martes, 8 de diciembre de 2015

EL HIJO DE GADAFI: ¿NUEVO REVÉS PARA USA?



Recientemente se han producido entorno a Libia algunas de esas noticias que parecen no haber captado la atención de la prensa y los telediarios españoles; pero créanme, merece la pena seguir su evolución porque podría dar resultados sorprendentes y resultar determinantes en el panorama internacional. 

La primera noticia es la siguiente: “Seif Al Islam ha sido elegido representante del Consejo Superior de las Tribus Libias”. Sí, han leído bien, el mismo Saif Al Islam, hijo del coronel Gadafi, conocido como su más que probable sucesor y que recientemente fue condenado a muerte por un tribunal de Trípoli, la capital de uno de los dos gobiernos que, hasta ahora, reclamaban su legitimidad en Libia. 

Pero el caso es que el acusado no ha estado sentado frente al tribunal que lo ha condenado a muerte ni un solo día. Sus intervenciones han sido siempre por videoconferencia, pues él ni está preso en Trípoli ni en manos de las autoridades que controlan la ciudad. Desde su detención en noviembre de 2011 se encuentra en Zintan, una población controlada por unas milicias que permitieron el juicio pero se negaron a entregarlo y que no sólo no lo han ejecutado sino que en este momento parecen permitirle cierta libertad de movimiento. 

En definitiva, un cacao propio de un estado fallido en el que no existe una clara autoridad y en el que milicias de todo tipo y pelaje se enfrentan por controlar amplios territorios de este país, hoy destruido y que no hace tanto tiempo, bajo el mandato del coronel Gadafi, disfrutó de los más altos estándares de nivel de vida de todo el continente africano. 

Hay algo que Occidente nunca ha terminado de entender en el escenario libio y es que Libia es un país eminentemente tribal. Puede que buena parte de la población libia sea actualmente urbana pero los lazos tribales siguen siendo el más fuerte lazo de unión de sus pobladores. Las alianzas tribales que el coronel Gadafi consiguió mantener en equilibrio durante su mandato saltaron por los aires durante la guerra promovida por Estados Unidos y la OTAN. Pero todo parece indicar que ante el avance en el país de las tropas del Estado Islámico, el Consejo Superior de las Tribus Libias ha pensado, no sin razón, que si continua la división de poder todos terminarán siendo engullidos por las milicias de barbudos cortacabezas. 

El Consejo Superior de las Tribus Libias ha debido pensar que el único capaz de restablecer el equilibrio es el heredero político del coronel Gadafi, Seif Al Islam, a quien con este nombramiento convierten en portavoz del verdadero poder del país. 

El propio coronel Gadafi siempre manejó con extremo cuidado y diplomacia sus relaciones con el Consejo Superior de las Tribus Libias, pues era perfectamente consciente de que ninguna forma de estado podía sobrevivir en Libia sin su consentimiento y colaboración.

En cualquier caso parece claro que el vacío de poder y el fraccionamiento en Libia ha llegado a su fin, la situación de equilibrio que mantenía enfrentados a los gobiernos de Trípoli y Tobruk ha salido de su punto muerto como consecuencia de los avances del Estado Islámico, que ha seguido ganando terreno a marchas forzadas, tomando posiciones clave como por ejemplo la importante ciudad de Sirtre y con ello consigue no sólo una importante capital sino una salida al mar. El Estado Islámico ha tomado también el aeropuerto de Trípoli a tan solo 30 km de la capital además de controlar buena parte de las zonas productoras de petróleo… 

Este avance ha provocado que todos los jugadores en escena se vean obligados a mover ficha, también los jugadores internacionales. 

El ejército francés ya ha reconocido haber realizado en los últimos días vuelos de reconocimiento sobre las posiciones del Estado Islámico en Libia, y su ministro de Defensa, Jean-Yves Le Drian, habló del peligro de que Libia se convierta a en una importante base de operaciones del Estado Islámico, recalcando que esto facilitaría el contacto y la colaboración de la organización terrorista con Boko Haram. Por ello, el ministro de Defensa galo urgía a los parlamentos de Tobruk y de Trípoli a llegar un acuerdo para la formación de un gobierno reconocido por todos y que pueda hacer frente a la amenaza del Estado Islámico. 

Por último el ministro de Defensa francés dijo algo muy interesante: pidió al gobierno egipcio y al gobierno argelino, dos actores regionales claves, “coordinarse” para presionar a los terroristas del Estado Islámico. 

Siempre es difícil leer entre líneas pero que Francia pida ayuda a Egipto y Argelia, que son actualmente firmes aliados de Rusia, no parece casual. Quien dirija el nuevo gobierno libio no puede ser una aliado de EEUU, no si confía en obtener la ayuda de los aliados de Rusia. 

En cualquier caso las sugerencias del ministro de Defensa francés han sido atendidas con una celeridad increíble. Tras años enfrentados, al día siguiente de estas declaraciones del ministro, los dos grupos que se disputaban el poder anunciaban un preacuerdo para la formación de un gobierno de reconciliación nacional. No, no creo que las palabras del ministro francés hayan provocado el acuerdo, pero desde luego creo que él sabía perfectamente de lo que estaba hablando y que Francia estaba al corriente de estas negociaciones. 

Esto último es otro dato a tener en cuenta, pues las negociaciones han sido secretas y llevadas a cabo en Túnez, a espaldas de Naciones Unidas. ¡Cómo es posible que dos bandos en conflicto se reúnan a espaldas de los negociadores que han sido designados por Naciones Unidas, precisamente para ayudarles a alcanzar un acuerdo! La respuesta más sencilla es que una organización controlada por EEUU e Israel no aceptaría los términos del acuerdo de paz alcanzado. Es en este punto donde toma más fuerza la hipótesis de que Seif Al Islam habría sido la persona escogida por los gobiernos de Trípoli y de Tobruk para presidir un gobierno de reconciliación nacional que contaría con el respaldo del Consejo Superior de las Tribus Libias.

Aún no se ha designado oficialmente quién presidirá dicho gobierno pero… ¿verdad que el puesto parece hecho a la medida de Seif Al Islam, hijo y heredero del coronel Gadafi? 

Si finalmente el nombramiento se produjera, ésta sería una nueva e importante derrota para EEUU y sus alegres chicos del Estado Islámico. Dudo mucho que un hijo pueda nunca perdonar lo que EEUU le hizo a su padre, ni la risa de hiena de la señora Clinton cuando hablaba de su muerte. Definitivamente si el nuevo hombre fuerte de Libia es el hijo del coronel Gadafi, Estados Unidos ya puede contar con un nuevo enemigo de por vida.

   

Veremos cómo se desarrollan los acontecimientos, pero si Seif Al Islam termina gobernando la nueva Libia, esta historia de un hijo que regresa para retomar el poder del país del que fue derrocado y vilmente asesinado su difunto padre, tendría algo de ópera wagneriana. ¿No creen?