jueves, 3 de julio de 2014

La chica blanca sangra mucho



La chica blanca sangra mucho, "white girl bleed a lot", es una frase pronunciada por uno de los jóvenes negros que protagonizaron un ataque contra un grupo de ciudadanos blancos durante los fuegos artificiales que se celebraron el 4 de julio en Milwaukee. Esta frase ha sido escogida para dar nombre al libro escrito por Colin Flaherty, en el que se narra el exponencial crecimiento de la violencia racial en Estados Unidos, una violencia racial que está siendo protagonizada por jóvenes negros contra la comunidad blanca. Otra parte importante del libro describe cómo los medios de comunicación eluden, cada vez con mayor dificultad, hacer mención de cualquier tipo de connotación racial en cuanto está ocurriendo.

Colin Flaherty ha recopilado y expuesto más información que cualquier otro periodista en lo que parece ser una tendencia en todo Estados Unidos, el incremento de la violencia ejercida por jóvenes negros sobre ciudadanos blancos con una motivación principal: el odio racial. Por primera vez un libro rompe el código de silencio que rodea estos graves acontecimientos y lo hace impecablemente documentado con datos de más de cien ciudades desde 2010, mostrando que estos ataques violentos han ocurrido por todo el país, Nueva York, Nueva Jersey, Michigan, Pennsylvania, Washington, DC, Connecticut, Illinois... se puede afirmar con certeza que Estados Unidos se encuentra inmerso en una epidemia de violencia protagonizada por jóvenes negros y en la que sus víctimas son los estadounidenses blancos.

El pensador y economista afroamericano Thomas Sowell declaró: "La lectura del libro de Colin Flaherty dejó dolorosamente claro para mí que la magnitud de este problema es mayor de lo que había descubierto en mi propia investigación. Se documenta no sólo los disturbios raciales sino también cómo los medios de comunicación y los políticos lo evitan, esto es algo que está ocurriendo en decenas de ciudades”.

Los medios de comunicación se muestran reacios a denunciar la violencia racial. Es sin duda una experiencia entre extraña y sorprendente ver uno de los muchos vídeos de noticias que muestra este tipo de violencia; en ellos el, al parecer daltónico, presentador dice "algunas personas” ¡mientras que las imágenes muestran claramente una gran multitud de negros (sólo negros) que saca a la fuerza a pasajeros blancos (sólo a blancos) de sus coches y los golpean!.

Tal escalada de violencia ha terminado por llegar incluso a nuestros telediarios, si no todas sí al menos algunas de sus formas más deleznables como el conocido como knockout game un "juego" que consiste en propinar un brutal golpe a un transeúnte con la intención de dejarle inconsciente, juego que ya se ha cobrado varias víctimas mortales. Lo que tampoco han mencionado los medios de comunicación españoles a pesar de que cualquiera podía observarlo en las demoledoras imágenes emitidas, es que los agresores una vez más son jóvenes negros y las víctimas son ciudadanos blancos.


 

Pero este “juego" realmente no es nuevo. Aunque se está multiplicando a un ritmo exponencial, en el pasado ha tenido muchos nombres "knockout", "knockout king", "point 'em out”, “knock 'em out", "bomb", "happy slapping" etc. Pero se le llame como se le llame la base del "juego" es siempre la misma: jóvenes negros agreden a un ciudadano blanco sin mediar provocación ni motivo, sólo como mera diversión.

Ya en septiembre de 1992 un estudiante de intercambio noruego, Yngve Raustein, fue asesinado por tres adolescentes que, según los fiscales, estaban jugando un juego llamado "golpe de gracia". Según declararon el objeto era dejar a un blanco desprevenido inconsciente con un solo golpe, y si el agresor no tenía éxito, sus compañeros le atacarían para terminar el trabajo.

Las víctimas mortales no han dejado de sumarse y no sólo en los Estados Unidos. En 2005 en el Reino Unido la BBC informó sobre los “happy slapping”. Las siguientes imágenes de una cámara de seguridad muestran el momento en el que un hombre fue atacado fatalmente en presencia de su nieta por dos adolescentes. Murió una semana después del asalto en Tooting, al suroeste de Londres.



El gobierno francés, por su parte, respondió a estas agresiones con una ley que persigue provocar actos violentos con el fin de filmarlos y publicarlos en Internet. Según dijo un portavoz del entonces presidente Nicolas Sarkozy la ley fue de hecho pensando en los "happy slapping".



http://www.liveleak.com/view?i=078_1275256429&comments=1

Bien, asistimos a una epidemia de violencia protagonizada por jóvenes negros que escogen como víctimas a ciudadanos blancos, pero ¿cómo es posible que todo esto no haya sido acompañado de una ola de indignación y de protestas? La respuesta la encontramos en la actitud que está manteniendo el grueso de los medios de comunicación.

