jueves, 29 de diciembre de 2011

De pie sobre las ruinas

Es bien conocida por todos los seguidores de este blog mi debilidad por la obra del escritor argentino Juan Pablo Vitali. Por ello he escogido este poema suyo para terminar con el periodo de inactividad al que mis compromisos y obligaciones me han obligado. Espero que les guste y disfruten de él tanto como lo he hecho yo.



De pie sobre las ruinas.

Cuando toda esta miseria se termine
Nosotros estaremos aquí
De pie
Sobre las ruinas.

Cuando no haya sol
Y llueva polvo
Y llueva sangre
Nosotros estaremos aquí
De pie sobre las ruinas.

Cuando los árboles
No reconozcan a su sombra
Ni los hombres recuerden a sus dioses,
Nosotros estaremos aquí
De pie sobre las ruinas.

Cuando sean tan negras las banderas
Que se vuelvan
Una sola cosa con la noche
Nosotros, como sombras furtivas del pasado
Estaremos de pie sobre las ruinas.

Cuando los muertos hablen nuevamente
Con símbolos y voces de victoria
Nosotros los estaremos esperando
Atentos y de pie sobre las ruinas.

Cuando los dioses nos devuelvan
A cada camarada perseguido
Nosotros como carne de su carne
En un espíritu común
Allí estaremos
De pie sobre las ruinas.

Cuando los mejores vuelvan
Con su cara de luz
Sobre caballos de fuego
Nosotros estaremos esperando
Justo en el centro de este laberinto

Donde el corazón secreto de los tiempos
Nos sostiene de pie, siempre de pie
Sobre las últimas ruinas
De la vieja Europa combatiente.

Juan Pablo Vitali

No querría finalizar sin enviar un fuerte abrazo a este amigo de Ultramar.

Amigo Juan Pablo, sería un honor permanecer de pie en las ruinas a tu lado.

domingo, 13 de noviembre de 2011

El honor no tiene precio


A todos aquellos que, por desgracia, nacimos después de que la vida fuera monetarizada en Occidente, nos resulta a veces difícil de creer que hubo un tiempo no muy lejano, cuando los pilares de nuestra civilización aún estaban sanos, en que el dinero no era la vara que todo lo medía.

Sin duda el dinero, la ambición y el gusto por el lujo siempre estuvieron presentes, pero nunca fueron lo principal. Siempre existieron valores que se consideraban más importantes. Pero ahora la mayor gloria a la que puede aspirar un hombre es a la de la riqueza. El honor tiene un precio y el héroe es sólo un pobre idiota.

Afortunadamente contamos con los libros que atesoran aquellos principios que un día nos hicieron grandes. Sé que pedir, especialmente a los más jóvenes, que buceen entre sus páginas es normalmente predicar en el desierto, por eso en esta ocasión me he decidido a traer a mi blog este vídeo con un pequeño fragmento de Hamlet, de William Shakespeare.



Ser grande de veras no consiste en atormentarse por nada, sino en pelear por la más eleve de las causas cuando es el honor lo que está en juego.

William Shakespeare
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viernes, 21 de octubre de 2011

La guerra ideológica


Una frase se ha ido repitiendo en los últimos años como si se tratara de una letanía o un mantra de la nueva era: "la ideología ha muerto". Junto con otras ideas fuerza, como la de "todos los políticos son iguales", estos mensajes han envenenado a la sociedad hasta el punto en que parece que toda discusión ideológica no tiene sentido, ignorando que siempre fueron las ideas las que cambiaron al mundo.

Por supuesto yo no creo que las ideologías hayan muerto, pero sí creo que la situación actual es premeditadamente confusa, y me dispongo a hacer un intento por desenmarañar la entelequia en la que nos hallamos inmersos, de forma que nos ayude a definir lo más nítidamente posible la línea del frente dialéctico e ideológico en el que, a día de hoy, se encuentra la batalla ideológica.

Quizá deberíamos empezar por definir qué es una ideología.

La Real Academia Española nos dice que es un “conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de una persona”. Ciertamente es una definición más que aceptable aunque se queda un poco corta para mi gusto, pues mi concepto de ideología es más amplio, más cercano al concepto de “Weltanschauung” creado por el filósofo Wilhelm Dilthey. Este termino en español se ha traducido como “cosmovisión” y, efectivamente, creo que una ideología es una visión completa que abarca desde la interpretación de la Historia al Arte, pasando por la economía, las estructuras sociales, el funcionamiento de las instituciones, la moral etc. En definitiva, una visión completa del mundo desde un ángulo determinado en el que se sitúa el espectador, un marco interpretativo a partir del cual elaborar doctrinas intelectuales y éticas.

En este momento habrá quien piense, bien, perfecto, entiendo lo que para ti supone una ideología y todo ese rollo de una visión completa del mundo, pero... en ese caso los que afirman que la ideología ha muerto tienen razón, pues cuando veo el panorama político de la España actual no existen dos visiones del mundo enfrentadas. Es más, parece que sus diferencias son cada día más pequeñas y se reducen a matices, que si el impuesto de patrimonio sí o no y cuestiones similares. En fin, que de visiones del mundo enfrentadas no hay ni rastro y cuando uno mira la actualidad política en el resto de Occidente se encuentra la misma e idéntica situación.

A quien esto alegue no le faltara razón, no existe un enfrentamiento ideológico entre el PP y el PSOE en España, o si lo preferimos, no existe ningún enfrentamiento entre la visión del mundo que tienen los socialdemócratas y los neoliberales.

Sus diferencias son de matiz, de mera gestión y aplicación práctica de una misma ideología, de una misma visión del mundo. La mejor prueba de que esto es cierto es que en las nutridas filas de los grandes partidos hay una clamorosa ausencia de ideólogos. ¿Alguien conoce a los principales ideólogos del PP y del PSOE? No, sencillamente ni están ni se les espera. ¿Para qué iban a necesitar ideólogos cuando no existe una pugna ideológica entre ambos? Tienen publicistas, jefes de campaña, expertos en comunicación, asesores de imagen... al fin y al cabo es en ese terreno de los mass media donde juegan su partida y no en el campo de las ideas.

Esperar encontrar ideólogos en sus filas sería tan ingenuo como esperar encontrarlos entre los equipos de la Coca Cola y de la Pepsi.

Es un error buscar un enfrentamiento ideológico entre la izquierda y la derecha, por la sencilla razón de que ambas se encuentran jugando en el mismo lado de la cancha desde hace mucho tiempo. Ambas comparten una visión del mundo y esa visión es un mundo globalizado donde el internacionalismo marxista y el sueño de un planeta como mercado único y sin aranceles se dan la mano.

El nuevo engendro, poco a poco y paso a paso, fue limando las principales diferencias que existían entre izquierda y derecha. La izquierda, corrompida por sus ansias de poder, renunció a sus tesis económicas y así, por ejemplo, no quedó ni un partido socialdemócrata que defendiera la existencia de una banca publica. Mientras, la derecha, corrompida por el dinero, renunció a defender los principios de orden moral y social que en otro tiempo le fueron propios, a cambio de que les dejaran disfrutar de las mieles de un mercado global en una economía draconianamente capitalista y hegemónica.

Esa nueva visión del mundo ha terminado acaparando el poder en la sociedad occidental, y así "los mercados", esa entidad difusa, dictan las decisiones a tomar por unos gobiernos cada vez más débiles, comportándose como auténticos dictadores en la sombra. Mientras, el marxismo cultural o la dictadura de lo políticamente correcto ha demostrado no tener rival en cuanto al diseño ético y moral de la nueva sociedad.

Veamos un par de ejemplos de esto:

François Mitterand fue elegido Presidente de Francia en 1981 con un programa realmente socialista que incluía la nacionalización de industrias básicas. Sin embargo, en 1983, los socialistas franceses abandonaron la idea de que pudiera haber “socialismo en un solo país”. En cambio, abrazaron la ilusión de la “Europa social”, una ilusión que fue desapareciendo a medida que la Unión Europea se fue desplazando hacia donde señalaban los gurús de los mercados. Los partidos socialistas europeos han apoyado enérgicamente todos los tratados de la UE, comenzando por el Tratado de Maastricht de 1992 que ha encorsetado a los países miembros en la más radical política económica neoliberal, unos acuerdos y mercados en los que los países firmantes han perdido la soberanía nacional necesaria para salir, aunque lo desearan, de la senda marcada por el capitalismo más deshumanizado.

Por otro lado encontramos ayuntamientos como el de Madrid, gobernados por la derecha durante años, que financian anualmente con extraordinaria generosidad las fiestas del “orgullo gay” sin preocuparse de que pueda ofender o no a alguien, mientras que cada Navidad coloca un alumbrado que evita a toda costa hacer alusión a cualquier motivo religioso para no ofender a aquellos que no compartan las creencias católicas. Madrid no es ni mucho menos una excepción: los concejales del ayuntamiento de Oxford han anunciado que van a referirse a la Navidad como “Festival Luminoso de Invierno”, y un responsable del Ayuntamiento de Sevilla prefirió denominarlo como “alumbrado del Solsticio de Invierno”, en lugar de alumbrado de Navidad. Eso sí, nadie pone trabas al consumismo desbocado que año tras año acompaña a estas fiestas.

Bienvenidos al Nuevo Orden Mundial. Ya no diremos ¡Feliz Navidad! Diremos ¡Felices compras! Una vez más consumismo neoliberal y marxismo cultural se abrazan en perfecta armonía.

