jueves, 18 de marzo de 2010

Manipulación

Hoy, en un ejercicio de masoquismo extremo, me he puesto a releer el “Manual de estilo sobre minorías étnicas del Colegio de Periodistas de Cataluña”. Y aunque no es desde luego una noticia de última hora, me he decidido a dedicarle unas líneas porque sigue siendo un tema de actualidad al estar siendo aplicado en la mayoría de los medios de comunicación, y desde luego no solo en Cataluña sino a nivel nacional, algo que no es de extrañar si tenemos en cuenta que dicho manual ha contado desde su edición con las bendiciones, apoyo y promoción de sindicatos como UGT y de ministerios como el de Trabajo y el de Educación (Aula Intercultural).

Reproducir aquí dicho pasquín (quiero decir manual de estilo) sería demasiado largo, pero en resumen anima a no ofrecer a la opinión pública parte de la información de una noticia, en concreto la parte que se refiere al grupo étnico y nacionalidad del protagonista de la misma, siempre que la noticia sea negativa.

Dice textualmente: “No hay que incluir el grupo étnico, el color de la piel, el país de origen, la religión o la cultura si no es estrictamente necesario para la comprensión global de la noticia”, y la excusa esgrimida es la de “no perjudicar la imagen de todo un colectivo por acciones individuales, en este caso el colectivo de residentes extranjeros no comunitarios”.

No contentos los autores de este manual de estilo con incitar abiertamente a ocultar una parte de la información animan a buscar información de carácter positivo relacionadas con el colectivo de inmigrantes no comunitarios para mejorar la percepción que la sociedad tiene de ellos.

Cita: “Hay que potenciar la búsqueda de noticias positivas”.

¡¡Bravo!! Ahora resulta que el trabajo de la prensa española es el hacer de asesores de imagen de los inmigrantes.

Por si alguien tiene la más mínima duda de cuál es el objetivo perseguido por este manual resaltaré un último párrafo especialmente deleznable:

"Militancia periodística: hacia una multi-interculturidad enriquecedora para todos. La potenciación de las informaciones en positivo.

La influencia de los medios de comunicación en la visión que la sociedad tiene de la realidad, obliga al profesional de la información a un compromiso más firme en la tarea de reflejar el sentido positivo de la multi-interculturalidad”
.

Sorprendentemente esto no ha despertado ningún tipo de reacción, al menos ninguna reacción a la altura de la gravedad de lo expuesto en dicho manual. Definitivamente parece que el PPSOE ha conseguido adormecer a la sociedad dejándola absolutamente indefensa y sin capacidad de reacción, aún frente a la más abierta y desvergonzada manipulación de la información por parte de la plutocracia del bipartidismo.

¿Por qué entonces no empezar a ocultar la afiliación política de cargos públicos detenidos por corrupción y evitar así que las acciones individuales perjudiquen la imagen de todo el colectivo de personas que militan en dicho partido?.

Con la misma excusa deberíamos omitir divulgar a qué equipo pertenecen los seguidores radicales que protagonizan incidentes en un encuentro deportivo, no sea que deterioremos la imagen de todos los socios de dicho club.

No sería muy difícil imaginar la virulenta reacción del colectivo feminista si un manual exactamente igual a éste, y persiguiendo el noble fin de no criminalizar a la mitad de la población por motivo de genero, animara abiertamente a que cuando alguien terminara con la vida de su pareja se ocultara el sexo de la víctima y del agresor. Aunque claro que esto ya se ha hecho para los treinta hombres asesinados por sus mujeres durante el año pasado.

O por qué no dejar de mencionar que los que protagonizan, cada vez con más frecuencia, incidentes violentos y poco democráticos en las facultades españolas impidiendo y boicoteando conferencias son izquierdistas y así no criminalizar a la siempre democrática y cívica izquierda española, mencionándoles simplemente como “grupo de jóvenes estudiantes” ¡¡Anda, pero si esto ya lo hacen!! Toma, toma.

También podríamos empezar a llamar fascistas a los terroristas de ETA y a los chicos de la gasolina de la kaleborroka, no sea que al llamarlos izquierda independentista los izquierdistas o los independentistas vean como se deteriora la imagen de todo un colectivo por acciones individuales.

En fin, qué podemos esperar de un país en que el presidente de la Asociación contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, es un ex miembro de la organización terrorista FRAP, donde el señor Cebrián, Consejero Delegado del grupo Prisa, órgano oficioso del actual gobierno, es un ex censor, donde el juez estrella del sistema tiene tres causas abiertas a la espera de juicio o donde al más puro estilo de 1984 el Ministerio de Igualdad crea leyes que tratan desigualmente a los ciudadanos en función de su sexo.

Hay que detener la manipulación informativa de la extrema izquierda gobernante y denunciar la indispensable colaboración por omisión del indigno y sorprendentemente autocalificado partido de la oposición. Aunque yo me pregunto ¿oposición a qué?.

