viernes, 26 de octubre de 2012

Alemania debe condicionar la ayuda europea a España


Me he decidido a reproducir un artículo de Stefanie Claudia Müller, corresponsal de prensa alemana en Madrid y economista, por su acertadísimo diagnóstico acerca de los problemas que aquejan nuestro país. El artículo es el siguiente.

ALEMANIA DEBE CONDICIONAR LA AYUDA EUROPEA A ESPAÑA

Hoy, 6 de septiembre, se encuentran en Madrid los gobiernos de Alemania y España, acompañados de un nutrido grupo de empresarios, y donde seguro hablarán sobre las condiciones para poder otorgar más ayudas financieras a España o a su sistema bancario.

En los dos lados se ha elevado el tono en los últimos meses y es con gran expectación que España espera ahora la decisión que va a tomar el Tribunal Constitucional alemán, que esa sí es crucial, el día 12, sobre la conformidad o no del rescate europeo y las obligaciones derivadas para los alemanes.

En Alemania crece la crítica contra la supuesta “mentalidad de fiesta” de los españoles; en España los medios cada vez son más negativos con la supuesta dureza de la canciller Merkel.

Pensamos que la situación es mucho más compleja de lo que presentan ambos gobiernos y la mayoría de los medios.

España no es Grecia, pero España puede ser un paciente crónico si Alemania, junto con Europa, no contribuye a solucionar sus verdaderos problemas.

España no debería recibir más dinero sin que se cambie a fondo el sistema político y económico, hoy en manos de una oligarquía política aliada con la oligarquía económica y financiera, y sin que se aumente la participación ciudadana real en las decisiones políticas.

Para no perpetuar la crisis y endeudar a los españoles durante generaciones, el Gobierno español debe reformar a fondo la administración de las comunidades autónomas y los ayuntamientos, en su mayoría en bancarrota y completamente fuera de control, sometiendo a referéndum el modelo de Estado.

Este tema es la clave del futuro de España, porque las regiones, ayuntamientos y diputaciones son los responsables de los dos tercios del gasto público-234.000 millones frente a 118.000 el Estado en 2011-, excluyendo la Seguridad Social -23.000 millones-, y este gasto se realiza en condiciones de descontrol,despilfarro y corrupción totalmente inaceptables.

Las razones verdaderas de la crisis del país, en consonancia con lo dicho, nada tienen que ver con salarios demasiado altos -un 60 % de la población ocupada gana menos de1.000 euros/mes-, pensiones demasiado altas -la pensión media es de 785 euros, el 63% de la media de la UE -15- o pocas horas de trabajo, como se ha trasmitido a veces desde Alemania.

A España tampoco le falta talento, ni capacidad empresarial ni creatividad. Tiene grandes pensadores, creativos, ingenieros, médicos excelentes y gestores de primer nivel.

La razón de la enfermedad de España es un modelo de Estado inviable,fuente de todo nepotismo y de toda corrupción, impuesto por una oligarquía de partidos en connivencia con las oligarquías financiera y económica, y con el poder judicial y los organismos de control a su servicio.

En España no existe separación de poderes,ni independencia del poder judicial,ni los diputados representan a los ciudadanos, solo a los partidos que los ponen en una lista.

Todo esto lleva también a una economía sumergida que llega al 20% del PIB y que frena la competencia, la eficacia y el desarrollo del país.

Además, detrae recursos con los que podrían financiarse educación y sanidad.

Las ayudas para España, igual que para otros posible candidatos de rescates,no deben ir a bancos ya casi en bancarrota y fuertemente politizados.

En la CAM, el Gobierno ha comprometido 16.000 millones de dinero público en lugar de cerrarla; en Bankia, 23.000, y el Ejecutivo acaba de darle 5.000 millones urgentemente para cubrir pérdidas en vez de cerrarla, y además de forma tan extraña que despierta todo tipo de recelos.

¿Por qué se ha utilizado el dinero de los españoles (FROB) en vez de esperar los fondos de la UE?

Es lícito suponer que la razón es la siguiente: los bancos no quieren que la UE investigue sus cuentas.

Control estricto y duras condiciones: 

Ya el caso de Grecia ha demostrado que las ayudas europeas tienen que estar vinculadas a un control estricto y condiciones duras.

