sábado, 24 de abril de 2010

Carta abierta a un liberado sindical


Buenos días, soy un trabajador español, puede que no recuerdes lo que es eso, pero somos esas personas que con el fruto de su esfuerzo y trabajo diario pagan los impuestos de los que te alimentas. Puede que no lo recuerdes, pero antes de convertirte en un parásito social eras como nosotros. Sí, te he llamado parásito, y no te enfades, pero es lo que eres tú y los miles y miles de liberados a los que mantenemos con nuestro esfuerzo a cambio de nada. ¿No es eso un parásito? Seguramente dirás que defiendes los derechos de los trabajadores, pero eso solo es una sucia mentira que nadie se cree.

Desde que cambiaste el abono transporte por las dietas de desplazamiento no has hecho nada por nosotros, te has convertido en el perro fiel y bien alimentado del gobierno. Tu falta de honradez solo es comparable a tu falta de vergüenza. Me gustaría saber qué pasa por tu cabeza cuando banderita roja al hombro te diriges a una de las ridículas manifestaciones que convocáis.

Dime cómo le explicas a los pocos ingenuos a los que aún tenéis engañados que en plena bonanza económica conseguisteis tirar los sueldos por el suelo con vuestra política de “papeles para todos”, destruyendo el mercado laboral usando ¡paradójica ironía! una fórmula elemental del capitalismo más cruel, la ley de la oferta y la demanda. Si sube la oferta por encima de la demanda los precios caen, y vosotros aplaudisteis y os manifestasteis para apoyar la entrada masiva de mano de obra extranjera... Dime ¿cuántos millones en subvenciones os reportó esa traición sin precedentes?.

Desde que lideráis la lucha por los intereses de los trabajadores no habéis conseguido un solo logro significativo en su beneficio. ¿La semana de 40 horas? ¿Jubilación obligatoria? ¿Vacaciones pagadas? ¿Sanidad pública? ¿Seguro de desempleo?... pero si todo os lo encontrasteis hecho, malditos vagos.

Lo único que habéis conseguido ha sido perder derechos para los trabajadores, pero claro, cada retroceso os ha supuesto un aumento en las subvenciones. Pero lo que no te perdono no es que seas un vago, ni siquiera que seas un traidor. Lo que no te perdono es que seas lo suficientemente sinvergüenza como para reirte de tus víctimas.

Que con la amenaza inminente de aumentar la jubilación, que ante la insolidaria subida del IVA, que con casi cinco millones de parados y un gobierno derrochador que tiene una política económica errática propia de una república bananera te dediques a convocar una manifestación, me parece no razonable, sino necesario... pero ¡maldito sinvergüenza! que se convoque bajo el lema ¡cambia de vida, no de clima! es reírte en la cara de los que sí somos trabajadores.

Mira, a la convocatoria no iré porque si te veo termino en comisaria y no me lo puedo permitir, porque yo sí mantengo una familia con el fruto de mi trabajo, no como tú. La pachamama, la salud del planeta y el calentamiento global te lo metes por donde te quepa, pero no te preocupes que en la manifestación no estarás solo, que para eso sois muchos miles los que cobráis para dedicaros a esas cosas.

Además contaréis con la inestimable asistencia de esos inmigrantes que os adoran y que usasteis como arietes para destruir el mercado laboral español y pasaréis una jornada festiva que la televisión pública adornará convenientemente.

“El que ha perdido honor ya no puede perder más.”
Publio Siro


jueves, 22 de abril de 2010

Cambridge revoca a Nick Griffin


Hoy he leído entre el asombro y la indignación que la Universidad de Cambridge pretende revocar el título (Matrícula de Honor en Derecho)a Nick Griffin. Esta sería la primera vez en toda la historia de la educación superior británica que la calificación de un ex-alumno ha sido revocada.

El señor Nick Griffin es el líder del BNP (British National Party) y eurodiputado de esta formación en el Parlamento Europeo. El señor Griffin con su defensa de la identidad británica y firme oposición a la colonización e islamización que está sufriendo el Reino Unido ha conseguido una popularidad y unos resultados en las urnas que parecen inquietar a los partidos tradicionales británicos.