Para manipular eficazmente a la gente, es necesario hacer creer a todos que nadie les manipula

John Kenneth Galbraith.

sábado, 13 de marzo de 2010

11-M. Ni olvido ni perdón


Creo que fue Chesterton el que dijo "A cada época la salva un pequeño puñado de hombres que tienen el coraje de ser inactuales" y es posible que tuviera razón. Al menos el pasado día 11, en la fría noche madrileña, frente a la sede del PSOE en la calle Ferraz yo habría jurado que tenía razón, porque un puñado de hombres y mujeres con una enorme dignidad y determinación se manifestaron para gritarle al mundo que no están dispuestos a olvidar ni a perdonar los atentados del 11 de marzo.

Ese mismo día el Congreso había decidido que en adelante las víctimas del 11-M serían homenajeadas con las demás víctimas del terrorismo, y es que no hay mejor sitio para esconder una hoja que el suelo del bosque, pero por la noche un puñado de hombres atemporales capitaneados por don Manuel Canduela fueron a gritarle a la cara al PSOE que siguen queriendo saber la verdad.

Frente a al vergonzoso silencio del PP, frente a la criminal complacencia del PSOE, máximo beneficiario de la masacre, se erguía la tenacidad del presidente de Democracia Nacional. Supongo que desde los despachos de la última planta de la sede de Ferraz el señor Canduela debía parecer muy pequeño, pero a pie de calle, para todos cuantos pudimos escucharle, parecía crecer por momentos. Y es que la grandeza de un hombre no se mide por la planta en que se ubica su despacho, sino por su talla moral, por su determinación y por los enemigos a los que se enfrenta.

El señor Canduela ayer, micrófono en mano, plantó cara a todo un régimen: el del bipartidismo que usa todos sus medios para pararle sin conseguirlo. Por eso a todos aquellos que le vimos con el ostentoso edificio de la sede socialista al fondo, nos pareció un gigante.

Don Manuel Canduela no está dispuesto a olvidar, nosotros tampoco. Don Manuel Canduela no está dispuesto a perdonar, nosotros tampoco. Don Manuel Canduela quiere saber la verdad y nosotros, los hombres y las mujeres de Democracia Nacional, también.

Es posible que nosotros seamos ese puñado de hombres inactuales que salve nuestra época y es posible que por eso los mezquinos que habitan en los despachos de las últimas plantas sudan miedo cuando a pie de calle les gritamos que nunca les vamos a olvidar.

martes, 9 de marzo de 2010

Los libros y la noche


De las creaciones de Vitali ésta es una de mis preferidas. Ha resultado tristemente profética en vista de los últimos acontecimientos relacionados con Pedro Varela. Me gustaría dedicar esta entrada a todos aquellos que en alguna ocasión hemos encontrado aquel libro que buscábamos en la magnífica Librería Europa.


Los libros y la noche


Nadie rebaje a lágrima o reproche
Esta declaración de la maestría
De Dios, que con magnífica ironía
Me dio a la vez los libros y la noche.

Jorge Luis Borges


Finalmente un día, los lectores seremos miembros de una secta olvidada.
El infinito mundo mágico de los libros, será invadido por la pulsión final de la imagen arbitraria y fugaz, y se disolverá en el agua insípida de un tiempo oscuro.
Alguien extrañará los libros al principio. Algunos sentirán un vacío justo en el pecho, una estrecha desazón en la garganta, pero nada más que eso. El mundo seguirá girando para las multitudes y para los pocos que manejan a las multitudes.
Seguirán soñando los avaros con su dinero, los ambiciosos con su poder, los lascivos con su descarrilada sexualidad.
Cada uno continuará su juego en un mundo definitivamente oscurecido.
La secta de los lectores parecerá extinguida, pero se fortalecerán sus lazos interiores con el tráfico arriesgado y clandestino de los libros.
Por eso es mejor empezar cuanto antes. Atesorar papeles, imprimir ciertos ejemplares y darles tapas resistentes.
Después de todo el futuro no será tan distinto del pasado. Unos pocos alquimistas buscarán una obra que se niega y que se esconde.
Casi es mejor que nos olviden. Quizá hasta nos dejen tranquilos. Sí, que se olviden de nosotros, los que pasamos por el mundo descifrando lo que a casi nadie le interesa. Realmente merecemos el olvido.

La gente reemplaza rápido las cosas que no le son materialmente necesarias. Y un libro nunca fue una necesidad primaria para mucha gente, sino para unos pocos. Sólo espero que a raíz del desinterés de las masas, y de la comprobada imposibilidad que los libros tienen de detener esta edad oscura, su posesión y lectura se convierta sólo en un delito menor, en una trasgresión que no merezca el castigo ni la atención de las autoridades.

Anticipándonos a la furtiva clandestinidad que nos deparará a los lectores el sentido de la historia, en este lejano país del Sur nos adelantamos a los hechos, convirtiendo en encargados de nuestra biblioteca nacional sucesivamente a varios ciegos. El último de ellos se llamó Jorge Luis Borges. Parece una ironía, pero creo que fue en realidad un acto de profética resistencia surrealista, que esos ciegos nuestros sobrevivieran entre libros a su oscuridad, y siguieran dictando en la noche sus textos, en un total contrasentido con el mundo. Quizá sin darse cuenta, estaban restaurando la vieja secta de los libros y la noche, en la nueva clandestinidad de la palabra, la que ya se ha iniciado, la que no tendrá fin.