Esas condiciones no pueden solamente representar recortes sociales o subidas brutales de impuestos, como hace ahora el Gobierno de Mariano Rajoy con la excusa de Europa.

Se tiene que cambiar más en España que cortar gasto social, que de todos modos es mucho más bajo que en Alemania, y hay otros gastos infinitamente más relevantes que se pueden eliminar.

Además, los casos de corrupción resultan tan escandalosos, incluso en el propio Gobierno, que uno solo puede llegar a una conclusión: el dinero de Europa no puede ser manejado por personas tan increíblemente venales.

La pasada semana el ministro de Industria Soria - imputado también por corrupción urbanística en Canarias - acusó al ministro de Hacienda en el Consejo de Ministros de favorecer descaradamente a la empresa líder de renovables, Abengoa, de la que había sido asesor, en la nueva regulación de estas energías, que reciben más de 7.000 millones de euros de subvenciones anualmente.

Y Rajoy, al que entregó una carta probatoria, ni dijo ni hizo absolutamente nada.

No puede permitirse por más tiempo este nivel de corrupción, y menos aún a 17 regiones funcionando como estados independientes, con todos los organismos multiplicados por 17, desde 17 servicios meteorológicos a 17 defensores del pueblo, con 200 embajadas, 50 canales de TV regionales en pérdida, 30.000 coches oficiales o 4.000 empresas públicas que emplean a 520.000 personas, creadas específicamente para ocultar deuda y colocar a familiares y amigos sin control ni fiscalización alguna.

En conjunto, unos 120.000 millones, equivalentes al 11,4% del PIB, se despilfarran anualmente en un sistema de nepotismo, corrupción y falta de transparencia.

Y con esto se tiene que acabar, entre otras cosas, porque ya no hay dinero.Los últimos datos de las cuentas públicas conocidos la pasada semana son escalofriantes.

El déficit del Estado a julio ascendió al 4,62% del PIB, frente a un déficit del 3,5% comprometido con la UE para todo el año (del 6,3% incluyendo regiones y ayuntamientos).

Pero lo realmente inaudito es que España está gastando el doble de lo que ingresa :101.000 millones de gasto a julio frente a 52.000 millones de ingresos, y precisamente para poder financiar el despilfarro de regiones y ayuntamientos, que no están en absoluto comprometidos con la consolidación fiscal.

El tema del déficit público es algo que roza la ciencia ficción, y que ilustra perfectamente la credibilidad de los dos últimos gobiernos de España.

En noviembre de 2011, el Gobierno dijo que el déficit público era del 6% del PIB; a finales de diciembre, el nuevo Gobierno dijo que le habían engañado y que el déficit era superior al 8%, y que se tomaba tres meses para calcularlo con toda precisión.

A finales de marzo, se dijo que definitivamente era del 8,5%, y ésta fue la cifra que se envió a Bruselas.

Dos semanas después, la Comunidad de Madrid dijo que sus cifras eran erróneas y el Ayuntamiento de la capital igual… el déficit era ya del 8,7%.

Sin embargo, la semana pasada el INE dijo que el PIB de 2011 estaba sobrevalorado y, con la nueva cifra, el déficit era del 9,1%; dos días después, Valencia dijo que su déficit era de 3.000 millones más; o sea, que estamos en el 9,4% y las otras 15 CCAA y 8.120 ayuntamientos aún no han corregido sus cifras de 2011.

Lo único que sabemos es que están todas infravaloradas.

El déficit real de 2011 puede estar por encima del 11%, y en 2012 se esta gastando el doble de lo que se ingresa.

Como dice el Gobierno de Rajoy, “estamos en la senda de convergencia”. Y es verdad… de convergencia hacia Grecia.

Claramente, la joven democracia española tiene todavía muchos déficits de representatividad y de democracia que deberían interesar a la canciller Merkel y también a Europa, si queremos evitar una Grecia multiplicada por cinco y salvar el euro.

Esto es lo que ha hecho posible el despilfarro masivo de las ayudas europeas, con una asignación disparatada de las mismas, a pesar de que estas ayudas han supuesto una cifra mayor que la del Plan Marshall para toda Europa.