Fruto de esta inquietud (más que inquietud empieza a parecer pánico) se ha desatado una campaña contra el BNP y la figura del señor Griffin en la que parece que todo vale.

La medida que la Universidad de Cambridge pretende tomar contra el señor Griffin está motivada exclusivamente por sus posturas políticas (algo que la propia universidad reconoce) pero no podemos olvidar que el BNP es un partido absolutamente legal en Inglaterra.

Las motivaciones están claras. Por un lado dañar la imagen pública del líder del BNP y por otro lado emitir una señal de advertencia a buena parte de la élite intelectual y económica del Reino Unido (los ex-alumnos de Cambridge), a la que se le está mandando un mensaje claro y conciso: “Si usted comparte y apoya las ideas del señor Griffin puede correr el mismo linchamiento moral”.

Y de esta forma, esta histórica universidad que ha dado al mundo muchos grandes hombres, pero también a alguno de los más polémicos, casi inadvertidamente se ha tornado en un bastión de jacobinos en el que con medidas retroactivas y que nada tienen que ver con el mundo académico condenan al linchamiento moral a un ex-alumno por hechos que están dentro de la ley y la normalidad democrática.

Dicen las malas lenguas que la presencia cada vez mayor de millonarios saudís en las aulas de Cambridge y la inestimable aportación económica que esto significa, podría estar detrás de tan polémica medida y desde luego a la vista del idilio que dicha universidad mantiene con los sauditas no parece una hipótesis descabellada.

Además Cambridge forma parte de una alianza estratégica con el grupo saudita Obeikan. Las actividades de esta operación se centran en producir libros de texto para las escuelas del Golfo Pérsico.

Si esta hipótesis fuera cierta las posturas del señor Griffin no solo serían ciertas, sino que me atrevería a decir que si el proceso de colonización del Reino Unido por parte del mundo árabe ha llegado a controlar una institución como la Universidad de Cambridge, la situación es mucho más grave de lo que el señor Griffin nos dice.

Como ejemplo y anécdota histórica no me gustaría dejar de comentar que algunos de los más importantes traidores de la historia del Reino Unido estudiaron en Cambridge.

El más importante de los espías de Cambridge fue Harold Adrian Russell Philby, conocido como "Kim", quien recibió la Orden de Lenin. Murió en 1988 y después de su muerte fue honrado con una estampilla de correos en su memoria. Entre otros muchos méritos “Kim” delató a gran número de los espías británicos y facilitó a Stalin información que permitió al ejército soviético desarrollar la bomba atómica con la que los rusos amenazaron en la guerra fría a los países occidentales (Inglaterra incluida).

Al Sr. Harold Adrian Russell Philby, la universidad de Cambridge nunca le revocó su título.

Tampoco lo hizo con los siguientes y famosos espías y traidores que pusieron en peligro la seguridad y la libertad de los británicos y que también estudiaron en Cambridge, como Anthony F. Blunt, Guy Francis De Moncy Burgess y Donald Maclean, según se relata en el Círculo de Espías de Cambridge.

Blunt, Burgess y Maclean, traidores a su patria y espías, criados en Cambridge.

Parece ser que a Cambridge le parece más respetable ser un espía soviético que ser la cabeza de la lista electoral del BNP.

Es increíble y preocupante que la primera y única vez en la historia del Reino Unido que se revoca una titulación universitaria a alguien, esto ocurra por presidir un partido legal.

lunes, 19 de abril de 2010

Leni Riefenstahl


Hoy me gustaría hablar de cine, de cine con mayúsculas, porque hoy me gustaría hablarte de Leni Riefenstahl. Seguramente su obra cinematográfica es difícilmente igualable y sus películas estarán para siempre entre las grandes creaciones del Séptimo Arte, pero la vida de esta incomparable mujer supera con creces el interés de su obra.

A pesar de que su “incorrección política” la haya convertido en una desconocida para el gran público, es todo un ejemplo a seguir en muchos sentidos. Dejo este artículo como modesto homenaje y con la esperanza de darla a conocer a alguno de los lectores de este blog, especialmente los más jóvenes, porque la vida y obra de esta vital y emprendedora mujer es una parte importante de ese patrimonio artístico y cultural del que se les intenta privar.