Juan Pablo Vitali

Iniciativa popular


¡Ah Suiza, gran país! Relojes de cuco, chocolate, bancos... y por si esto fuera poco ¡legislan por iniciativa popular!

Sí, así es, los suizos pueden forzar un referéndum por iniciativa popular y una vez que el pueblo suizo ha hablado lo único que el gobierno puede hacer es acatar su decisión y ponerse manos a la obra. Y éste no es un procedimiento excepcional que rara vez se pone en funcionamiento, porque en los últimos 120 años más de 240 iniciativas legislativas populares han sido votadas en referéndum por los suizos.

En España el articulo 87.3 de la Constitución recoge este tipo de iniciativas, pero tienen tal número de limitaciones que hacen que en la práctica compararlo con el de Suiza sea una broma de mal gusto. En todo el periodo democrático únicamente una Iniciativa Legislativa Popular ha sido aprobada por el Pleno, relativa a la modificación de la Ley de Propiedad Horizontal.

En España, entre otras muchas limitaciones, una iniciativa popular no podría reformar el Código Penal, los Estatutos de Autonomía, la Ley Electoral, la del Defensor del Pueblo, la del Tribunal Constitucional, la de Educación, la del Derecho de Reunión, la de Libertad Sindical, la de Libertad Religiosa, la de Partidos Políticos, etc.

Es decir la madre de Sandra Palo no podría recoger firmas para obligar al gobierno a hacer un referéndum que, en caso de ser respaldado por la mayoría de la población, obligara al ejecutivo a cambiar la ley del menor.

O las víctimas del terrorismo no podrían hacer lo propio para pedir la cadena perpetua para los delitos de sangre.

Tampoco una iniciativa ciudadana podría cambiar la ley electoral que tanto y tan desmesurado poder a dado a las fuerzas nacionalistas.

Ni se podría forzar un plebiscito que impusiera que los partidos tuvieran que financiarse exclusivamente con la cuota de sus afiliados.

¿Política lingüística o de educación? ¡Ni lo sueñes!

¿Inmigración? ¿Impuestos? ¿Sindicatos? No, no, no...

En definitiva, en España cualquier cuestión que preocupe seriamente a los ciudadanos está monopolizada por el partido único, el PPSOE, y por supuesto no piensan renunciar a ese privilegio.

No deja de ser curioso cómo nuestros gobernantes, a los que se les llena la boca con la palabra democracia, han conseguido norma tras norma y ley tras ley reducir la intervención de los ciudadanos en la vida política a la mínima expresión posible.

¿Es que tienen miedo de que los españoles decidan? ¿No es acaso eso la democracia?.

No estaría de más recordar, para el que no lo sepa, que en España se prohiben constitucionalmente los referendos vinculantes, salvo en lo relativo a ratificación de reformas constitucionales y estatutarias. Para lo demás, sólo se permite lo que denominan referéndum consultivo, que es una votación cuyo resultado no vincula ningún cumplimiento, es decir, en realidad una mera encuesta.

En fin, qué más da, al fin y al cabo lo único que le importa a los españoles es el fútbol, que por algo le dedicamos la mitad de los telediarios. Mientras haya fútbol en la televisión y cerveza en la nevera todo irá bien.

lunes, 8 de marzo de 2010

Condena a Pedro Varela.


El pasado 29 de enero de 2010 en este mismo blog me hacía eco de la noticia del enjuiciamiento y persecución por parte de la Justicia del librero barcelonés Pedro Varela. Hoy, el Juzgado de lo Penal número 11 de Barcelona ha hecho pública la sentencia: ¡Dos años y nueve meses de cárcel! Tengo que reconocer que me he sentido invadido por una mezcla de asombro, indignación y tristeza.

Ante esta sentencia surge un montón de dudas que espero que el Ministerio de Justicia aclare con la mayor brevedad.

Primero. Si el señor Varela ha sido condenado por la venta de libros (libros que él no ha escrito) se puede deducir que el señor Varela ha vendido libros que están prohibidos. Inmediatamente surgen dos dudas: cuál es la lista de libros prohibidos, porque imagino que estará disponible para cualquier honrado librero que no quiera incurrir en la ilegalidad, y quién ha confeccionado dicha lista. Porque no estaría de más saber quiénes son los censores de nuestro tiempo, qué puestos ocupan y por quién han sido nombrados.

Segundo. ¿Hasta qué punto es responsable un librero o un editor de las ideas expuestas en un libro? Porque esto podría cambiar mucho las cosas en el panorama editorial español. Si la lamentablemente famosa Karmele Marchante escribe una biografía de un famoso y es condenada por difamación ¿será condenado también el dueño de El Corte Inglés por venderlo? Para evitar malos entendidos habría que aclarar que los autores de los libros vendidos por el señor Varela no están condenados por la Justicia española por haberlos escrito.