Pocas estructuras se mantienen en pie frente al avance de esa colosal bestia que ha nacido de la hibridación del marxismo cultural y de la voracidad sin límites del capitalismo más ruin. Sin duda la existencia de las Naciones Estado y de los sentimientos nacionales siguen siendo una molesta china en el zapato de los partidarios del proceso de creación del mercado único global. Por otro lado, los pilares de la civilización occidental que descienden de la antigua Grecia y la imperial Roma dan soporte a los principios éticos y morales que, pese a todo, aún empapan en buena medida el tejido de nuestra sociedad y se oponen al marxismo cultural.

De esta forma la defensa de las Naciones Estado, contra a la unión ofrecida por los mercados, es donde se encuentra la trinchera ideológica, es donde encontramos realmente dos concepciones del mundo enfrentadas.

Es en la defensa de Occidente y de la identidad de las naciones que lo componen donde se está produciendo la verdadera batalla de las ideas, con dos bandos claramente diferenciados, con dos visiones del mundo irremisiblemente enfrentadas. Una intenta terminar con la civilización occidental y la identidad de las naciones que la componen mientras la otra intenta salvarla in extremis.

En este enfrentamiento la inmigración está jugando un papel primordial.

Los defensores del nuevo orden que intenta implantarse pensaron “Si Occidente ofrece una fuerte resistencia a cambiar, lo mejor que podemos hacer es terminar con Occidente”. Y en esto la inmigración es una herramienta de ingeniería social insustituible; hay que promover el mestizaje y la multiculturalidad como forma de acabar con una sociedad que tiene el mal gusto de rechazar y resistirse a los principios económicos de los neoliberales y a los principios éticos del marxismo cultural.

Ahora que hemos delimitado cuál es la línea de frente en donde sé está llevando a cabo la batalla ideológica, puede que haya algunas cuestiones que empiecen a parecerle menos incomprensibles.

¿Alguna vez se ha hecho usted alguna de estas preguntas?

¿Cómo es posible que el feminismo occidental guarde un vergonzoso silencio frente al uso del velo, como signo externo de sumisión al hombre, en las calles de nuestras ciudades?

¿Cómo es posible la tolerancia del colectivo homosexual frente a la homofobia declarada del Islam?

¿Por qué guardan silencio los sindicatos frente a la llegada masiva de mano de obra inmigrante que destruye el mercado laboral?

¿Por qué la derecha, que dice defender la familia, no toma medidas que estimulen y protejan la natalidad de los europeos?

¿Por qué la derecha, votada por la mayor parte de los pequeños comerciantes, firma acuerdos comerciales que los harán desaparecer fagocitados por las cadenas de grandes superficies, por las franquicias multinacionales, y por los comercios chinos?

Muy sencillo, el feminismo radical, el colectivo homosexual, los sindicatos, las multinacionales dueñas de las grandes superficies y las oenegés financiadas con dinero público etc juegan en el mismo equipo y no se ponen la zancadilla entre ellas. Su verdadero objetivo es la destrucción ética, moral y económica de Occidente.

La defensa de Occidente o su destrucción. Esas son las visiones del mundo enfrentadas, ese es el único y verdadero debate ideológico abierto a día de hoy. Las diferencias entre izquierda y derecha no son más que una maniobra de distracción, una representación teatral en la que el ciudadano, deslumbrado por la puesta en escena de los publicistas, no es consciente de que la escena final de la comedia es el fin de su mundo tal y como lo ha conocido.

Ahora usted decide si seguir sentado a la espera del final de la obra o, por el contrario, ocupa un puesto allí donde los patriotas occidentales luchan por preservar su identidad frente al Nuevo Orden Mundial.

lunes, 10 de octubre de 2011

El desembarco, de Jean Raspail


Hoy me siento una vez más frente al ordenador para hablar de uno de los libros que han pasado por mis manos, e inevitablemente de su autor, todo un personaje al que créanme merece la pena conocer un poco mejor.

El libro, como bien anuncia el título de la entrada, es "El Desembarco" y su autor Jean Raspail.

Jean Raspail es francés, nacido el 05 de julio 1925 en Chemillé-sur-Dême, Indre-et-Loire. Con 35 novelas editadas Su faceta más conocida es la de escritor, pero para conocer y entender al personaje creo imprescindible conocer también su faceta de viajero y explorador.

En esta doble faceta de escritor y explorador, Jean Raspail siempre se mostró como un defensor del arraigo de cada pueblo a su propia cultura, por ejemplo con pueblos indios de América por los que siente una gran estima, fruto de la cual nacieron libros como "Diario de un piel roja" en el que refleja sus viajes por las reservas indias de los Estados Unidos y que dedicó a la princesa Nowadona de la tribu de los Shnnecoks.


El que Jean Raspail defendiera y admirara el arraigo de distintos pueblos a sus respectivas culturas nunca pareció molestar a nadie hasta que el señor Raspail decidió que su propio pueblo, el francés, y por extensión todos los pueblos europeos merecían la misma consideración y el mismo arraigo.

Es entonces cuando una tormenta de críticas y ataques se desencadena sobre él llegando incluso a ser denunciado por la Liga Internacional contra el racismo y el antisemitismo por un artículo publicado en el diario “Le Figaro” el 17 de junio 2004, titulado "La patria traicionada por la República", que se encuentra íntegramente reproducido al final de esta entrada.

En el año 2000 fue candidato a la Academia Francesa pero, como era previsible, no obtuvo los votos suficientes para ocupar el puesto vacante. Lejos quedaron los tiempos en que en 1970 la Academia Francesa concedió a Raspail un premio por el conjunto de su obra.

¿Qué ocurrió entre el reconocimiento a su obra por parte de la academia francesa en 1970 y su rechazo a que formara parte de la misma en el año 2000?

Posiblemente hayan influido muchas cosas, pero sin duda la incorrección política de “El desembarco”, editado por primera vez en 1973, ha sido una de ellas.

“El desembarco” es una novela difícil de catalogar. Especula sobre el desarrollo de futuros acontecimientos que en 1973 resultaban inverosímiles y que a día de hoy podemos afirmar que han resultado proféticos. Si estuviéramos en 1973 la definiría como sociología-ficción; a día de hoy creo que es una mordaz y acertada critica social.

La novela nos narra un acontecimiento inesperado, la llegada de una gran flota de desheredados del tercer mundo a las costas de Francia, que cambiara la realidad de Europa. O dicho de otra forma, que provocará su desaparición tal y como hoy la entendemos y conocemos. Lógicamente, la llegada de esta flota procedente de la India es una excusa, un hilo conductor, que da pie a un análisis muy interesante, y a mi juicio acertado, de la sociedad occidental frente al fenómeno de la inmigración masiva.

A través de los personajes y sus reacciones asistimos a una disección de la sociedad francesa. Desde el ciudadano medio a la Iglesia pasando por la clase política, periodistas etc. Una completa radiografía de una civilización, la occidental, que se encamina a pasos acelerados al suicidio colectivo.

Se han vendido más de 500.000 ejemplares de esta obra en todo el mundo. Su título inicial fue "El campamento de los santos ", título inspirado en una cita del Apocalipsis, Canto XX, que queda reproducida al final del artículo "La patria traicionada por la república".

La patria traicionada por la República

He dado vueltas en torno al mismo tema como un perro amaestrado en torno a un paquete con trampa. Es difícil tratarlo de forma directa sin que os estalle en la cara. Se corre peligro de muerte civil. Se trata sin embargo de la pregunta fundamental. He tenido mis dudas. Sobre todo porque en 1973, al publicar El Campamento de los Santos ya he contado todo sobre el asunto. No tengo gran cosa que añadir, salvo que creo que el guiso ya está preparado.

Porque estoy convencido de que nuestro destino como franceses está sellado, porque «En mi casa están en su casa» (Mitterrand), en el seno de «una Europa cuyas raíces son tan musulmanas como cristianas» (Chirac), porque la situación es irreversible hasta el cambio definitivo de los años 2050, cuando los franceses de origen constituyan solamente la mitad (la más avejentada) de la población del país, estando compuesto el resto por africanos, magrebíes o negros y por asiáticos de todas partes originarios de la reserva inextinguible del tercer mundo, con el Islam, integristas y djihadistas incluidos, como elemento dominante, y esto no habrá hecho más que empezar.

No sólo Francia está involucrada, toda Europa camina hacia la muerte. No faltan las advertencias – informes de la ONU (que se alegra de ello), trabajos incontestables en especial de los demógrafos Jean-Claude Chesnais y Jacques Dupâquier –, pero son sistemáticamente ocultados y la Oficina de Estadística juega a la desinformación.

El silencio casi sepulcral de los medios de comunicación, de los gobiernos y de las instituciones comunitarias sobre la quiebra demográfica de la Europa de los Quince es uno de los fenómenos más importantes de nuestra época. Cuando se produce un nacimiento en mi familia o en casa de unos amigos, no puedo contemplar este bebé sin inquietarme por lo que le está preparando la incuria de los gobernantes y a lo que deberá hacer frente en su fase adulta...

Hay que tener en cuenta que los franceses de origen, aporreados por el tam-tam incesante de los derechos humanos, de la « acogida al distinto», del «compartir» tan grato a nuestros obispos, etc., encuadrados por todo un arsenal represivo de leyes supuestamente «antirracistas», condicionadas desde la primera infancia al « mestizaje» cultural, al comportamiento de los imperativos de la «Francia plural» y a todas las derivas de la antigua caridad cristiana, no tendrán otra salida que bajar los brazos y fundirse sin rechistar al nuevo molde de “ciudadano” francés.