Leni Riefenstahl nació en Berlín el 22 de agosto de 1902. De muy joven empezó a practicar ballet, cuando su exitosa carrera como bailarina se vio truncada prematuramente por una lesión en una rodilla. Pero Leni no fue una mujer que dejara que la adversidad la derrotara, lejos de quedarse sentada auto compadeciéndose por su carrera frustrada se propuso nuevos retos. Esta actitud la acompañó durante toda su vida, y con esa actitud en 1924 entra en contacto con el Doctor Arnold Frank tras ver una película suya sobre los Alpes Dolomitas, y es de su mano como entra en el mundo del cine protagonizando varias películas como “El Monte Sagrado”. Es en el transcurso de estos años en los que aprende a manejar la cámara junto al Doctor Arnold y será creadora de estilos junto a Eisenstein y Orson Welles, incluso adelantándose a ellos en muchas ocasiones; pero sin embargo no goza de su reconocimiento y popularidad.

Poco a poco va labrándose una reputación como actriz que sobrepasa las fronteras de Alemania, aún a costa de asumir riesgos físicos, filmando escenas arriesgadas, y económicos, pues colabora en la producción de muchos de sus filmes.


En 1932 decide filmar su primera película “La luz azul”, en la que además de dirigir interpreta el papel principal. La película es premiada en la Mostra de Venecia. Las películas se suceden y su prestigio y fama aumentan cada día.


Es en el año 1933 cuando Leni Riefenstahl ve a Hitler por primera vez en un mitin en Berlín y queda cautivada por él: «Fue como si se abriera la tierra delante de mí», escribirá en sus Memorias. Es en ese momento cuando a través de Rudolf Hess ofrece su talento al nuevo régimen y pasó a formar parte del círculo más íntimo de Hitler (del que se llego a decir que fue amante, algo que ella siempre desmintió) y estableció fuertes relaciones de amistad con muchos de los altos jerarcas del Reich como Rudolf Hess o Albert Speer, con el que colaboró en la creación de la famosa Catedral de Luz.

Se le encarga la realización de lo que hoy se conoce como La Trilogía de Nuremberg: “La victoria de la fe” (1933), “Día de libertad: nuestras Fuerzas Armadas” (1935) y “El triunfo de la voluntad” (1936). Esta obtuvo el Premio Nacional de Cinematografía, la medalla de oro en la Bienal de Venecia, y medalla de oro también en la Exposición Universal de París en 1937.

Para entender la fuerza y la genialidad de estas creaciones, leamos la siguiente anécdota que narra el periodista Carlos Fuentes en un articulo publicado en “El País” titulado "Leni, Buñuel y Roosevelt".

“Durante la Segunda Guerra Mundial, el gran realizador aragonés trabajaba en la cineteca del Museo de Arte Moderno de Nueva York a las órdenes de Iris Barry. Refugiado de la guerra de España, antifranquista convencido, desilusionado de Hollywood y la imposibilidad de hacer en California un cine personal, Buñuel encontró refugio en el museo neoyorquino, el ilustre MOMA.

Allí le fue encargada una misión que resultó imposible. A saber, tomar la película de Leni Riefenstahl sobre las concentraciones nazis en el estadio de Nuremberg, El triunfo de la voluntad, y transformarla de épico canto de exaltación germánica y nazi a arma de la propaganda contraria. O sea: Buñuel debía tomar la película de Leni, que lo era de propaganda nazi, y convertirla en película de propaganda anti nazi.

Buñuel realizó concienzudamente su trabajo inspirado por sus propias convicciones antifascistas, pero acaso determinado también por un respeto inevitable a la calidad estética de la película de Riefenstahl. Terminado el nuevo montaje anti nazi, Buñuel lo mostró en proyección privada a dos cineastas amigos suyos: Charles Chaplin y René Clair. Cada vez que Adolf Hitler aparecía en la pantalla, Chaplin -me contó Buñuel- se desternillaba de risa, señalaba con el índice al Führer y exclamaba:

-¡Me está imitando! ¿Se dan cuenta? ¡No hace más que imitarme a mí!