Tercero. ¿Será a partir de ahora perseguible cualquier libro que haga una defensa de lo políticamente incorrecto? ¿Se prohibirán los libros marxistas que aboguen por la supresión de la propiedad privada, que es un derecho reconocido por la Constitución? ¿O los que hagan una encendida defensa del genocida conocido con el nombre de Stalin?

Cuarto. Se acusa a Varela de la falta de pluralidad en sus libros. Pues bien, desde aquí hago saber a la señora Estela Pérez Franco, juez de Juzgado Penal número 11 de Barcelona, que sita en la calle San Cristóbal número 17 de Madrid, existe desde el año 1978 una librería feminista, la "Librería Mujeres", que lleva incurriendo en la misma falta que el señor Varela la friolera de 32 años, y por increíble que le parezca a la señora Estela Pérez Franco, hay más, como la librería "libertaria" La Malatesta, sita en la poco apropiada dirección de Jesús y María número 24 de Madrid. Espero impaciente la intervención policial, decomiso de libros y objetos de arte, y el procesamiento posterior de los respectivos propietarios.

Quinto. En prensa se comenta como si fuera un hecho trivial que, entre otras cosas, se ha ordenado la destrucción de objetos de carácter histórico propiedad del señor Varela que ni siquiera se encontraban a la venta. Esto, lejos de un hecho trivial, tiene una excepcional importancia por el precedente que sienta. ¿Quiere esto decir que la Ley de Memoria Histórica ha entrado en la intimidad de nuestros hogares? ¿Y que a partir de ahora cualquier juez podrá ordenar la destrucción de objetos de elevado valor histórico por su incorrección política? ¿Cuánto tardaremos en ver esposado al primer coleccionista de condecoraciones militares? ¿La destrucción de patrimonio histórico llevado a cabo por la titular de este Juzgado es susceptible de ser perseguida?

Si a estas alturas alguien sigue teniendo dudas de que la libertad de expresión está limitada en los regímenes occidentales, o es un cínico o es un ciego.

(Leer Juicio a Pedro Varela)

sábado, 6 de marzo de 2010

Cuando muera España


Estos versos han sido escritos por Juan Pablo Vitali, al que vuelvo a agradecer que enriquezca este blog con su obra. Un regalo que nuevamente me deja en deuda con él.

Cuando muera España

Cuando muera España con ella moriremos
Los que no supimos que España es nuestra sangre.

Cuando muera España Europa se hará pequeña
Más pequeña aún que en estos tristes días.

Cuando muera España su eslabón de acero
Se hundirá para siempre en las aguas del océano.

Cuando muera España también la lloraremos
Los desterrados al Sur de su trágico destino.

Cuando muera España fundaremos
Una gran España todavía más terrible.

Con un pueblo nuevo que ya no será celta
Ni íbero, romano o visigodo.

Levantaremos los dioses olvidados
Y seremos solamente: banderas negras, acero y territorio.

Cuando muera España habrá un cataclismo
Que correrá algunos grados el eje de la tierra.

Cuando muera España nacerán sus hijos
De la tierra virgen y el sol negro entre cenizas.

Desde las entrañas de un nuevo continente
En el olvido del llanto y sin remordimientos.

Forjaremos la España de la resurrección
Quemando las aguas del nuevo desembarco.

Juan Pablo Vitali

jueves, 4 de marzo de 2010

10.000!


Hemos pasado las 10.000 visitas, y supongo que este es un buen momento para los agradecimientos.

En primer lugar a todas las personas que han entrado para leer el blog, porque sin ellas éste no tendría razón de existir. Y desde luego agradecer a todos los que con sus comentarios han enriquecido cada uno de los artículos. No puedo olvidar a aquellos que han tenido una colaboración más activa y que han hecho, sin duda, que este blog sea mucho más completo.

Quiero agradecer a Alvaro sus acertados comentarios y enlaces que ha aportado sobre todo en temas históricos.

A napo2005, al que aprovecho para mandar un abrazo amigo, que desde Méjico ha aportado un magnífico material audiovisual por el que le estoy muy agradecido y confío en que siga haciéndolo, así por el intercambio de ideas y pareceres que con él he podido disfrutar.

No podría olvidarme de Juan Pablo Vitali, escritor y poeta argentino que cuenta con mi admiración como artista, pero antes que nada, amigo y camarada.

A Brighid, donde quiera que esté.

A joe2005, por sus magníficas y mordaces ilustraciones que pone a disposición de todos nosotros.

Y una mención especial para todos aquellos blogeros y lectores, camaradas todos, que provienen del Anillo Identitario y Foro de DN.

Por último sólo me queda disculparme porque en muchas ocasiones no dispongo del tiempo necesario para poder atender como se merece a todos estos camaradas y amigos. Una vez más, muchas gracias. Espero que llegue el día en que podamos vencer las barreras cibernéticas y conoceros en persona.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Los alemanes deportados del este.