De todas formas no hay que desesperarse del todo. Sin duda subsistirán lo que en etnología se denominan solitarios, fuertes minorías, quizá una quincena de millones de franceses y no necesariamente todos de raza blanca que aún hablarán nuestro idioma correctamente y que se obstinaran en permanecer fieles a nuestra cultura y nuestra historia tal como nos han sido transmitidas de generación en generación. Esto no les resultará fácil.

Etapa frente a las distintas “comunidades” que comienzan a formarse desde hoy bajo el lema de la integración (o mejor dicho, somos nosotros los que nos estamos integrando al “distinto” y no al revés) y que en 2050 estarán definitiva y sin duda institucionalmente establecidas, se tratará de organizar de alguna forma una comunidad francesa para preservar la continuidad. Esta se basará en las familias, su natalidad, su endogamia de supervivencia, sus colegios, sus redes paralelas de solidaridad, quizá incluso en sus zonas geográficas, sus porciones de territorio, sus barrios, sus plazas de seguridad y, por qué no, su fe cristiana, y con un poco de suerte católica, si este cimiento consigue sostenerse.

Esto no gustará. El choque se producirá tarde o temprano. Algo como la eliminación de los kulaks por medios legales apropiados. ¿Y después?

Acto seguido Francia solo estará poblada por ermitaños de todo tipo de procedencias que vivirán en conchas abandonadas por los representantes de una especie extinguida para siempre que se llamaba la especie francesa, y que en absoluto recordara a la que, debido a no se sabe qué extraña metamorfosis genética, se había apoderado de su nombre. El proceso ya ha comenzado.

Existe otra segunda posibilidad de la que no podría hablar más que en privado y que necesitaría que consultase con mi abogado, consistiría en que los islotes resistiesen hasta emprender una especie de Reconquista sin duda diferente a la española pero que se inspire en sus mismas causas. Sobre este tema esta por escribir una peligrosa novela. No soy yo quien se encargará de escribirla, ya he hecho bastante. Su autor probablemente aún no ha nacido, pero este libro verá la luz en un momento dado, de ello estoy seguro.

Lo que no llego a comprender y que me sume en un estado de perplejidad, es cómo y por qué tantos franceses informados y tantos políticos coinciden de forma metódica, contumaz, no me atrevo a decir que cínica, a la inmolación de cierta Francia (evitemos el calificativo de eterna que revuelve las buenas consciencias) en el altar del humanismo utópico exacerbado.

Me planteo la misma pregunta a propósito de todas esas omnipresentes asociaciones de derecho a esto y a aquello, y de todas esas ligas, esas sociedades de pensamiento, esas oficinas subvencionadas, esas redes de manipuladores infiltrados en todos los engranajes del estado (educación, magistratura, partidos políticos, sindicatos, etc.), esos incontables demandantes, esos medios de comunicación correctamente consensuales y todos esos « inteligentes» que día tras día inoculan impunemente su sustancia anestesiante en el organismo aún sano de la nación francesa.

Incluso si soy capaz, como mucho, de concederles algo de sinceridad, me cuesta admitir que se trata de mis compatriotas. Se percibe en mi imaginación la palabra renegado, pero existe otra explicación: confunden Francia con la República. Los «valores republicanos» se declinan en infinitivo, lo sabemos hasta la saciedad, pero nunca hacen referencia a Francia. Sin embargo Francia es ante todo una patria carnal. Por el contrario, la República, que no es más que una forma de gobierno, es para ellos sinónimo de ideología, ideología con una gran « I», la ideología en mayúscula. Tengo la sensación de que traicionan, en cierto modo, la primera por la segunda.

Entre la marea de referencias que acumulo en gruesos expedientes de apoyo de esta tesis, he aquí que bajo una apariencia inocente aclara en gran medida la extensión de los daños. Está tomada de un discurso de Laurent Fabius al congreso socialista de Dijon, el 17 de mayo de 2003: «Cuando la Mariana (figura femenina símbolo de la república francesa) de nuestros ayuntamientos adopte el bello rostro de una joven francesa procedente de la inmigración, ese día Francia habrá dado un paso en la dirección de hacer vivir plenamente los valores de la República...»

Ya que hemos empezado con las citas, he aquí dos, para concluir: « No existen bombas atómicas en el mundo para detener la marea formada por los millones de seres humanos que un día partirán de la parte meridional y pobre del mundo, para irrumpir en los espacios relativamente abiertos del rico hemisferio septentrional, en búsqueda de supervivencia. » (Presidente de Argelia Bumedian, (Mohammed Bujarruba Bumedian) Militar y político argelino marzo de 1974.)

En el mismo discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1974, el Presidente argelino dijo también: "Un día millones de hombres dejarán el hemisferio sur para ir al hemisferio norte. Y no irán allá como amigos, porque irán para conquistarlo. Y lo conquistarán con sus hijos. Será el vientre de nuestras mujeres el que nos dé la victoria".

Y esta otra, tomada del Canto XX del Apocalipsis: «La era de los mil años se acaba. He aquí que salen las naciones que están en los cuatro rincones de la tierra y que igualan en número a la arena del mar. Saldrán de expedición sobre la superficie de la tierra, irrumpirán en el campamento de los santos y en la ciudad bien amada.»

Jean Raspail. (Le Figaro)

Para terminar permítanme que les obsequie con una breve cita de “El desembarco” que espero que les anime a comprar y leer esta magnífica obra:

"Día tras día, mes tras mes, al ir expresando sus dudas, el orden se tornaba, pues, en una forma de fascismo; la enseñanza, una coacción; el trabajo, una alienación; la revolución, un deporte gratuito; el ocio, un privilegio de clase; la marihuana, un vulgar tabaco; la familia, un ahogadero; el consumo, una opresión; el éxito, una enfermedad vergonzosa; el sexo, un ocio sin consecuencias; la juventud, un tribunal permanente; la madurez, una forma nueva de senilidad; la disciplina, un atentado a la personalidad humana; la religión cristiana... y Occidente... y la piel blanca... Boris Vilsberg buscaba, Boris Vilsberg dudaba, a su alrededor se acumulaban los escombros de un viejo país.”

lunes, 3 de octubre de 2011

Discriminación positiva


Son tiempos difíciles estos en los que nos ha tocado vivir. Y no lo digo sólo por la crisis económica, lo digo principalmente por otra crisis más pertinaz, más profunda y seguramente de más difícil solución. Hablo de una crisis de valores y principios en la que está inmersa la actual sociedad española.

Muchos son los principios morales que creímos que perdurarían en el tiempo y lamentablemente nos equivocamos. Podríamos hablar de la familia, de la excelencia, de la cultura del esfuerzo... la lista lamentablemente es muy larga y sin duda uno de los principios que creíamos indiscutibles era la igualdad de los españoles ante la ley y la igualdad de oportunidades.

Tan indiscutible y razonable nos parecía que los cambios encontraron a una sociedad civil desprevenida. La sociedad civil no estaba preparada para actuar en su defensa frente a la acción de esa apisonadora ideológica que unos han definido como marxismo cultural y otros como la dictadura de lo políticamente correcto.

Muchos son los medios utilizados, incluyendo la manipulación del lenguaje. Cuando estudiábamos, al menos para aquellos que lo hicimos antes de la LOGSE, la discriminación ante la ley de los españoles nunca estaba justificada, nunca era aceptable. Por suerte ese ministerio que recibe el orwelliano nombre de Ministerio de Igualdad vino a descubrirnos que existía la discriminación positiva.

Tal es el poder mediático de esta dictadura de lo políticamente correcto que han conseguido que aquellos que se oponen a sus dogmas sean tratados como auténticos herejes. Y sí, he dicho herejes, porque la nueva moral que se está imponiendo está cuajada de auténticos dogmas de fe. No importa cuántos argumentos esgrimamos en contra, ni cuantos datos podamos aportar, sólo oponerse es motivo suficiente para merecer su descalificación.

La Real Academia Española define el término "invertir" como "Cambiar, sustituyéndolos por sus contrarios, la posición, el orden o el sentido de las cosas”. Y esto es exactamente lo que se está haciendo ante nuestros ojos, hasta tal punto que todos hemos terminado asumiendo el término discriminación positiva pese a ser un auténtico oxímoron desde un punto de vista gramatical y una aberración desde un punto de vista ideológico o moral.

Esta aberración ha terminado colándose en nuestras vidas diarias a través de la prensa, de los telediarios y de la verborrea política, hasta conseguir incluirla en nuestro lenguaje coloquial y, lo que es peor, por terminar abriéndose camino en nuestro panorama jurídico.

Cierto es que siempre han existido desigualdades con respecto a las oportunidades y derechos, pero también es cierto que, al menos en el plano moral y de las ideas, éstas se consideraban negativas y cualquier político que no quisiera suicidarse ante la opinión pública defendía que las desigualdades debían eliminarse o al menos mitigarse en la medida de lo posible. Ningún político en su sano juicio se habría atrevido a defender la desigualdad de oportunidades. Ahora, sin embargo, hay desigualdades que han sido aceptadas por la sociedad con una naturalidad vergonzosa.

Veamos algunos ejemplos.

Hemos asumido que es normal que los mismos ejecutivos que se firman a sí mismos contratos blindados que les garantizan indemnizaciones millonarias en caso de ser despedidos, pidan una y otra vez sin el menor pudor la flexibilización del mercado laboral, eufemismo que no significa otra cosa que la petición de poder despedir por menos dinero a sus empleados.

¿Ha escuchado usted a algún sindicato defender la prohibición de dichos contratos, o de lo contrario que se apliquen a la totalidad de la plantilla? No, porque esta desigualdad tiene las bendiciones del sistema.