Pero mientras Chaplin reía inconteniblemente, René Clair guardaba un sombrío y gálico silencio. Por más hábil que fuese la nueva edición de Buñuel, a Clair no dejaba de preocuparle el poder estético del filme, la novedad misma que Riefenstahl traía al arte cinematográfico mediante su uso del montaje, el movimiento de cámara, los ángulos de las tomas, su hábil evocación de la épica grecorromana, el culto del cuerpo, la fascinación pagada. Riefenstahl, en efecto -y así lo entendió Clair-, era una nazi, pero también artista. Y su arte revolucionaba, con anterioridad a El ciudadano, de Welles, todas las formas establecidas de la estética cinematográfica.
René Clair sugirió que la película le fuese exhibida al presidente de los Estados Unidos Franklin D. Roosevelt en la Casa Blanca.

La proyección tuvo lugar y la opinión del presidente demócrata y líder de la Segunda Guerra fue terminante:

-No exhiban nunca esta película. Consérvenla, pero no la muestren. Si el público llega a verla, quedará convencido de que los nazis son invencibles. Es una película que desmoraliza nuestro esfuerzo bélico."


Con motivo de las Olimpiadas de Berlín de 1936 filmó una de sus principales obras, "Olympia", un megadocumental de más de cuatro horas de duración. Son significativos los avances técnicos y de producción utilizados por Riefenstahl en estos trabajos, en los que fue pionera usando medios y formas de rodaje y postproducción muy comunes hoy día en las producciones audiovisuales, pero indudablemente innovadores en la época.



“Olympia” tuvo un rodaje sin precedentes en la historia, durante el que Leni creó nuevas técnicas de rodaje, colocó cámaras submarinas en las piscinas, cavó zanjas para meter las cámaras y filmar a los atletas con el cielo de fondo, siguió a los corredores con un traveling y contó con treinta cámaras y sesenta operadores... Terminado el rodaje se fue a Grecia para rodar el prólogo donde, se dice, que una de las bailarinas desnudas era ella misma.


El documental fue un nuevo éxito de la cada vez más famosa Riefenstahl y con él ganó el León de Oro en la Mostra de cine de Venecia.

En 1938, Leni Riefenstahl se casó con un oficial de la Wehrmacht llamado Peter Jacob. Durante la guerra, perdió a su hermano en el frente ruso.

Durante la guerra continuó su rodaje de la película “Tierra Baja”, supuestamente ambientada en España, para lo cual tuvo que construir en plena Alemania una aldea de estilo español. Tras perder la guerra Alemania, Leni huye con su última película al Tirol Austríaco, pero es delatada por unos antiguos amigos a los estadounidenses que le quitan la película, el dinero y todo el equipaje. Regresa a Berlín con su marido donde es nuevamente detenida y encarcelada.

Una vez puesta en libertad es detenida, en esta ocasión por las fuerzas francesas, que la someterían a interrogatorios y torturas, y la trasladarían a una cárcel de mujeres ¡¡donde estuvo con camisa de fuerza y sometida a un tratamiento de electro-shock durante meses para curarla del nazismo!!

La volvieron a soltar y ¡fue detenida una vez más por los franceses!... en fin, qué decir de toda esta historia de detenciones y torturas, era Leni Riefenstahl y había que encerrarla aunque una vez tras otra no encontraran motivo para condenarla. Tras esta última detención la trasladan junto a su marido a un pueblo de la Selva Negra alemana donde estuvo recluida dos años y medio. En este periodo se separó de su marido.

Finalmente, en 1948, fue eximida de culpabilidad; no obstante, se le confiscaron todos sus bienes.

La directora vivió durante años gracias a la ayuda del Comité Olímpico Internacional y de algunos amigos, ya que por la distribución de algunas de sus películas no recibió ni un céntimo pese a que estaban siendo explotadas sin ningún escrúpulo. Finalmente, un buen día recibe una oferta de una productora italiana y sin dudarlo se traslada a Italia para trabajar rodando películas de alpinistas. La productora fracasó y Leni se quedó en la calle, hasta que otro productor italiano le propuso relanzar “La luz azul” con un nuevo montaje y nueva música.