Es frustrante que a causa de este sistema oligárquico nepotista y corrupto se destroce talento y creatividad y que ahora muchos jóvenes se vean forzados a trabajar fuera, muchos en Alemania.

Esa situación nos ha llevado a una distribución de riqueza que es de las más injustas de la OECD.

La antaño fuerte clase media española está siendo literalmente aniquilada.

Resumiendo: no es una falta de voluntad de trabajo, como se piensa tal vez en algunos países del norte de Europa, lo que hace que España sufra la peor crisis económica de su Historia.

Es un sistema corrupto e ineficiente.

La crítica del Gobierno alemán y sus condiciones para un rescate de España se deberían concentrar en la solución de esos problemas.

En caso contrario, solo conseguirán que una casta política incompetente y corrupta arruine a la nación para varias generaciones.

Stefanie Claudia Müller.

jueves, 25 de octubre de 2012

Hobbit. Vecchio Continente




Viejo continente, te has quedado solo
El último guerrero ha emprendido el vuelo
En nuestra mente siguen los recuerdos
De una estirpe que luchaba de los Apeninos a los Fiordos

Viejo continete, ahora estás llorando
En las noches de Belgrado puede oirse el lamento
Pero la esperanza está en los ojos de un niño
Que ahora está creciendo en Oldham, Derry o en Berlin

Gran Europa, tu estrella vuelve a brillar
Cuanta sangre sobre tus montes y en el fondo de tu mar
Gran Europa, tu eres tierra de héroes y líderes
Pero que quieren estos empresarios y estos banqueros

Viejo continente, que triste destino
Viendo a tu gente caminar cabizbajos
Cegados por el oro, asfixiados por la usura
Han vendido el alma a los yankis y a la media luna

Viejo continente, ahora estas esperando
Viendo en aquella plaza tus banderas aún al viento
Aún hay quien lucha y aún hay quien espera
Y a este invasor lo queremos en la arena!


Gran Europa, tu estrella vuelve a brillar
Cuanta sangre sobre tus montes y en el fondo de tu mar
Gran Europa, tu eres tierra de héroes y líderes
Pero que quieren estos empresarios y estos banqueros

GRAN EUROPA, GRAN EUROPA!!
GRAN EUROPA, GRAN EUROPA!!
GRAN EUROPA, GRAN EUROPA!!
GRAN EUROPA, GRAN EUROPA!! 


domingo, 14 de octubre de 2012

Georges Simenon


En algunos de los artículos de este blog con la etiqueta de condenados al ostracismo he hablado brevemente de la vida y obra de algunos personajes del mundo del arte: escritores, escultores, pintores etc. que fueron condenados a olvido por la incorrección de su pensamiento político. Pero hoy me gustaría hablar de otro tipo de personaje, al que por su enorme popularidad se hizo casi imposible condenarlo al olvido.

De este modo, tan sólo una parte de su vida y de su obra fue objeto del orwelliano don de borrar el pasado o reescribirlo. Sin duda esta remodelación del pasado para amoldarlo a los nuevos tiempos contó con el beneplácito y colaboración del protagonista que vio con alivio cómo se les daba la oportunidad de salvar y, por descontado, salvar su obra.

Hoy me gustaría hablarles del escritor belga Georges Simenon y relatarles esa parte de su vida que no se suele contar y que, sin embargo, habría sobrado para sentarle en el banquillo de los acusados en un proceso de desnazificación como a tantos otros intelectuales, un pasado que a otros les habría bastado para obtener un pasaporte a las áridas tierras del olvido.

Georges Simenon nació en Lieja, oficialmente el 12 de febrero de 1903 aunque la fecha de nacimiento real fue el viernes 13 de febrero. La fecha fue cambiada por su madre Henriette, una mujer muy supersticiosa que creía de mal augurio el viernes 13, y que con esta artimaña creyó poder cambiar la suerte de su retoño. Otra peculiaridad de la madre de Georges Simenon es que era descendiente de Gabriel Brühl, bandolero y criminal que asoló la comarca de Limburg y que en 1726 terminó en el patíbulo. Simenon cuenta esto y su niñez en su novela “Pedigree”, de ahí que en sus relatos policiales el detective Jules Maigret (el más popular de todos sus personajes literarios) esté mucho más interesado en saber por qué lo hizo que en descubrir quién lo hizo, así como el particular interés del comisario Maigret por las gentes sencillas convertidas en asesinos.