Hemos asumido como normal que los futbolistas de primera división, esos trabajadores de lujo que cobran millones de euros al año, tengan sus puestos de trabajo protegidos frente a la mano de obra inmigrante con una normativa que limita la contratación de futbolistas extracomunitarios. Y sin embargo, si un padre de familia que se dedica a la hostelería y que a duras penas llega a fin de mes solicita algo similar para su sector será tachado de fascista y un xenófobo.

¿Ha escuchado usted alguna vez a algún progre pedir el mismo nivel de protección para el resto de trabajadores? No, esta desigualdad tiene las bendiciones del sistema.

Hemos asumido como normal que el sindicato de pilotos de la compañía IBERIA firme un convenio colectivo en el que la empresa se compromete a no contratar pilotos extranjeros mientras los sindicatos mayoritarios, muy de izquierdas ellos, renuncian a algo similar para el personal de tierra que carga los equipajes en los aviones. De hecho seguimos viéndoles detrás de las pancartas que reclaman papeles para todos.

¿Ha escuchado usted a los sindicatos mayoritarios reclamar lo mismo para el resto de personal de tierra? No, los sindicalistas españoles asumen que en España existen trabajadores de primera y trabajadores de segunda y los de segunda son representados por ellos asumiendo con deportividad que no tienen los mismos derechos.

Hemos asumido como algo normal que las mayores fortunas sean las que menos impuestos paguen a través de las SICAV y que demás la izquierda nos maree y nos tome el pelo con el ridículo impuesto de patrimonio. Si realmente desearan que los ricos paguen, no digo más sino simplemente lo que les corresponde, que terminen con los paraísos fiscales que han habilitado para ellos.

¿Ha escuchado usted alguna vez al PP o al PSOE pedir la eliminación de los paraísos fiscales de las grandes fortunas? No, lógicamente, cómo van a pedirlo si son ellos los que crearon dichos paraísos.

Hemos asumido como algo normal que los mismos políticos que dicen defender la enseñanza pública manden a sus hijos a prestigiosas escuelas privadas, y que los mismos políticos nacionalistas que imponen la inmersión lingüística la eviten para sus hijos.

Siempre he creído en la meritocracia y en la igualdad de oportunidades, siempre he soñado una sociedad en la que los mejores ocupaban los puestos de responsabilidad, no sólo por que tuvieran derecho a ello sino por que además tenían la obligación de ejercer un liderazgo del que sus conciudadanos pudiéramos beneficiarnos. Una sociedad en la que los mejores no son los que reciben mayores prebendas sino los que asumen mayores obligaciones.

Pero contra toda lógica hemos dado carta de moralidad a un mundo en el que un hijo de Obama o de algún prestigioso jurista o senador afroamericano tendrá prioridad para acceder a la universidad frente al hijo de un cajero de supermercado criado en un parque de caravanas, siempre y cuando éste sea blanco y a pesar de que sus calificaciones y méritos puedan ser superiores

A esto es lo llaman ¡discriminación positiva!

Sin duda la igualdad ante la ley, la igualdad de oportunidades y la ausencia de discriminación, para todos los españoles, es una causa por la que merece la pena luchar.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Pueblos sin tradición

Hoy les traigo un artículo firmado por Juan Manuel de Prada, uno de los pocos irreverentes que se atreven a cargar contra los dogmas cuasi religiosos del pensamiento único en el que nos hallamos inmersos.

Puede que en ocasiones no esté de acuerdo con su opinión, pero ésta no es una de esas ocasiones. De hecho creo que la siempre magnífica pluma del señor de Prada en esta ocasión ha dado a luz un texto digno de ser incluído en cualquier manual de formación de aquellos que creemos que, al margen de la actual decadencia, hay otra vía posible que conduce a un futuro mejor.

Espero que les guste tanto como a mi.

Pueblos sin tradición


Los romanos completaban la compraventa de una casa mediante el acto de la traditio, por el cual el vendedor entregaba al comprador la llave que le franqueaba la entrada a su nueva propiedad. Y a esa entrega de una llave de unas generaciones a otras, una llave que, encajada en la cerradura del mundo, nos franquea sus enigmas, es a lo que llamamos tradición. Todos los tiranos que en el mundo han sido, para imponer sus designios, han tratado de destruir los lazos de la tradición, pues saben que las personas desvinculadas se convierten en carne de ingeniería social; de ahí que siempre hayan combatido los lazos vivos que mantienen a los hombres unidos en su origen y orientados hacia su fin, empezando por los lazos familiares y religiosos.

Nuestra época ha logrado disminuir las causas del hambre, de la enfermedad y el dolor físico. Pero hay otro tipo de dolor, el más propio y exclusivo del hombre, que nace de la soledad espiritual, de la desesperación, de la falta de sentido de la propia existencia, que no sólo no se ha reducido, sino que se ha incrementado de forma alarmante en nuestra época. Y este dolor nace de la falta de lazos, de esa conciencia de desarraigo que vacía la vida de sentido humano, de objetivos y de esperanza. La tradición alberga al hombre en el tiempo, como su casa lo alberga en el espacio, y le otorga su bien más preciado: el sentido temporal de las cosas, que le permite no perder la vida en la incoherencia y el hastío, la incertidumbre y la dispersión.

Los nuevos tiranos nos venden la ruptura con la tradición como una suerte de liberación mesiánica. Absolutizando el presente, los hombres llegan a creerse dioses; y olvidan que las ideas nuevas que les rondan la cabeza (que, por supuesto, son ideas inducidas por el tirano de turno, que ha modelado a su gusto la esfera interior de sus conciencias) son repetición de los viejos errores de antaño, esos errores que sólo a la luz de la tradición se delatan. Porque la tradición nos conecta con un depósito de sabiduría acumulada que sirve para explicar el mundo, que ofrece soluciones a los problemas en apariencia irresolubles que el mundo nos propone; problemas que otros confrontaron y dilucidaron antes que nosotros. Y cuando los vínculos con ese depósito de sabiduría acumulada son destruidos, cualquier intento de comprender el mundo se hace añicos.

Es verdad que los hombres han deseado siempre cambiar: pero los hombres con tradición desean ese cambio para acercarse a aquello que no cambia; los que carecen de tradición, en cambio, quieren cambiar para adaptarse a lo que de continuo cambia.

Alexis de Tocqueville, en La democracia en América, imagina la sociedad futura con unos tintes que hoy adquieren una dimensión profética:

«Veo una multitud innumerable de hombres semejantes o iguales entre sí, que giran sin cesar sobre sí mismos para procurarse placeres ruines y vulgares con los que llenan su alma. Retirado cada uno aparte, vive como extraño al destino de todos los demás: se halla al lado de sus conciudadanos, pero no los ve; los toca y no los siente; no existe sino en sí mismo y para él sólo.

Sobre estos hombres se eleva un poder inmenso y tutelar que se encarga sólo de asegurar sus goces y vigilar su suerte. Absoluto, minucioso, regular, advertido y benigno, se asemejaría al poder paterno, si como él tuviese por objeto preparar a los hombres para la edad viril; pero, al contrario, no trata sino de fijarlos irrevocablemente en la infancia y quiere que los ciudadanos gocen, con tal de que no piensen sino en gozar.

Trabaja en su felicidad, mas pretende ser el único agente y el único árbitro de ella, provee a su seguridad y a sus necesidades, facilita sus placeres, conduce sus principales negocios, dirige su industria, arregla sus sucesiones, divide sus herencias y se lamenta de no poder evitarles el trabajo de pensar y la pena de vivir.

Después de haber tomado así entre sus poderosas manos a cada individuo y de haberlo formado a su antojo, el soberano extiende sus brazos sobre la sociedad entera y cubre su superficie de un enjambre de leyes complicadas, minuciosas y uniformes, a través de las cuales los espíritus más raros y las almas más vigorosas no pueden abrirse paso y adelantarse a la muchedumbre:

no destruye las voluntades, pero las ablanda, las somete y dirige; obliga raras veces a obrar, pero se opone incesantemente a que se obre; no destruye, pero impide crear; no tiraniza, pero oprime; mortifica, embrutece, extingue, debilita y reduce, en fin, a cada nación a un rebaño de animales cuyo pastor es el Estado»
.

Convertirse en rebaño, ese es el destino de los pueblos sin tradición.


Texto original en Animales de Compañía, por Juan Manuel de Prada

lunes, 12 de septiembre de 2011

Por qué consumir productos españoles


Me permito invitar a todos los lectores de este blog a asistir a esta interesante conferencia en defensa de los intereses de la agricultura española. Aprovecho para recordar que todas las conferencias que se ofrecen en La Nave son gratuitas, están abiertas a todo el público y no es necesario estar afiliado para asistir.

Por si esto fuera poco, después de la conferencia tendremos la oportunidad de probar un magnífico pisto y gachas manchegas, regadas con vino de la tierra.

domingo, 11 de septiembre de 2011

11S: En Honor a la Verdad

Hoy se cumplen diez años del mayor atentado de la historia. Pero este Pearl Harbor del siglo XXI, que cambió totalmente el panorama internacional, aún encierra demasiadas dudas y demasiadas preguntas.

Si usted cree que la busqueda de la verdad es más que un derecho una obligación, hoy le animo a que vea el siguiente documental.

ZERO - EE.UU. ha ocultado los verdaderos acontecimientos del 11-S from TRUKINY2 on Vimeo.


Existirá la verdad aunque el mundo perezca.

San Agustín

sábado, 3 de septiembre de 2011

¿La prensa no se entera?