En 1954, tras varios años de pleitos, consiguió recuperar parte de sus pertenencias, sobre todo sus rollo de película. Veinte años después de haber sido empezada, terminó el montaje y estrenó “Tierra Baja”. La directora alemana viajó a España trayendo tres guiones consigo que pretendía rodar pero, tras recorrer el país buscando financiación, le ofrecieron grabar un documental sobre España, que ella rechazó.


En 1962, ¡con sesenta años! Leni viajó a Sudán a conocer a una tribu, los nubas. Los reportajes que realizó sobre esta tribu cosecharon un gran éxito en los años 70 y le valieron varios premios a finales de la década. Las fotografías y filmaciones de “Los Nuba” dieron la vuelta al mundo. Para lograrlas se integró en las costumbres de la tribu y aprendió su lengua. Con su colaborador y cámara, Horst Kettner, en 1968, se adentró en territorios desconocidos y filmó a varias tribus que nunca habían tenido contacto con el mundo de occidente.

Su culto al cuerpo en forma de imágenes fotográficas y filmadas, sirvió a sus críticos para indicar sus evocaciones de la ideología nazi. En la última etapa de su vida profesional, prefirió eliminar de sus imágenes al ser humano. Desde mediados de los años setenta comenzó a fotografiar arrecifes de coral, un tema que incluso le permitió filmar una última película, ya absolutamente vaciada de contenido, “Impresiones bajo el agua”, que realizó con 97 años y presentó en el 2000, ya con 100 años.


¡¡Aprendió submarinismo a los 72 años y con más de 90 siguió lanzándose en paracaídas!!

La última vez que Leni visitó España fue en el año 2002. A sus cien años sorprendió a todos con su lucidez en las distintas entrevistas que concedió. Como muestra de su privilegiada memoria dejo esta anécdota recogida por Margot Molina en el diario “El País”, en su articulo titulado "La centenaria Leni Riefenstahl inaugura su exposición sobre los nubas en Sevilla".

"Leni Riefenstahl, que en esta primera aparición pública no dio lugar a preguntas, quiso volver a la Alhambra. Durante su reencuentro con el palacio, la cineasta alemana no paró de interrogar sobre los rincones que guardaba en su privilegiada memoria. “Insistía en que la llevaran a un lugar que ninguno de sus guías logró identificar. Ella describía la vista que recordaba desde la ventana, pero no lo identificaron. Por la tarde la llamaron para decirle que, efectivamente, el lugar existe y es una recóndita habitación que lleva más de 30 años cerrada. Cuando quiere recordar algo no cede hasta encontrarlo, así que quiso volver el miércoles para encontrarse con sus recuerdos”.

Leni Riefenstahl murió en su casa de Poecking, a bordo del «Starnberger See», en Baviera a los 101 años.

Leni Riefenstahl 1902-2003. No sé dónde se encontrará pero hay algo de lo que estoy seguro, y es que esté donde esté estará pensando cuál sería el mejor encuadre para captarlo con su cámara. Descanse en paz.

lunes, 12 de abril de 2010

Sudáfrica


El reciente asesinato del líder blanco Eugène Terreblanche ha devuelto a Sudáfrica a las portadas de la actualidad internacional.

Es innegable el clima de tensión racial existente en Sudáfrica, pero para entender adecuadamente lo que está pasando sería conveniente dar un somero repaso a la realidad en la que viven los miembros de la minoría blanca en Sudáfrica, porque la imagen simplista que los medios de comunicación nos está ofreciendo es la de que Sudáfrica es un país normal con unas instituciones sólidas que garantiza las libertades y los derechos de todos sus ciudadanos, en el que un puñado de fanáticos supremacistas blancos están creando problemas. Pero ¿y si la realidad dista mucho de ser así?

Sudáfrica es un país en el que uno de cada cuatro hombres admite haber violado a una mujer en alguna ocasión (la mayoría reconoce haber atacado a más de una víctima). Y ¡uno de cada diez hombres reconoce haber sido violado por otro hombre!