Desde su nacimiento hasta la edad de 16 años su vida transcurre envuelta en un ambiente económicamente desfavorable, cierta brillantez en los estudios y algunos cambios de residencia junto a su familia y, por supuesto, de colegio. En fin, nada que no podamos encontrar en cualquier biografía del autor incluso en la misma Wikipedia. Pero en junio de 1918 fue citado por el médico de la familia para anunciarle que a su padre le quedaban apenas un par de años de vida: en poco tiempo debía encontrar el modo de mantener a los suyos.

Trabajó como ayudante en una librería en la cual entre, otras cosas, vendió libros de texto a los compañeros de la clase que acababa de abandonar. Sin duda una experiencia amarga que alimentaría su sed de revancha social. Conservó este puesto hasta que un buen día corrigió a su jefe delante de un cliente (ya entonces era un gran lector) y fue inmediatamente despedido.

Según contaba en una entrevista hacia el final de su vida, después de vagabundear sin rumbo durante semanas, se detuvo delante de “La Gaceta de Lieja”, el periódico más conservador de la localidad. “Y entonces recordé que acababa de leer un libro de Gaston Leroux (abogado devenido periodista y escritor) con el personaje de Rouletabille (detective), así que la idea de convertirme en reportero me pareció muy seductora. Fui a presentarme al director, que se murió de risa. Yo no tenía todavía dieciséis años y esa misma mañana estrenaba los pantalones largos”. Bien fuera porque le cayó en gracia a Joseph Demarteau, tercer director del periódico, o porque en ese momento coincidiera que necesitaban de un joven despierto que pudiera escribir todo tipo de noticias menores, lo cierto es que Simenon comenzó su trabajo como periodista a los dieciséis años. Cubrió desde explosiones accidentales de bombas de la gran guerra a reseñas de banquetes, congresos, conferencias, entrevistas a personalidades (como el Mariscal Foch), críticas de teatro, cine... Su contribución total a la “Gaceta de Lieja” se cifra en mil quinientos trabajos diversos, una veintena de cuentos y setecientas ochenta y cuatro viñetas de humor, muchos a precio de saldo.

En estos primeros tiempos como periodista encontramos el primer dato que suelen omitir las biografías oficiales. Entre el 19 de junio y el 13 de octubre de 1921, La Gaceta de Lieja le publicó 17 artículos bajo el título “¡El peligro judío!”. En esta serie de notas, que no desentonaba con el reaccionarismo del resto del diario, se denunciaba con violencia la omnipresencia de judíos en las finanzas, los gobiernos y las organizaciones internacionales, así como en la Sociedad de las Naciones. Con la misma virulencia, el diario se escandalizaba por lo que consideraba la nefasta influencia del judaísmo, propulsor del bolchevismo. En otras cosas, este espacio sirvió para difundir “Los protocolos de los sabios de Sion”.

Curiosamente la mayoría de sus biografías eluden el tema de su antisemitismo, y en las pocas ocasiones en que se menciona se achaca a un error de juventud y que no hacía más que transmitir la línea editorial marcada desde la dirección, argumento esgrimido por l mismo Simenon en alguna entrevista. El problema es que sus referencias antisemitas son muy numerosas en su obra y, por supuesto, se mantuvieron cuando el ya era su propio jefe.

Veamos algunos ejemplos:

Cuando en 1923 tuvo que escribir un retrato del escritor Henri Duvernois, se concentró en el rostro, para insistir en la “nariz borbónica, borbónica al modo de las narices Fisher, Bernstein, Tristán Bernard . . Todo de los Borbones... de Israel”.

En 1927, en su novela “Un Monsieur libidineux”, el profesor Goldstein aparece con los rasgos de “un hombre regordete, de apéndice nasal tan corto como se puede tener cuando uno es hijo de Israel”.

Como dice un personaje de “Lili Sourire” (1930) hablando de unos inescrupulosos hermanos usureros: “¡Qué malvados son esos Lévy y Lévy! ¿No tienen corazón? Cuando uno se llama Lévy, no se quiere a nadie, pero sí quieren la cartera de todo el mundo!”.