Hay días en que no puedo evitar quedarme atónito. El motivo de mi desconcierto no es otro que el goteo de noticias que en los últimos días apuntan a que la revolución libia está siendo protagonizada por radicales islámicos. O dicho de otro modo, que la OTAN ha prestado y aun prestará un indispensable apoyo militar a Al Qaeda para derrocar al régimen libio que, todo sea dicho de paso, se había mostrado en los últimos años como un firme aliado de Occidente frente al radicalismo islámico.

No, no se engañen. La sorpresa no es porque los insurgentes sean afines a Al Qaeda, sino porque esto se presente como notición inesperado y nuestros periodistas nos lo narren en un tono que oscila entre la sorpresa y la preocupación.

Que los insurgentes son unos radicales islámicos partidarios de Al Qaeda es desde el primer momento algo tan evidente que sólo dos cosas pueden justificar ese tono de preocupación y asombro con el que ahora se nos esta narrando:

- O bien nuestros periodistas son unos absolutos incompetentes que no tienen a su alcance no ya un contacto en el CNI o en la CIA que les explique la realidad de la situación, ¡sino que no deben tener ni Internet!

- O bien son unos manipuladores natos que siguen al pie de la letra instrucciones de no desvelar quién se encontraba detrás de la tan elogiada revolución libia hasta que ya fuera inevitable la victoria de los insurgentes gracias al apoyo militar económico y logística de las potencias occidentales.

Permítanme que les muestre sólo algunas de las noticias que en escasos minutos cualquiera, sea periodista o no, puede encontrar en Internet si realmente hubiera deseado documentarse y contar algo que se aproximara a la verdad.

Empecemos por los explícitos mensajes emitidos por dirigentes de Al Qaeda y el radicalismo islámico a favor de la sublevación contra Gadafi:

El 14 de abril de 2011 el número dos de Al Qaeda, Ayman Al Zawahiri, llamó a los musulmanes a levantarse contra el régimen de Muamar Gadafi.

¡En cuatro meses y medio nuestros periodistas no se han enterado!

El 21 de febrero de 2011 el influyente clérigo musulmán Yusuf al-Qaradawi,líder de los Hermanos Musulmanes de Egipto ha emitido desde Al Jazeera una fatua por la que cualquier soldado libio que pueda disparar mate al acosado líder Muamar Gadafi, para así ayudar a Libia a deshacerse de él.



¡En más de seis meses nuestros periodistas no se han enterado!

El 12 de marzo de 1011 se emite un mensaje en vídeo, en el que el libio Abu Yahya al Libi, un importante líder de Al Qaeda, instaba a sus compatriotas a continuar e intensificar la lucha contra Gadafi.

¡En cinco meses y medio nuestros periodistas no se han enterado!

El 25 de marzo de 2011 Abdel-Hakim al-Hasidi, el líder rebelde de Libia, ha dicho que los yihadistas que lucharon contra las tropas aliadas en Irak están en el frente de la batalla contra el régimen de Muammar Gaddafi.

¡En cinco meses nuestros periodistas no se han enterado!

El 23 de febrero de 2011 el viceministro libio de Relaciones Exteriores, Jaled Kaim, afirmó durante una reunión con embajadores de los países de la Unión Europea que Al Qaeda estableció un emirato islámico en la zona de Derna, gobernado por un ex detenido de Guantánamo.

“Ahora tienen a su disposición una emisora de radio y están empezando a imponer el burka (el velo integral islámico)", afirmó, añadiendo que estos islamistas "ejecutaron a personas porque se negaban a cooperar".

¡En ocho meses y medio nuestros periodistas no se han enterado!

Pues bien, todas estas declaraciones al parecer no sirvieron de nada, pues nuestros periodistas siguieron sin darse por enterados.

Tampoco ha debido despertar las sospechas de nuestros intrépidos chicos de la prensa la presencia de miembros de Al Qaeda dirigiendo las unidades militares rebeldes

- Abdelhakim Belhadj a quien las autoridades rebeldes han confiado el mando militar de la capital del país. Belhadj es el antiguo emir del Grupo Islámico Libio de Lucha (LIFG, por sus siglas en inglés), incluido en la lista de organizaciones terroristas tras los atentados del 11-S en Nueva York.

- Abu Laith al-Libi dirigente de los primeros pasos de esta organización, responsable de campos de entrenamiento de terroristas y enlace entre Al Qaeda y el movimiento talibán, según el diario Asharq Alawsat.

- Abdelkarim al-Hasadi y Abu Sufian bin Qumu, ex prisioneros de Guantánamo y actualmente importantes comandantes de los sublevados.

Por cierto puede que la presencia en los principales puestos del nuevo ejército libio de fundamentalistas islámicos sea una explicación razonable del por qué se decidió eliminar al general Abdel Fatah Yunis, una pieza tan importante como molesta que no terminaba de encajar en el fanatismo religioso de esa nueva libia que esta germinando al calor de las bombas de la OTAN.

Yunis fue muerto a tiros por una banda en su hotel después de que fuera convocado desde el frente por el Consejo Nacional de Transición "para ser interrogado sobre los asuntos militares”.

Claro que el atentado que le costo la vida sigue envuelto en el misterio... al menos para nuestros periódicos.

Soy consciente de que auto citarse es algo que no debe hacerse pero en esta ocasión espero que me disculpen por hacerlo, pero es que hasta yo, un modesto bloguero que no tiene a su alcance otro medio que Internet y una sana curiosidad, escribí en una fecha tan temprana como el 25 de marzo de 2011 lo siguiente:

“Sin duda es un espectáculo bochornoso ver a nuestro ejército, del brazo de las fuerzas qataríes, involucrado en una guerra en defensa de "la libertad y la democracia" que según nos dicen se encuentra encarnada en los extremistas islámicos que forman el grueso de los rebeldes libios, los mismos extremistas musulmanes que siempre han encarnado la oposición al régimen de Gadafi, no en vano Bengasi se ha convertido en el núcleo y capital de los rebeldes.

No olvidemos que en el 2006 en esa ciudad se produjeron algunos de los más violentos disturbios por las caricaturas de Mahoma, produciéndose incluso once muertos cuando la policía de Gadafi tuvo que disparar contra una multitud de extremistas que pretendían tomar al asalto el consulado de Italia. Claro que en aquel entonces el que la policía de Gadafi disparara contra fundamentalistas islámicos a nadie parecía importarle.”


¿Cómo pueden entonces nuestros siempre bien informados periodistas expresar sorpresa o preocupación por noticias como estas?

El Islam será el eje sobre el que girará el nuevo Estado Libio donde la Sharía (código de ley islámico) será “la fuente de jurisprudencia”.

Nombran jefe militar de Trípoli a un emir vinculado a Al Qaeda.

¿Realmente están sorprendidos y preocupados? ¿O sencillamente se ríen de nosotros? La cosa es realmente grave pues estos acontecimientos o similares eran tan sumamente predecibles viendo quiénes protagonizaban la revolución contra Gadafi que si están sorprendidos son unos absolutos ingenuos. ¿Qué necesitaban para enterarse? ¿Una visita a sus redacciones del extrañamente difunto Bin Laden para contárselo?

Pero si sabían que estabamos ayudando al fundamentalismo islámico a hacerse con el poder en Libia y lo ocultaron la cosa es casi peor, porque estos profesionales de la información habrán demostrado ser auténticos profesionales de la desinformación y la manipulación. Unas personas, en definitiva, poco de fiar.

Me gustaría contarles una anécdota que puede que les resulte interesante: eEl gran periodista John Swinton, fue durante varios años redactor gerente del New York Times. Cuando se jubiló sus colegas americanos le dedicaron un banquete.

He aquí unos fragmentos de su discurso al responder al brindis propuesto por un comensal en honor de la prensa independiente:

“No existe la prensa independiente; si acaso podría existir en una pequeña ciudad rural. Vosotros lo sabéis y yo lo sé. No hay entre todos vosotros uno sólo que ose escribir su honrada opinión, y si lo hicierais, sabéis de sobras que vuestro escrito no sería nunca impreso.

Me pagan 150 dólares semanales por no publicar mi opinión en el periódico en que trabajo. Otros, entre vosotros, reciben salarios similares por un trabajo igual al mío... y si uno solo de entre vosotros fuera lo bastante loco para escribir lo que piensa, para decir la verdad, se encontraría de inmediato en medio de la calle buscando un empleo.

El oficio de periodista en Nueva York, y yo creo que en todas partes, consiste en destruir la verdad, en mentir abiertamente, en pervertir, en envilecer, en reptar a los pies de Mammon, y en vender a su raza y a su patria por su pan cotidiano.

Vosotros lo sabéis. Yo lo sé. Por eso digo que es una locura beber a la salud de una prensa independiente. Somos unas simples herramientas. Somos los lacayos de unos hombres ricos que están tras los bastidores. Somos unos polichinelas. Ellos mueven los hilos y nosotros bailamos. Nuestros pobres talentos, nuestras posibilidades y nuestras vidas son propiedad de otros hombres. Somos unos prostitutos intelectuales.”


Saquen ustedes sus conclusiones, pero ante la falsa sorpresa y preocupación con la que recogen los periódicos las noticias que nos llegan de la nueva Libia a mi me parece que a los pobres polichinelas del periodismo esta vez les a tocado bailar con la más fea.

lunes, 8 de agosto de 2011

Invictus

Normalmente, el poco tiempo del que dispongo para incluir nuevas entradas en este blog suelo dedicarlo a la actualidad o a la política. Pero hoy permítanme que, a modo de un pequeño alto en el camino, dedique una entrada a la poesía. No a la poesía universal ni a la historia de la poesía. No, no se asusten, seré infinitamente más breve, hoy me limitaré a presentarles uno de mis poemas predilectos que espero sea de su agrado.