El editor Steve Chapman del Chicago Tribune insiste en que son ciegos al color y que sólo un racista se preguntaría por qué su periódico se niega a informar de la violencia colectiva de los negros y de que esta situación se encuentra fuera de control. Chapman no es desde luego un caso aislado, de hecho podría estar diciendo lo que piensa toda una generación de directores de noticias que dicen no denunciar la violencia racial porque no tienen "ninguna evidencia de que dicha violencia tenga motivaciones raciales".

Eso mismo es lo que el editor del Virginian-Pilot declaró cuando lo presionaron para explicar por qué no informó de que dos de sus periodistas fueron atacados por una turba de cincuenta a cien personas de raza negra. Eso significa que a menos que los depredadores emitan un comunicado de prensa o lleven carteles que digan “Muerte a los blancos”, los editores no tienen forma de saber si la raza tiene o no algo que ver con los crímenes... en fin juzguen ustedes mismos.

Otros muchos actos de violencia de menor intensidad están siendo protagonizados por grupos de jóvenes negros, como los conocidos como "flashmob raids". Un flash mob (o flashmob) es básicamente un grupo de personas que se reúne en un lugar público para realizar una acción inusual por un breve periodo de tiempo y luego se dispersa rápidamente. Suele tratarse de un baile, una canción entonada a coro, etc. Pero los jóvenes negros de Estados Unidos han creado su propia versión, y la acción inusual en este caso es el saqueo de comercios y tiendas.



Este tipo de ataque se cuenta por decenas en todo Estados Unidos, La ciudad estadounidense de Filadelfia decretó incluso un toque de queda de noche para menores de edad en su centro histórico en un intento por acabar con los "flashmobs", una vez más no importa que los atacantes sean negros, este dato es sistemáticamente omitido, el daltonismo informativo perdura tenaz también en estos ataques.

Quizá una de la reacciones más desalentadoras tras la lectura de "La chica blanca sangra mucho" sea la expresada por Thomas Sowell que comenzaba su artículo diciendo: "Una de las razones para estar contento de ser tan viejo como yo es que me salvaré de ver una guerra racial en Estados Unidos. Las guerras raciales son a menudo las guerras en la que nadie gana y todos terminan mucho peor de lo que estaban antes. Las escaramuzas iniciales de la guerra racial ya han comenzado y realmente han estado sucediendo desde hace algunos años. Pero los funcionarios públicos pretenden que no está ocurriendo mientras que los principales medios de comunicación rara vez publican en algo, excepto en formas que ocultan lo que realmente está pasando".

El daltonismo informativo respecto a las cada vez más frecuentes agresiones raciales sufridas por ciudadanos blancos contrasta llamativamente con la actitud que los mismos medios mantienen cuando la víctima es un ciudadano de alguna de las llamadas "minorías étnicas". 

Como ejemplo sirva la agresión que sufrió recientemente un joven oriental en el metro de Barcelona; aquí la situación parece inversa, nadie se ha molestado en contar las circunstancias y motivos que precedieron dicha agresión, pero lejos de mantener la misma actitud que acompaña a los centenares de ataques sufridos por ciudadanos blancos (no hay ninguna evidencia de que dicha violencia tenga motivaciones raciales) aquí la prensa ha dado una repercusión absolutamente desproporcionada a un incidente menor y por supuesto no se ha dudado ni un momento en calificarlo de ataque racista.

Cualquiera podría pensar que mientras centenares de ciudadanos de raza blanca están sufriendo terribles agresiones racistas, en ocasiones con resultados fatales, los medios de comunicación ofrecen una visión de túnel, negando la norma y poniendo en primera plana la excepción para presentar, en el colmo del cinismo, a un grupo social víctima de la violencia racial (los ciudadanos blancos) como si fueran los agresores.

Ciudadanos blancos en todo el mundo están siendo depredados, mientras los medios de comunicación guardan silencio; y cuando lo rompen es para aprovechar la excepción a la norma para convertirles en el colectivo responsable de las agresiones racistas.

¿Nadie va a romper una lanza por nuestro pueblo?

2 comentarios:

  1. En hora buena winston , me alegra que buelvas a publicar un abrazo y a seguir luchando.

    ResponderEliminar
  2. Excelente post, lo compartiré en mi blog si no tienes inconveniente.
    Un saludo.

    ResponderEliminar