El actual presidente del gobierno, Jacob Zuma alcanzó la presidencia del CNA (Congreso Nacional Africano) gracias al apoyo de Winnie Mandela, conocida como "mama África". Esta mujer tiene en su currículo notables méritos como el haber sido condenada por 43 casos de fraude y 15 casos de robo, además de haber estado involucrada en sucesos extremadamente violentos como el del asesinato del activista Stompei Seipei de tan solo 14 años de edad.

El señor Jacob Zuma es polígamo: se ha casado con cinco mujeres de las convive con tres ¡nada más! (está separado de una y otra murió tras un controvertido suicidio). Tiene veinte hijos, el último de ellos 20 lo ha tenido ¡con la hija de un amigo! Toda esta prole vive a todo trapo a costa del Estado, lo que supone un despilfarro millonario.

El señor Jacob Zuma, entre otros méritos, cuenta en su haber 783 acusaciones de corrupción y una por violación, se declara comunista y fue formado militarmente en la Unión Soviética.

El señor Jacob Zuma, que después de tener relaciones con una mujer seropositiva declaró que "se había dado una ducha para no contraer el sida". Recordemos que estas irresponsables declaraciones del cuasi analfabeto presidente sudafricano se producen en un país duramente golpeado por la enfermedad, donde organismos internacionales están haciendo grandes esfuerzos por formar y concienciar a la población. Claro que si tenemos en cuenta que en 2006, la entonces Ministra de Salud llegó a señalar la insólita medida de que para curar la enfermedad se requería una dieta de “ajo, aceite de oliva y limón” pues...

En Sudáfrica es corriente que mujeres lesbianas sean violadas para corregir su desviación. En muchos casos la violación termina en ejecución como el caso de una joven de sólo 19 años. Fue violada, sus genitales fueron mutilados, y fue ejecutada a tiros. Y lo peor es que el asesinato fue cometido a sólo 30 metros de una comisaría cercana a Ciudad del Cabo.

En Sudáfrica se roban 40 vehículos, se cometen 130 violaciones y 60 asesinatos al día. Además, las leyes de discriminación positiva hacen que a los blancos les resulte muy difícil encontrar un empleo cualificado.

No podemos dejar de mencionar que desde el final del Apartheid han sido asesinados brutalmente unos 3.000 de los 40.000 granjeros blancos de Sudáfrica, cuatro de ellos en la última semana, después de que el líder de las juventudes del CNA Julius Malema cantara en público la canción "Matar al Bóer".



En la provincia del Norte del país se ha instalado un cementerio simbólico, conmemorativo de los asesinatos: una colina cubierta con 3.000 cruces blancas, una por cada víctima del odio racial.

Este joven político sudafricano ha sido noticia también en los últimos días al expulsar e insultar a un periodista blanco de la BBC por defender "tendencias blancas". ¿Alguien puede imaginar a un político occidental expulsando e insultando a un periodista negro por defender "tendencias negras"?

En la misma entrevista defendió la política agraria de Zimbabwe, recordemos que esta política consistió en la expulsión violenta o asesinato de los granjeros blancos del país quitándoles la propiedad de la tierra en unas acciones calificadas como ilegales por la justicia internacional.

Como resultado de esa política que tanto gusta a Julius Malema, Zimbabwe pasó de ser el granero de África a ser un país arruinado donde se producen grandes hambrunas.

En toda África han sido asesinados 40.000 blancos por motivos raciales en los últimos años ante el silencio de la “comunidad internacional”. A consecuencia de esta situación la población blanca está abandonando el país a un ritmo cada vez mayor (casi un millón de blancos han abandonado ya Sudáfrica). Combinando las acciones violentas con la discriminación legal se está produciendo una auténtica limpieza étnica contra la minoría blanca.

Bien, creo que con esto es suficiente para hacernos una idea de la realidad en que se desenvuelve la comunidad blanca en Sudáfrica. Hagamos ahora un pequeño ejercicio mental e imaginemos por un momento que en Sudáfrica, por arte de magia, los ciudadanos negros se tornen en blancos y los blancos en negros.

