más tradicional que caracterizaría su pensamiento y, desde luego, su obra como compositor.
Tveitt descubrió pronto que poseía talento musical y aprendió a tocar tanto el violín como el piano. Después de haber sido alentado por el compositor noruego Christian Sinding, decidió probar suerte en la composición musical. En 1928 abandona Noruega y se dirige a Alemania, al conservatorio de Leipzig, que había sido el principal centro de aprendizaje de la cultura musical europea durante mucho tiempo, siendo Bach, Haydn, Mendelssohn o Wagner algunos de los músicos ligados a esta institución. Este periodo fue sin duda un momento intenso para Tveitt. Estudió composición con Hermann Grabner y Wenninger Leopold, y piano con Otto Weinreich, haciendo progresos extraordinarios en ambos campos. Es posible que la lejanía de su tierra, a la que amaba profundamente, sirviera para avivar en el deseo de ahondar en las raíces tradicionales noruegas.
Un ejemplo de este nacionalismo noruego que día a día crecía en su interior, es su cambio de nombre pues Tveitt originalmente había sido bautizado Nils, pero a raíz de su creciente interés en la herencia noruega, pensó que su nombre no sonaba lo bastante noruego y lo cambió por Geir. Más tarde le agregó un “r” extra a su nombre y una “t” extra para Tveit, para indicar más claramente cómo deseaba que su nombre fuera pronunciado.
Compuso cientos de canciones e hizo multitud de arreglos de temas folklóricos, así como obras maestras mucho más ambiciosas, como el ballet “Draumar Baldurs” (Los sueños de Balder) Aunque la música de Tveitt no es atonal, la mayor parte de ella no se basa en las tonalidades mayores y menores, sino en las escalas modales familiares en las tradiciones de música popular de muchos países, entre ellos Noruega. Probablemente fue el primer compositor noruego en asimilar plenamente los principios que regían la música tradicional de su país, y adherirse a esos principios en sus propias obras.
En la década de los años 30 un gran éxito acompañó su carrera profesional, pero durante la segunda mitad de su vida, y a pesar de su pasado reconocimiento internacional, fue condenado al ostracismo, pues con el final de la guerra llegaron también los nuevos dogmas, las nuevas herejías, y por supuesto, los nuevos inquisidores. Cualquier cosa que se asemejara a nacionalismo fue desdeñado rápidamente por esos inquisidores de la posguerra, y por si su nacionalismo fuera poco, Tveitt había además formado parte del círculo Ragnarok, el cual influenciado por el filósofo Hans S. Jacobsen, rechazaba el judeocristianismo en favor del politeísmo pre-cristiano escandinavo, mientras que en el terreno político estaba a favor de una ideología pan-alemana que exalta el patrimonio de los pueblos germánicos. Las tesis principales del filósofo Hans S. Jacobsen se inspiraban en las teorías del teólogo alemán Wilhelm Jakob Hauer.
Por último se hicieron públicas algunas declaraciones que Tveitt realizó en su correspondencia privada, consideradas antisemitas y en las que se mostraba muy crítico con la intromisión de los judíos en el terreno cultural.
En Noruega, tal y como ocurrió en casi toda Europa, la izquierda en la política y los modernistas en el arte, vieron en la desnazificación una oportunidad de oro para acabar con los opositores ideológicos. Tveitt fue atacado por ambos grupos; el resultado fue devastador para su reputación, y contribuyó significativamente a convertirle en una persona non-grata en el panorama musical de la posguerra.
Afortunadamente, en los últimos años una nueva generación de académicos y músicos han empezado a acercarse a Tveitt y a su música. Gracias a esto la mayor parte de la música que queda de Geirr Tveitt está de nuevo disponible para el gran público. Resulta lamentable que hasta la década de 1990 el gobierno noruego no comenzara a prestar algún tipo de apoyo para el estudio y la conservación de la obra de Tveitt.
En aquellos días de la desnazificación y caza de brujas en los que Tveitt fue perseguido no tardaron en aparecer las dificultades económicas. Tveitt buscó refugio en la granja familiar en Kvam, pero aun le quedaba por sufrir otro duro golpe: en 1970, cuando la mayoría de sus obras se perdieron en el incendio de su granja, el otrora exitoso compositor se vio condenado al ostracismo, con serios problemas económicos y con tres cuartas partes de su obra perdida para siempre entre las llamas. La desesperanza entonces le llevó a desarrollar un problema con la bebida que le acompañaría hasta el final de su vida y ayudaría a que le resultaba cada vez más difícil de componer.
Geirr Tveitt falleció el 1 de febrero de 1981. Buena parte de su obra se perdió para siempre, pero no su memoria, que pervive en todos aquellos que seguimos admirándole.
Geirr Tveitt, Descanse en Paz.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)