Acontecimientos de especial trascendencia y brutalidad han sido ocultados al gran público durante décadas con una eficacia que no deja de sorprender, teniendo en cuenta la magnitud de algunos de estos hechos históricos.

No, no han prohibido hablar de ello ni han aplicado una censura, al menos tal y como entendemos coloquialmente dicha expresión. El método es mucho más sutil pero se ha demostrado, al menos, tan eficaz y mucho más perverso que una censura al uso.

Porque el ciudadano que vive bajo un régimen en el que existe la censura es consciente de que se le está escamoteando la información, pero en las democracias occidentales no se tiene esa conciencia. Aún así, en mi opinión, sí se oculta información al gran público.

El sistema es el siguiente. Primero y fundamental: se evitará mencionarlo en los libros de texto. Segundo: no se rodarán películas que narren dichos acontecimientos o cuya acción se desarrolle en el transcurso de los mismos. Tercero: nada de televisión, no se emitirán documentales, no se harán monográficos sobre el tema etc. Cuarto: las grandes editoriales no publicarán libros sobre este hecho. Esta última es la que se ejerce de forma menos férrea, claro que apenas se lee y menos libros de historia. ¿Resultado?

En dos generaciones de estudiantes el acontecimiento histórico en cuestión sencillamente no existe en la conciencia colectiva, y el grueso de la población no habrá oído hablar de él; algunas raras excepciones tendrán una noción tan vaga e inexacta que seguramente nada tenga que ver con la realidad. ¿No me crees?

Busca un grupo de universitarios, no de operarios de la construcción ni de agricultores, sino universitarios, al fin y al cabo se les presupone la élite intelectual del país, y pregúntales cuál ha sido la más numerosa deportación forzada de población en la historia de Europa.

Si tú tampoco conoces la respuesta presta atención, porque hoy me gustaría hablarte de los deportados alemanes del este.

Los hechos son los siguientes:

Entre la segunda mitad de 1944 y 1947 se llevó a cabo una limpieza étnica sin precedentes en el corazón de Europa. Entre 12.000.000 y 16.000.000 de personas fueron expulsados de los territorios donde habían habitado históricamente por ser racialmente alemanes, sin atender a su nacionalidad ni a ninguna otra circunstancia, posiblemente la mayor deportación forzosa de la historia. Más de 2.000.000 de civiles, la mayoría mujeres, niños y ancianos, murieron a causa de las condiciones infrahumanas en que se procedió a expulsarlos o como consecuencia directa de actos criminales ejercidos contra ellos.



Aún a día de hoy es difícil establecer cifras fiables, pero creo que los siguientes datos pueden ser orientativos de la magnitud de lo ocurrido. Insisto son cifras orientativas y en mi opinión deberían ser revisadas a la baja. Aun así las cifras exactas, de conocerse, no creo que reflejaran grandes variaciones:

8.500.000 residentes en el Este de Alemania.
3.500.000 en los Sudetes.
250.000 en los Estados Bálticos y el distrito de Memel.
380.000 en Dantzig.
1.300.000 en la región de Posen.
623.000 en Hungría.
537.000 en Yugoslavia.
786.000 en Rumanía.
150.000 en Bulgaria.

Los supervivientes tuvieron que soportar un sinfín de sufrimientos, que se añadían a la pérdida de su tierra natal y casi todos sus bienes. Al tener que enfrentarse a las peores condiciones imaginables hambre, frío y maltrato durante el recorrido de larguísimas distancias, a veces a pie, antes de poder instalarse en algún lugar que los aceptara.

Dentro de las expulsiones podemos diferenciar tres fases, según una clasificación hecha por P. Ther:

Primera fase (finales de 1944 - primavera de 1945)

En un primer momento se pusieron en marcha medidas de evacuación tomadas por las autoridades alemanas. Se trató del traspaso de los alemanes étnicos habitantes de los Países Bálticos, Volhynia y Besarabia que decidieron adoptar la ciudadanía alemana y se trasladaron antes de que sus territorios cayeran en manos soviéticas.

En octubre de 1944 el avance de las tropas del ejército soviético alcanza las regiones alemanas de Prusia oriental, tomado las primeras poblaciones pero en dos semanas tuvieron que retroceder. Es entonces cuando las tropas alemanas descubren lo que se conoció a partir de entonces como la Masacre de Nemmersdorf.


En esta pequeña localidad alemana las fuerzas soviéticas dejaron claro a la aterrorizada población germana que se enfrentaban a una guerra étnica. La escena es dantesca, tal y como recoge un documental alemán de la época:



"En la granja había un carro, al que más mujeres desnudas fueron clavadas atravesando sus manos en una posición cruciforme... Cerca de una posada grande, el "Roter Krug", había un granero: en cada una de sus dos puertas había una mujer desnuda con las manos clavadas, en una posición cruciforme.... En las viviendas se encontró un total de 72 mujeres y niños junto a un hombre de 74 edad, todos los muertos.... Algunos bebés tenían sus cabezas golpeadas."