Imaginemos que la mayoría blanca ha asesinado a tres mil granjeros negros en los últimos años y que los corruptos líderes blancos en actos públicos cantaran canciones que animaran a matar al granjero negro. Imaginemos que la minoría negra está escapando del país porque no encuentra trabajo a causa de leyes discriminatorias que reservan las plazas disponibles a los blancos, y que los índices de delitos violentos contra la minoría negra estén a unos niveles inconcebibles en cualquier país civilizado.

¿Crees que tras el asesinato de uno de los principales líderes negros a manos de dos blancos los comentarios en la prensa internacional habrían sido los mismos? Porque al leer las noticias del asesinato y entierro de Eugène Terreblanche el tono de los comentarios era claramente peyorativo.

Yo creo que el líder muerto hubiera sido negro habría sido tratado como un luchador por los derechos e intereses de la minoría a la que pertenece ¿O es que sólo los negros tienen derecho a un Malcom X?

En mi opinión, Eugène Terreblanche fue un luchador por los derechos de la minoría blanca y algún día será reconocido como tal.

Como pequeño tributo dejo esta canción, que estoy seguro sería del gusto del señor Terreblanche.



¿Dónde están los famosos? ¿Dónde los conciertos solidarios? ¿Dónde las organizaciones de derechos humanos? ¿Donde las ONG’S?... Perdón se me olvidaba que solo son unos jodidos blancos ¿a quién le importa?



Como dice el vídeo: "Su único crimen es ser sudafricanos blancos. Nuestro crimen, nuestro silencio"

Hermano Boer

Nuevamente tengo que agradecer a mi amigo Juan Pablo Vitali que me permita ilustrar con una de sus obras este blog. Según sus propias y acertadas palabras "Para el que sabe leerlo, siempre es mejor un poema que un artículo".


Hermano Boer

No sé si pensábamos lo mismo
Posiblemente no.
Pero hace días me da vueltas
Por la cabeza este poema
Hermano Boer.

Los otros no saben
Lo que fue poner el piano
En la casa junto al río
Y que en las tierras solitarias
Y despiadadas, sonara Mozart
Por primera vez.
Nosotros sí sabemos.

Los otros no saben
Lo que es quemar las naves
Abandonar la tierra con tus muertos
Y partir.
Nosotros sí sabemos.

Los otros no saben
Lo que es pelear contra todos a la vez
Y mantener la sonrisa por las noches
Para que los niños
Tengan un minuto de paz.

Los otros no saben nada del confín
Del vacío, de la sequía, de la soledad.
Nosotros sí sabemos.
Y también sabemos que fue, nuestra propia madre
Seca de odio y ávida de divisas
La que nos arrojó con el hambre
A los espacios vacíos.

Nosotros, hermano Boer
Somos el vástago terrible
El hijo al que los padres, volvieron la espalda.
En realidad, no sé si pensábamos lo mismo
Ni me importa.

Tuvimos los mismos enemigos:
El inglés amante del exterminio
Y de los campos de concentración,
La hidra oscura de mil cabezas que grita
Homicidio y sangre y bailar embriagados
Alrededor de los cadáveres recién muertos.

Pero nosotros, aún somos
El piano junto al río, el tibio sol
En la pradera, el fuego y las charlas
Sobre libros junto al fuego.
Los caballos que con tanto amor criamos
La tierra que abonamos, con sudor y con sangre
Durante siglos.

Somos, camarada, los últimos pueblos
Del trigo y las canciones.
Tuvimos una vida hermosa
Los dioses lo saben.
Sabíamos que solos, algún día
Esto pasaría. Pero entre nuestro destino
Y el de ellos, prefiero el nuestro.

Descansa en paz, hermano Boer
El destino es extraño y milenario
Y los ríos llevan tu sangre y la de Mozart
Hasta un lugar idílico
Olimpo, Walhalla, paraíso
Donde nunca mueren los guerreros
Donde nuestro pueblo es feliz
Y cultiva soles.


Juan Pablo Vitali