El poema en cuestión se titula "Invictus", escrito por el poeta ingles William Ernest Henley. Desafortunadamente el poema fue conocido por el gran público gracias a la película que lleva su nombre, realizada por Clint Eastwood, para mayor gloria de Nelson Mandela (a mi juicio inmerecida o cuando menos muy matizable).

De esta forma y gracias al poder de Hollywood, este magnifico poema fruto de la Civilización Occidental, ha quedado injustificablemente unido a la imagen de un político africano. En fin, desembarácense de esa absurda imagen que el celuloide nos ha trasmitido, disfruten de él y recuerden que cuando William Ernest lo escribió Mandela ni siquiera había nacido.

                                                              William Ernest Henle

 Texto original en inglés: 

INVICTUS
Out of the night that covers me,
Black as the pit from pole to pole,
I thank whatever gods may be
For my unconquerable soul.
In the fell clutch of circumstance
I have not winced nor cried aloud.
Under the bludgeonings of chance
My head is bloody, but unbowed.
Beyond this place of wrath and tears
Looms but the Horror of the shade,
And yet the menace of the years
Finds and shall find me unafraid.
It matters not how strait the gate,
How charged with punishments the scroll,
I am the master of my fate:
I am the captain of my soul.

Versión en español (Para ver más versiones)
INVICTUS
En la noche que me envuelve,
negra como un pozo insondable,
doy gracias al dios que fuere
por mi alma inconquistable.
En las garras de las circunstancias
no he gemido ni llorado.
Ante las puñaladas del azar
si bien he sangrado, jamás me he postrado.
Más allá de este lugar de ira y llantos
acecha la oscuridad con su horror,
no obstante la amenaza de los años
me halla y me hallará sin temor.
Ya no importa cuán recto haya seguido el camino,
ni cuántos castigos lleve a la espalda,
soy el amo de mi destino,
soy el capitán de mi alma.

Es más que posible que este poema fuera inspirado por las terribles dificultades a las que William Ernest tuvo que enfrentarse desde niño fruto de su mala salud. A la edad de doce años Henley fue víctima de la tuberculosis de los huesos. Años después la enfermedad había alcanzado su pie y los médicos anunciaron que la amputación por debajo de la rodilla sería la única forma de preservar su vida. Su incapacitación física dejó otro legado literario en la forma de Long John Silver, el personaje con pata de palo creado por su amigo de Edimburgo, Robert Louis Stevenson, en "La Isla del Tesoro".

A pesar de su brevedad este poema es una lección magistral de dignidad personal y de coraje. Ojalá cualquier Dios que pueda existir nos dé a todos el valor y la fortaleza necesaria para ser los amos de nuestros destinos, los capitanes de nuestras almas.
 
PD: Quisiera dedicar esta entrada especialmente a los camaradas Ignacio y Pedro, por su alma inconquistable, porque en las garras de las circunstancias ni han gemido, ni han llorado, ni se han rendido.

jueves, 4 de agosto de 2011

El federalismo anti inmigración


Malos tiempos estos en los que nos ha tocado vivir a aquellos que aun creemos en España.

Y no hablo de ideologías, hablo del concepto de Pueblo, de Nación, hablo de algo que por encima de credos, de ideologías, de clases sociales o de patrias chicas, une a todos los miembros de una comunidad.

Sí, puede que muchos hayan olvidado lo que es, pero hablo de la Patria, de ese lugar común en que hombres distintos de un mismo Pueblo se encuentran en comunión y a su llamada son capaces de olvidar, o al menos posponer, sus diferencias para acudir como un solo hombre en su ayuda, con la certeza de que lo que se defiende está por encima de cualquier disputa, de cualquier diferencia.

Para aquel que lo quiera entender hablo del espíritu del Dos de Mayo, cuando Daoíz y Velarde, capitanes de artillería, se batieron el cobre hombro con hombro con modistillas y aprendices de mil oficios. Hablo de cuando en las calles de Madrid el noble ya anciano empuñaba el sable de algún glorioso antepasado y compartía parapeto con el modesto sastre que, a falta de un arma mejor, empuñaba con fiereza las tijeras propias de su arte. Y entre todos ellos no faltaron los presos de la cárcel de Madrid, que ante la llamada de la Patria salieron a las calles a luchar bajo palabra de honor de regresar a prisión terminada la jornada, como así hicieron.

El Dos de Mayo de 1808 en las calles de Madrid había un Pueblo, el español, que ante la llamada de la Patria supo responder como un solo hombre, y por encima de cualquier diferencia supo morir y matar como lo que eran, hermanos de sangre.

Pocas décadas han hecho falta para destruir buena parte de ese espíritu. Muchos han sido sus enemigos y pocos sus defensores. El internacionalismo de la izquierda que vino a enseñarnos que la tierra es del viento, el individualismo neoliberal en el que mientras a mi me vaya bien no me importa lo que les ocurra a mis compatriotas, los nacionalismos periféricos, el multiculturalismo, la mundialización, el marxismo cultural...

Y todos ellos se fortalecieron a la sombra de un régimen, de un sistema político diseñado específicamente para conseguirlo: un sistema federal creado para alimentar disputas y diferencias al que eufemísticamente llamaron “de las autonomías”.

Y es que el federalismo es a la Patria lo que el individualismo neoliberal es a los Pueblos.

Y cuando aquellos que seguimos considerándonos patriotas en estos tiempos ingratos creíamos haberlo visto todo, cuando creíamos que ya conocíamos todas las máscaras tras las que se ocultan nuestros enemigos, aparece una nueva cabeza de esta hidra de aliento venenoso contra la que nos batimos: el federalismo anti inmigración.

A la sombra del éxito electoral obtenido por Plataforma por Cataluña y ante la promesa de financiación comienza a fraguarse un engendro. Aun está por ver la forma que asume este último dislate político, pero todo apunta a una federación de plataformas que, inevitablemente, repetirá en el seno de su organización los males y los defectos de este sistema que nos esta destruyendo como Pueblo.

Por desgracia algunos patriotas se han dejado arrastrar por sus cantos de sirena. Unos, bien intencionados, otros meros arribistas que apuñalarían a su madre por una plaza de concejal. A estos últimos, los arribistas, no tengo nada que decirles, sólo mostrarles mi agradecimiento por sanear con su marcha las formaciones a las que pertenecían.

A los bien intencionados, les dejo unas preguntas que espero les hagan reflexionar. ¿Cuál será la definición de España de vuestra nueva casa? ¿La de concepto discutido y discutible? ¿Tendréis una definición por cada una de las plataformas? ¿Cuál será vuestro modelo de estado?

Mal negocio habéis hecho...

Afortunadamente, aquellos que seguimos creyendo en que nuestra fortaleza reside en la unidad frente al federalismo que, como dije anteriormente es a la Patria lo que el individualismo liberal es a los Pueblos, seguimos en pie dispuestos a luchar y más animosos y unidos que nunca.

Los hombres que componían las moras de Esparta, las falanges griegas, las legiones romanas, los tercios españoles, la guardia imperial de Napoleón o cualquier otra unidad que durante siglos supo enfrentarse y vencer a tropas muy superiores en número, tuvieron algo en común: individualmente no tenían por qué ser mejores que sus enemigos, pero eran sabedores de que su fortaleza residía en la cohesión inquebrantable de sus filas, capaces de resistir los envites de sus enemigos.

Creer que se puede defender a España dentro de una formación política que reproduce en su seno los mismos males que la corrompe es un desatino difícil de explicar y que sólo encuentra justificación en la ceguera que produce la fiebre del oro.

Una fiebre ésta del dinero capaz de cegar a algún incauto patriota hasta el punto de ver un aliado en una fuerza de corte independentista, partidaria del estatuto catalán que dinamita la igualdad entre los españoles, o de las selecciones deportivas de las autonomías en competiciones internacionales.

Y todo porque al ser anti islámicos ya se les supone aliados. ¿Si Bildu se declara anti Islam entrará en vuestra federación?

Afortunadamente, para la mayoría de los patriotas, la búsqueda de la tan deseada financiación sigue siendo sólo un medio para luchar por unos ideales. Es deplorable que para otros se haya convertido en un fin, y en su afán por encontrarla hayan perdido sus ideales.

Una vez alguien dijo: "No tengáis miedo a ser valientes". No importa cuántas cabezas tenga la hidra a la que nos enfrentamos. Ayer eran mil y hoy, con el federalismo anti inmigración, son mil y una. Tanto da que da lo mismo.

Una vez más no tengáis miedo de ser valientes, muchas veces han anunciado la extinción de los patriotas, pero le duela a quien le duela, entre el monstruo de mil caras y la extinción de nuestra Patria aun se interpone una legión, un tercio, una falange de hombres de honor que no se avergüenzan de sentirse patriotas.

Como dijo Ramiro de Maeztu: "La patria es espíritu. Ello dice que el ser de la patria se funda en un valor o en una acumulación de valores, con los que se enlaza a los hijos de un territorio en el suelo que habitan."

Es decepcionante que algunos que se dicen patriotas hayan podido confundir los valores de los que hablaba Ramiro de Maeztu con la financiación y el anti islamismo.

jueves, 30 de junio de 2011

Hessel lengua de serpiente


Dentro de los artículos que vengo realizando acerca de algunos de los libros que pasan por mis manos, nunca hasta hoy había podido añadir la etiqueta de actualidad. Pero en esta ocasión era inevitable hacerlo porque el libro del que me gustaría hablarles es ¡Indignaos!, escrito por el judío de origen alemán y nacionalizado francés Stéphane Hessel y que se ha convertido en la Biblia de las protestas de los conocidos como “indignados” del movimiento 15M.