Solo era una muestra, pero confirmaba los peores temores de la población civil. El pánico se apoderó de los habitantes de Prusia que empezaron a ser evacuados por todos los medios posibles. Muchos pudieron ser evacuados por vía marítima. Entre 2 y 3 millones de personas fueron evacuadas por la Kriegsmarine y la Marina Mercante alemana. Pero no fue una operación fácil, porque además de su carácter masivo, los soviéticos interfirieron cuanto pudieron para dañar lo más posible (Para más información ver El hundimiento del Wilhelm Gustloff).

No obstante al grueso de la población no le dio tiempo a escapar y las hordas del este cayeron sobre ellos en Prusia, Polonia, Checoslovaquia etc. Es entonces cuando empezó la parte más brutal de las expulsiones masivas y las carnicerías.

Segunda fase (marzo - julio de 1945). El llamado exilio salvaje.

La política de limpieza étnica que tuvo comienzo desde el primer momento recibió un respaldo inestimable en la conferencia de Yalta, celebrada el 11 de febrero de 1945 entre Stalin, Churchill y Roosevelt como jefes de gobierno de la URSS, Reino Unido y Estados Unidos.

Los acuerdos de Yalta fueron polémicos incluso antes del encuentro final en Posdam. Tras la muerte de Roosevelt, Churchill y él fueron acusados de no haber aceptado un control internacional sobre los países liberados por la URSS. Más aún, ningún otro gobierno fue consultado o le fueron notificadas las decisiones tomadas allí.

De esta forma los tres grandes se repartían el mundo a placer, dejando las manos libres a la URSS para actuar libremente en sus territorios ocupados. La limpieza étnica, que estaba en marcha a una escala nunca antes vista, obtuvo el visto bueno de las potencias occidentales de forma explícita en la conferencia de Potsdam, celebrada entre el 17 de julio y el 2 de agosto de 1945, aunque ciertamente no se denominó proceso de limpieza étnica sino reasentamiento, y bajo este eufemismo el genocidio cometido sobre los alemanes étnicos adquiría carta de legalidad internacional, criterio que se mantiene a día de hoy, motivo por el que nadie ha sido nunca acusado ni procesado por estos acontecimientos.

Las expulsiones realizadas por polacos, checos, yugoslavos... fueron brutales y contaron en todo momento con la colaboración activa de los soviéticos y con la cómplice pasividad de los aliados occidentales. Se desalojaban poblaciones enteras y a sus habitantes se les daba un plazo de un par de horas para recoger lo que pudieran portar. Todo cuanto no llevaran consigo (es decir, poco más de lo que cabe en una maleta) lo perderían para siempre. Millones de personas, en su inmensa mayoría ancianos, niños, mujeres y enfermos eran enviados en vagones descubiertos o en interminables marchas a pie, en medio del crudo invierno centroeuropeo, sin comida y sin asistencia sanitaria de ningún tipo.

Pronto los cadáveres de cientos de miles de personas muertas de hambre, de frío, por epidemias y por brutalidades, jalonaron el paso de las columnas y trenes de expulsados.

Bertrand Russell escribía en el Times del 19 de octubre de 1945: “En Europa Oriental se están produciendo ahora deportaciones en masa por parte de nuestros aliados en un intento aparentemente deliberado de exterminar a millones de alemanes”.

Y el 8 de diciembre de ese año, el mismo Russell escribiría en el New Leader: “Se acordó en Postdam que la expulsión sería ‘ordenada y humana’, pero esta previsión no se ha cumplido en absoluto. Por las noticias que tenemos hasta ahora, mujeres y niños son amontonados en trenes, con apenas una maleta, que a menudo les es robada durante el viaje. El viaje hasta Berlín dura varios días, en los cuales no se les da comida. Muchos mueren antes de llegar a Berlín. (...) Una gran proporción de los expulsados de sus casas no son colocados en trenes, sino enviados hacia el oeste a pie”.

En Yugoslavia, por ejemplo, los alemanes fueron oficialmente declarados "fuera de la ley". En noviembre de 1.944 la "Liga antifascista para la liberación nacional" declaró lo siguiente:

1) Todas las personas que viviesen en Yugoslavia y fuesen de origen alemán, perdían automáticamente la ciudadanía yugoslava y todos los derechos civiles.

2) Todas las propiedades de las personas de origen alemán, pasaban a ser propiedad del estado.

3) Las personas de origen alemán no tienen ningún derecho ni pueden dirigirse a ningún tribunal para pedir protección. O sea, que cualquier alemán podía ser robado, encarcelado, maltratado y asesinado. Esta decisión fue dada a conocer por el comisario político de Tito, Moshe Pijade.

A día de hoy se desconoce con exactitud el destino de decenas de miles de alemanes residentes en Yugoslavia, pero conociendo los métodos de Tito y sus partisanos no es aventurado suponer lo peor.

En Trieste los partisanos de Tito practicaron una cruel y sangrienta venganza. En unas semanas desaparecieron unos 7.000 italianos y alemanes, la mayoría víctimas de la venganza ciega de los partisanos de Tito. Según investigaciones recientes mas de 1.100 prisioneros de guerra alemanes fueron bestialmente masacrados y arrojados a unas cuevas-agujeros que hay a unos kilómetros de Trieste. En "Foiba Miniera" debería haber los restos mortales de unos 3.800 prisioneros de guerra italianos y de unos 800 alemanes. Así estaba Yugoslavia en muchos lugares tras la "liberación".

Matanzas en Trieste por los partisanos de Tito

En Checoslovaquia el gran maestro de ajedrez Ludek Pachmann cuenta lo siguiente sobre lo que ocurrió a los alemanes en Praga: "Si hay un infierno en la tierra, estaba en Praga el 5 de mayo de 1.945. En las farolas de mi amada ciudad había colgados de los pies y como antorchas vivientes, hombres de las SS (...). Bandas armadas que se llamaban partisanos expulsaba gente de sus casas. En la desembocadura del Wassergasse colgaban tres cadáveres desnudos, con amputaciones que los hacían irreconocibles, les habían sacado todos los dientes, la boca era un agujero sangrante. Otros alemanes eran obligados a arrastrar a sus muertos en Stefangasse. Ancianos, mujeres, niños eran torturados, castigados hasta la muerte. Violaciones, bárbaras atrocidades (...). Yo no cuento estas barbaridades para difamar a mis compatriotas sino porque estoy convencido de que solo habrá entendimiento entre los pueblos cuando todos reconozcan cómo ocurrieron los hechos".

Las matanzas son innumerables y se repiten por todo el territorio, como por ejemplo la Matanza de Postoloprty.

Otro ejemplo de lo que sucedía con frecuencia es el de Aussig, el 31 de julio de 1945, cuando unos 2.700 alemanes fueron exterminados por los checos. Los casos eran tan frecuentes que llegaron a oídos occidentales y la prensa protestó por estos hechos, aún a pesar del espíritu antialemán imperante después de la guerra. El “The Economist” de Londres del 15 de septiembre de 1945, escribiría: “Los alemanes, sin duda, merecen castigo, pero no mediante torturas de este tipo”.

Las autoridades de las tropas de ocupación norteamericanas, asentadas entre otras regiones en la frontera con Checoslovaquia, tuvieron que tomar medidas para disminuir el creciente “estado de ánimo anticheco” que se registraba en sus tropas, que podían ver a diario las monstruosidades que cometían los checos comunistas contra las personas inocentes de etnia alemana.

Como escribía Víctor Gollancz en su libro “Nuestros valores amenazados” (1946): “Los alemanes fueron expulsados, no ya con una total ausencia de cualquier consideración, sino con un máximo de brutalidad”.

Recomiendo leer algunos testimonios. No se trata de excepciones. En todos los territorios de donde son expulsados los alemanes étnicos se repiten las mismas escenas de brutalidad.

Al este del Oder se evacuaron 700.000 personas, pero en la localidad de Striegau, a 50 kilómetros al suroeste de Breslau, 15.000 personas no pudieron huir y sufrieron toda la furia del Ejército Rojo. Cuando la Wehrmacht recuperó Striegau en marzo de 1945, encontró una ciudad adoquinada de cadáveres.

A día de hoy siguen apareciendo fosas comunes como ésta con más de 1.800 cuerpos encontrada en Marlbork (Polonia).

Churchill, que había sido uno de los principales defensores de la política de expulsiones, declaraba en la Cámara de los Comunes el 16 de Agosto de 1945: “Estoy particularmente afectado, en este momento, con las noticias sobre las condiciones de expulsión, y éxodo de los alemanes de la nueva Polonia....Escasas narraciones de los sucedido y de lo que está sucediendo se están filtrando, pero no es imposible que se esté produciendo una tragedia de escala prodigiosa detrás del telón de acero que en este momento divide Europa.”


Tercera fase mediados de 1945-1955.

Esta tercera fase es menos desorganizada. Por decirlo de alguna manera la limpieza étnica empieza a burocratizarse. Esto no supone que el ritmo de las expulsiones disminuyese o que cesaran las brutalidades y asesinatos, sino que estos empiezan a efectuarse con mayor orden. Aunque sí es cierto que en el transporte de los expulsados el número de muertes descendió sensiblemente, es también en esta fase en la que surgen los campos de concentración y los esclavos.

Campos de concentración.

El año 1.993, apareció en Nueva York el libro del periodista John Sack "An Eye for an Eye”. El libro está basado en el resultado de siete años de investigación intensiva en la Polonia de posguerra y los territorios de donde fueron expulsados los alemanes. Sack estudió montañas de documentos y entrevistó a numerosos testigos.

Sack escribe: "En estos enormes territorios (los que Polonia anexionó en 1.945) tenia la Oficina Estatal (organización encargada de perseguir a "nazis") 1.255 campamentos para alemanes, y en todos murieron del 20 al 50% de los prisioneros. Esto no se pudo mantener en secreto. Muchas personas tomaron el tren a Berlín y lo denunciaron a las embajadas de EEUU y Gran Bretaña, que informaron a Washington y Londres en enormes sobres”.