Stéphane Hessel

Este breve libro publicado por el adinerado ex diplomático Stéphane Hessel, pretende, según él mismo nos cuenta, despertar la conciencia de los jóvenes (además de llenarle los bolsillos, recordemos que sólo en Francia ya ha vendido más de un millón y medio de copias y su traducción es un éxito de ventas en medio mundo). Esto último no nos lo cuenta Hessel sino que lo añado yo por que a él se le ha debido olvidar.

El libro es muy breve, si es que puede llamarse libro a una obra de tan solo 60 páginas a las que además habría que restar la introducción hecha por su amigo José Luis Sampedro (páginas de la 9 a la 15) y el postfacio del editor (que comienza en la 55). Así pues se pueden hacer ustedes una idea de que dicho "libro" en realidad no pasa de ser un pasquín.

No me resisto a escribir unas líneas dedicadas al amigo de Hessel y autor de la introducción, el señor José Luis Sampedro. Créanme, merece la pena conocer un poco más de él porque el señor Sampedro tiene un currículo nada convencional.

Comenzó la Guerra Civil luchando en el bando republicano, del que desertó, y la terminó luchando en el bando nacional. Una vez finalizada la guerra y con Franco en el poder, el señor Sampedro ejerció de catedrático en una de las facultades de economía del régimen, la Universidad Complutense de Madrid para más señas, actividad que compaginó con la mucho más lucrativa de banquero, llegando a alcanzar el puesto de Subdirector General del Banco Exterior de España, actividad profesional que sin duda le permitió sobrellevar con cierto desahogo económico "las penurias" del franquismo.

Ya en democracia su estrella no se eclipsó ¡todo lo contrario! En 1977 es nombrado senador por designación real en las primeras Cortes Democráticas, puesto que ocupará hasta 1979. Con posterioridad a esa fecha, y siempre gracias a su incomparable capacidad de adaptación, se convierte en miembro de la Real Academia Española y gurú ideológico… ¡de la izquierda!

En fin, José Luis Sampedro es un hombre que ha tenido la fortuna de que sus firmes principios siempre han cambiado a tiempo para apostar a caballo ganador. ¿Menuda suerte eh? Imagino que eso (sus firmes principios) y no otra cosa es lo que ha empujado a este ex banquero a prologar el folleto escrito por Hessel en el que, entre otras cosas, se demoniza a la banca.

Como diría Groucho Marx “ Estos son mis principios. Si no le gustan tengo otros..."

Pero empecemos con el texto de Hessel, porque es un ejercicio maestro de manipulación. Tan breve, seductor y ameno que si uno no tiene cierto sentido critico y sobre todo si uno no conoce algunos detalles del personaje que lo ha escrito, corre el riesgo de caer cautivado por estos envenenados cantos de sirena.

Al poco de empezar el señor Hessel nos dice: "Es nuestra obligación velar todos juntos para que nuestra sociedad siga siendo una sociedad de la que podamos sentirnos orgullosos, y no esta sociedad de indocumentados, de expulsiones, de sospechas con respecto a la inmigración; no esta sociedad en la que se ponen en cuestión las pensiones, los logros de la Seguridad Social".

Precioso. ¿No se han emocionado ustedes? Lástima que el señor Hessel conozca el secreto que permitiría abrir las fronteras de Europa a unos cuantos cientos de millones de habitantes de los países del tercer mundo para que disfruten de nuestra Seguridad Social y demás coberturas sin provocar con esto y en un tiempo récord la quiebra y desaparición de dichas coberturas, que por cierto nos ha costado siglos conseguir. Doy por hecho que el señor Hessel conoce el sistema para obrar dicho milagro y lo guarda a buen recaudo, pues de lo contrario estaríamos ante un irresponsable, un cínico, o lo que seria más peligroso un manipulador.

Sólo unos párrafos después afirma lo siguiente en referencia a los logros conseguidos por la resistencia francesa de la que formó parte: "Una verdadera democracia necesita una prensa independiente; la Resistencia lo sabía, lo exigió: defendió la libertad de prensa, su honor y su independencia del estado, de los poderes, del dinero y de las influencias extranjeras. Esto es lo que, desde 1944 aún indican las ordenanzas en relación a la prensa. Ahora bien, esto es lo que está en peligro hoy en día".

Defender una prensa libre de influencias extranjeras es un discurso por el que un político que no fuera de la extrema izquierda habría sido crucificado por xenófobo. ¿Imaginan la reacción de la izquierda francesa y europea ante una declaración así hecha por ejemplo por Jean-Marie Le Pen? ¿se referirá el señor Hessel al lobby judío propietario de los mayores grupos de comunicación del mundo?... No sé, no sé, intuyo que no.

Pero continuemos analizando el párrafo porque una vez más el discurso del señor Hessel resulta embriagador, aunque lo cierto es que asociar libertad de prensa a la actuación de los resistentes en la postguerra es poco menos que una desfachatez. Es posible que dada su avanzada edad al señor Hessel empiece a fallarle la memoria pero afortunadamente para eso están los libros de Historia donde podemos encontrar cosas tan interesantes como éstas:

- Poco después de producirse el desembarco de Normandía, Francois Coulet, comisario de la República en Normandía, promulgó un decreto fechado el 17 de junio de 1944 por el que se suspendían todos los diarios y periódicos y sus bienes quedaban secuestrados, incluidas las prensas para escribir.

- El 22 de junio el general De Gaulle firmó un decreto que se haría publico el 8 de julio en el que se decretaba la suspensión de todos los diarios y periódicos que siguieron activos durante la ocupación, así como el secuestro judicial de sus bienes.

- El 30 de septiembre de 1944 se promulgó en París la prohibición de todos los periódicos nacidos durante la ocupación, así como todos aquellos que existían antes del armisticio de 1940 y que habían seguido apareciendo durante más de 15 días después de la entrada de los alemanes.

Es decir, la resistencia cerró por decreto todo periódico que defendiera posturas distintas a las suyas y se incautó de sus bienes.

Bien es cierto que esta actuación en un periodo de guerra puede estar justificada y seguramente cualquier contendiente en un conflicto habría tomado las mismas o muy similares medidas, ¡pero hombre! una cosa es que en circunstancias tan excepcionales se justifiquen la censura, el cierre de periódicos y la persecución de cientos de intelectuales, periodistas, escritores, editores etc. y otra muy distinta es vendernos esto como una defensa de la libertad de prensa.


De hecho la purga política llevada a cabo en mundo periodístico fue tan exhaustiva e intensa que Albert Camus declaraba en las columnas de Combat que "el periodismo es el único terreno donde la depuración ha sido total porque durante la insurrección hemos realizado una renovación completa del personal".

¿Ya no recuerda el señor Hessel a los inquisidores del Comité Nacional de Escritores (CNE)? Estos miembros de la resistencia fueron los encargados de redactar las listas de escritores que debían ser juzgados, encarcelados, y en ocasiones fusilados. Estas famosas listas fueron ampliamente difundidas y en ellas aparecían nombres de la talla de Robert Brasillach, Celine, Alphonse de Chateaubriant, Jacques Chardone, Drieu la Rochelle, Jean Giono, Marcel Jouhandeau, Henry de Montherland, Paul Morand y un larguísimo etcétera.

Estando el periodista y escritor Robert Brasillach encarcelado por estos defensores de la libertad de prensa y a la espera de ser fusilado por la incorrección de sus opiniones políticas redactó lo que es considerado su testamento literario "Poemas de Fresnes", en el que el joven autor escribió "No pierdas la sonrisa ni siquiera cuando te vayan a ejecutar. La vida es una broma de mal gusto; en vez de centrarte en el mal gusto céntrate en la broma".

Quiero pensar que la lección moral que el ex resistente Hessel nos pretende dar en referencia a la libertad de prensa es sólo una broma de mal gusto... Hagamos caso del malogrado genio de Brasillach, quedémonos con la broma y olvidemos del mal gusto del señor Hessel.

La obra de Hessel continúa de forma bastante persuasiva, atacando el excesivo poder de la banca, la pérdida de derechos de los trabajadores y los abusos de los poderes económicos, para proseguir con un alegato más que acertado contra la indiferencia. Hessel anima a los jóvenes a mirar a su alrededor y encontrar motivos para indignarse, algo que sin duda es la mejor cura contra la indiferencia.

Pero por si algún joven despistado no encuentra por sí solo motivos para indignarse, el señor Hessel ya se encarga de señalárselos: "A los jóvenes, les digo: mirad alrededor de vosotros, encontraréis temas que justifiquen vuestra indignación el trato que se da a los inmigrantes, a los indocumentados, a los gitanos... “.

¡Menos mal que ya se encarga él de decir a nuestros jóvenes qué debe indignarles!

De lo contrario algún despistado podría haber pensado que encontrarse en paro en su propio país, donde se da trabajo a centenares de miles de extranjeros, podría ser motivo de indignación. O alguna joven pareja que observa impotente cómo se entregan pisos de protección oficial a extranjeros mientras a ellos se los niegan, también podrían sentirse indignados. O los muchos trabajadores de sectores como la hostelería, limpieza etc. que han visto cómo los grandes empresarios a los que dice atacar el señor Hessel han usado la mano de obra inmigrante para tirar los sueldos por el suelo e incrementar las diferencias entre ricos y pobres que tanto dice que le preocupan...

Afortunadamente ahora sabemos gracias a Hessel que lo que debe indignar a los jóvenes europeos es el bienestar de los inmigrantes.