Alguien debió leerlos. En el diario de sesiones del día 2 de agosto de 1945 está escrito lo que un senador de EEUU dijo: "Tras los horrores de los campos de concentración nazis habría que esperar que algo así nunca mas volviese a ocurrir. Pero lo siento…". El senador informó de "orgías" de castigos, fusilamientos, torturas con agua, venas abiertas, destrozo de cráneos contra el techo… en los campos de concentración de las Oficinas del Estado (Sack, p. 111).

Según informaciones oficiales estos campos existieron de 1945 a 1948, y según los archivos alemanes murieron, o fueron asesinados, unos 80.000 alemanes, la mayoría ancianos y niños.

La Oficina, que tenia 1.255 campos de concentración, estaba dirigida por Jacob Berman. Entre sus ayudantes estaban Lola Potok Ackerfeld, Itzak Klein, Adela Glickman, Moshe Grossman, Shimon Nunberg, Salek Zucker, David Feuerstein, Ayzer Maka, Aaron Lehman, Jadzia Gutman Sapirstein, Shlomo Singer, Chaim Studniberg, Hanka Tinkpulver, Shlomo Morel, Efrain Lewin, Moshe Maka, Barek Einsenstein, Major Frydman, Jacobowitz, Mordecai Kac, Moshe Kalmewicki, Josef Kluger, Nachum Solowitz, Moshe Szajnwald y Schmuel Kleinhaut (Sack, p. 182-183).

John Sack, de origen judío, subraya que la Oficina estaba dominada por judíos: "Barek Einsenstein calculó que un 90% de los judíos de la Oficina de Kattowitz ‘polaquizaron’ sus nombres (…)”

Pinek Maka, secretario de seguridad del estado por Schlesien (Silesia), calculaba que entre un 70 y un 75% de los oficiales en Schlesien era judíos.

Barek Einsenstein calculaba al menos el 75%.

Moshe Makas "tal vez" entre el 70 y el 75%.

El año 1990 dijo el viceministro de justicia de Polonia: "No me gusta hablar de esto, pero la inmensa mayoría de los oficiales de la Oficina en toda Polonia eran judíos (…)"

“Entre los comandantes judíos estaban Major Frydman en Beuthen, Jacobowitz en un campo sin identificar, Shmuel Kleinhaut en Myslowitz, Efrain Lewin en Neisse, Shlomo Morel en Schwientochlowitz, Oppeln en Kattowitz y Lola Potok Ackerfeld en Gleiwitz. Czeslaw Geborsky, comandante en Lamsdorf era católico, pero de algún otro comandante (no judío) de campo de concentración, nunca he escuchado hablar.” (Sack, p.183).

Veamos alguno de estos campos de estos campos:

La situación en Schwientochlowitz

“Los guardias usaban garrotes, maderas, pértigas y las muletas de los alemanes para pegarles los 15 golpes cada uno. A veces cambiaban la paliza por la pena de muerte, para lo cual tomaban al alemán de pies y manos y como un espolón con la cabeza por delante lo golpeaban contra la pared (...) Los guardias violaron a las mujeres, por lo que una joven de 13 años quedó en estado (…) Enseñaron a sus perros a atacar a los alemanes mordiéndoles en los testículos. Pero aún quedaban 3.000 prisioneros, y Shlomo los odiaba aún mas que en febrero, ya que se resistían a morir (...) Al final los piojos llegaron para ayudar a Shlomo: un hombre enfermó de tifus y él y el otro hombre de su cama murieron, y al poco la fiebre se había extendido por todo el campamento de Shlomo (...).”

Al poco tiempo tres cuartas partes de los alemanes habían muerto en el campo de Shlomo, y éste dijo: "Lo que los alemanes no habían conseguido en cinco años en Auschwitz, lo he conseguido yo en Schwientochlowitz en sólo cinco meses" (Sack, p. 106).

Durante siete meses consiguió Shlomo Morel acabar con la vida de 2.500 civiles alemanes.

¿Qué fue de Shlomo Morel, director del campo?

En Polonia, en el año 1992, quisieron procesarlo por esta masacre. Morel huyó a Israel, que se niega a extraditarlo a Polonia.

Este solo es un somero resumen de una limpieza racial que expulsó de sus hogares a entre 12 y 15 millones de alemanes étnicos y que costó la vida a más de dos millones de ellos. ¿Venían reflejados estos hechos en tus libros de texto? ¿Has visto alguna película que los narre o que esté ambientada en el transcurso de estos acontecimientos? Pregunta a algunas de las personas que tienes a tu alrededor cuántos han oído hablar de estos sucesos. ¡Cómo es posible que una limpieza étnica en el corazón de Europa, que afectó a millones y millones de personas, apenas sea conocida fuera de Alemania!



Empecé escribiendo: "El ciudadano que vive bajo un régimen en el que existe la censura es consciente de que se le está escamoteando la información, pero en las democracias occidentales no se tiene esa conciencia. Aún así, en mi opinión, sí se oculta información al gran público."

¿Y tú? ¿Crees que se te está ocultando información? ¿Sabes que hay muchas más cosas que no te han contado?