¡Bien señor Hessel, bien! Si el motivo de su libro es indignar a la población para que reaccione, enhorabuena, está usted indignándome más y más con cada página.


Pero el punto álgido del cinismo del autor de ¡Indignaos! llega con el capítulo titulado "Mi indignación a propósito de Palestina".

Y en este punto se hace necesario recurrir una vez más a la Historia.


El 3 de septiembre, UNSCOP emitió un informe a la Asamblea General de la ONU según el cual la población de Palestina hacia finales de 1946 se estimaba en casi 1.846.000 personas, de las cuales 1.203.000 eran árabes (el 65 por ciento) y 608.000 judíos (el 33 por ciento). El crecimiento de la población judía se debió principalmente a la inmigración, mientras que el crecimiento de la población árabe había sido "casi en su totalidad" debido al crecimiento natural.

El mismo informe añadía que "no hay una clara separación territorial de las poblaciones judías y árabes en las grandes áreas contiguas", e incluso en el distrito de Jaffa, que incluía Tel Aviv, los árabes constituían la mayoría.

Y por último, las estadísticas de los propietarios de la tierra desde 1945 demostraron que los árabes poseían más tierra que los judíos en todos los distritos de Palestina. El distrito con mayor porcentaje de propiedad judía era Jaffa, donde el 39 por ciento de la tierra estaba en manos de los judíos, comparado con el 47 por ciento de propiedad árabe. En el conjunto de Palestina en ese momento y según el informe de la NSCOP, los árabes eran propietarios del 85 por ciento de la tierra, mientras que los judíos tenían menos del 7 por ciento.

A pesar de estos hechos, la propuesta de la UNSCOP fue ¡que el Estado árabe se constituyera solamente en el 45,5 por ciento de la totalidad de Palestina, mientras que a los judíos se les otorgaría el 55,5 por ciento de la superficie total para su Estado!

La UNSCOP reconoció en su informe que "De acuerdo con el principio de la libre determinación, aunque el derecho internacional reconoció este principio al final de la Primera Guerra Mundial y se ha respetado en lo que respecta a los territorios árabes, en el momento de la creación de los mandatos clase ‘A’ no se aplicó a Palestina, obviamente debido a la intención de posibilitar la creación del hogar nacional judío allí. En realidad bien podría decirse que el hogar nacional judío y el sui generis Mandato para Palestina van contra este principio”.

En otras palabras, el informe reconoce explícitamente que la negación de la independencia Palestina con el fin de lograr el objetivo de establecer un Estado judío constituía una negación del derecho de la mayoría árabe a la libre determinación. Y sin embargo, a pesar de este reconocimiento, la UNSCOP aceptó esa negación de los derechos árabes dentro del marco legítimo que debía otorgar una solución razonable al conflicto.

Bien, creo que entenderán ustedes que comparto la indignación del señor Hessel en lo referente al tema palestino. Entenderán ustedes que desapruebe que Naciones Unidas, en contra de sus propios criterios, negara los derechos de los árabes para crear de forma artificial y contra el derecho internacional una nación judía, Israel.

Lo que puede que no terminen de entender es por qué les cuento todo esto en relación a la indignación del señor Hessel. Pues muy sencillo, porque el señor Hessel fue un alto funcionario en Naciones Unidas durante el periodo en el que todo esto ocurría y, desde luego, no he sido capaz de encontrar una sola evidencia ni indicio de que este diplomático francés (uno de los pocos países con derecho de veto) de origen judío expresara en aquel entonces la más mínima duda o desacuerdo en relación a la injusta y más que posible ilegal creación del estado de Israel.

Pero no se vayan, todavía hay más. El señor Hessel hace un encendido alegato para que las protestas de los palestinos (protestas que el comparte y entiende, ¡faltaría más!) sean pacificas y no utilicen la violencia contra Israel.

Él, que presume durante todo el libro de forma insistente en su heroico pasado como resistente contra la ocupación alemana, viene y les dice a los palestinos que usen la protesta pacífica contra el pueblo elegido, es decir, el suyo, el judío y no, no crean que es porque con los años el señor Hessel se ha vuelto un amante de la paz y que ya no justifica el uso de la fuerza en ninguna situación, pues sin ir más lejos recientemente se ha mostrado partidario de una intervención militar extranjera en Libia.

¿Qué pasa con el señor Hessel? ¿Es que le parece bien el uso de la violencia siempre que ésta esté dirigida contra cualquiera que no sea Israel? ¿Estará el señor Hessel de acuerdo con que se use la fuerza para hacer cumplir a Israel alguna de las muchas resoluciones de Naciones Unidas que ha incumplido desde su creación?.

¡No! El señor Hessel nunca ha defendido que se tomen medidas de fuerza contra el estado que posiblemente más resoluciones de Naciones Unidas ha incumplido: Israel. El señor Hessel estaba demasiado ocupado defendiendo los bombardeos contra Libia... y ahora viene y escribe un pasquín en el que dice a nuestros jóvenes ¡que se encuentra indignado por lo que ocurre en Palestina! En fin, juzguen ustedes mismos.

En definitiva, nos encontramos ante una obra de fácil lectura que envuelve al lector con hermosas palabras contradicciones y desfachateces que sólo persiguen manipular la opinión de los jóvenes utilizando para ellos la desastrosa situación político-económica en que estamos inmersos.

Hessel, lengua de serpiente.

En fin nada nuevo bajo el sol, sólo otro apóstol del marxismo. Pero tengan cuidado, éste posee una brillante lengua de serpiente con la que hechizar a los más desprevenidos.

Nota 1: Stéphane Hessel suele ser presentado por sus admiradores como "uno de los redactores de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948" pero hasta esto es falso, me temo que de nuevo los años y la memoria vuelven a jugarle una mala pasada al señor Hessel y a sus defensores, pues en una entrevista realizada en 2008 el propio Hessel aun era capaz de recordar que fue un mero espectador de dicho acontecimiento y no uno de sus protagonistas "yo no escribí la Declaración. Fui testigo de esta época extraordinaria" afirma Hessel.

Nota 2: Martin Varsavsky multimillonario argentino de origen judío y formado académicamente en las universidades más prestigiosas de los Estados Unidos, miembro del clan Rockefeller, haciendo gala de un espíritu filantrópico, impropio de una persona que ha amasado toda una colosal fortuna dejándose guiar por la más abyecta codicia, facilitó a los "acampados" del 15-M, en España, la posibilidad de conectarse gratuitamente a Internet, vía wifi, para ello ordenó la instalación de sus famosas foneras (router wifi de la compañía Fon, propiedad de Martin Varsavsky), en todas las acampadas más importantes del 15M.

Las famosas "foneras".

“En la política, nada sucede por accidente. Si sucede, usted puede apostar que así se planeó”.

Franklin Delano Roosevelt.

martes, 28 de junio de 2011

Pon un criminal en tu familia


Hoy, entre la sorpresa y la indignación, los españoles nos hemos desayunado con la siguiente noticia de la que se hace eco casi toda la prensa nacional.

La juez del 'caso Tous' obliga a indemnizar con 310.000 euros a la familia del ladrón fallecido por un disparo del yerno de la familia de joyeros catalanes.

La magistrada presidenta del tribunal popular que juzgó a Corominas suscribe en su fallo los argumentos esgrimidos por la acusación particular ejercida por la familia de la víctima, al considerar que el yerno de los Tous está obligado a pagar una indemnización, dado que sería "injusto" que los perjudicados se vieran privados de un resarcimiento por una conducta errónea del acusado.

No deseo ningún mal a la familia del delincuente fallecido, pero me resulta increíble que reciban una indemnización y máxime de dicho importe. Seamos claros, el fallecido no era precisamente uno de los ciento cincuenta y ocho honrados trabajadores que fallecieron en España durante el año pasado sólo en el sector de la construcción, cuyas familias seguramente no han recibido tal cantidad de dinero.

Disculpen por la crudeza, pero al margen de lo que pueda decir la ley, a mi humilde entender cuando un asaltador muere en el transcurso de un atraco no es un accidente laboral ni nada que se le parezca, como mucho serán gajes del oficio.

Confío en que la ley al menos obligue a la viuda a destinar ese dinero a indemnizar a las anteriores víctimas de su marido. Claro que eso es como confiar en que lluevan gominolas, seguramente la juez de la que depende el caso no considera injusto que esas víctimas de la carrera delictiva del difunto se vean privadas de sus bienes por "errores pasados cometidos por el mismo".

En resumen, que la familia del delincuente trincará un más que generosa suma de dinero que sale del bolsillo de su última víctima mientras que las familias de sus anteriores víctimas se quedarán a dos velas viendo a la viuda del causante de su ruina entregada a la “dolce vita”.

Gazmend Sinani, el albanokosovar fallecido por los disparos efectuados por Lluís Corominas, era un viejo conocido de la policía belga.Y a pesar de sus antecedentes, obtuvo el permiso de residencia, gracias a lo cual vivía en un barrio periférico de la capital catalana junto con su mujer y su hijo, pudiendo viajar con facilidad por la Unión Europea.

Y yo me pregunto ¿No debería el señor Corominas y las demás victimas de este delincuente pedir una indemnización al funcionario que, a pesar de los peligrosos antecedentes de este individuo, le concedió el permiso de residencia? Porque si yo suelto un tigre en un parque infantil, además de pagar, como es lógico, terminaría en la cárcel.

¿Entonces? ¿Por qué los funcionarios y la administración sueltan a estas alimañas entre nosotros y al final no son responsables de nada?

Visto lo visto es indudable que el sistema protege mejor el bienestar de la familia de un delincuente muerto durante un atraco que a la de un trabajador que deja su vida en el tajo.