El bonachón del comisario Maigret tampoco se privará de este tipo de consideraciones. Desde su primera aparición, en “Pietr le Letton” (1932), el agente usa sus facultades detectivescas para descubrir en el barrio judío de Le Marais a Anna Gorskine, amante del letón. Simenon escribe: “Aparentaba más de los veinticinco años que denunciaba su documentación. Se debía sin duda a su raza. Como muchas judías de su edad, estaba hinchada, sin perder por eso cierta belleza”. Y más adelante: “todo un mestizaje de judíos que comen ajo y matan a los animales de forma distinta a los demás, diseminados por todas partes, forman sin embargo un pueblo aparte”.

El judío como ser codicioso y apátrida, es una constante en las novelas de Simenon como en “La jeune fille aux perles” o “Fou de Bergerac” (ambos de 1932), “Los tres Rembrandt” (1928), “El noviazgo de M. Hire” (1933) o “Le petit homme d’ Arkhangelsk” (1956).

En mayo de 1940, después de la invasión de Bélgica y mientras Alemania se disponía a apoderarse de París, Georges Simenon decidió cumplir con su deber patrio y presentarse en la embajada de su país en París. Apareció vestido con su indumentaria de equitación: había extraviado su uniforme militar. Ahí, el soldado Simenon recibió la orden de ocuparse del Alto Comisariado para Refugiados Belgas de la ciudad de La Rochelle. Según testigos, Simenon haría prueba de una “dedicación sobrehumana”, sin pegar el ojo en varios días y sin distinguir si los que llegaban eran belgas, italianos o incluso franceses: el origen o el pasado de la víctima no importaba. O casi, porque entre las dieciocho mil personas que Simenon debió socorrer se negó terminantemente a ocuparse de sus compatriotas judíos, entre los que se encontraban los joyeros de Amberes. Para justificar en su momento su decisión de discriminar, Simenon escribió al Prefecto: “Por último, por orden del señor Mandel, entonces Ministro del Interior, había tenido que acoger unos 1.200 diamantistas de Amberes. Constaté –y se lo hice saber a usted a su debido tiempo– que entre ellos no había una cuarta parte de belgas, sino que casi exclusivamente eran apátridas israelitas”.

Georges Simenon es muy posiblemente el escritor mas cinematográfico de Francia. Pronto sus éxitos fueron llevados al cine: en 1932 Jean Renoir llevó por primera vez a la pantalla la obra de Simenon con “La nuit du Carrefour“, aquí encontramos otra de esas partes incomodas de su biografía, pues su cenit cinematográfico lo alcanzó durante la ocupación alemana de Francia. Con nueve de sus obras adaptadas al cine se convirtió en el escritor con más obras adaptadas al cine de la Francia ocupada de mano de “La Continental“, una productora dirigida por Alfred Greven, amigo personal de Goering, y que dependía directamente del Ministerio de Propaganda del Tercer Reich, el Doctor Goebbels.

Esta colaboración se afianzó en 1942, cuando el autor cedió los derechos de Maigret, firmando un contrato que rezaba: “Declaro ser francés y de origen ario y me comprometo a aportar las pruebas de ello con una simple petición de su parte”. Simenon borró en el último momento una palabra que lo incomodaba, “francés”, pues nunca dejó de sentirse orgulloso de ser belga.

En plena guerra los Simenon alcanzaron un nivel de vida que les permitió mudarse al lujoso castillo de Terre-Neuve, una construcción del siglo XVI situada en la región de Vendée. Instalado con su esposa, su hijo Marc, su cocinera (y pronto amante) Boule, y una doncella, Georges Simenon abandonaba con frecuencia la vida castellana para asistir a algún estreno de una de las películas basadas en su obra, una oportunidad para compartir velada con algunos de los generales alemanes. Los miembros de la Kommandatur eran igualmente recibidos en el castillo.

Pero la Segunda Guerra Mundial no fue para el escritor sólo un momento de frivolidad y abundancia impunes. La resaca llegó.

En 1944 los vientos de la guerra habían cambiado. Y por las ondas aliadas de la BBC un flemático locutor anunciaba: “Señor Simenon, tenemos su ficha”. El nombre del escritor belga se había ganado, junto a Drieu La Rochelle, un lugar en las listas negras de la Resistencia. Una vez que la guerra hubo terminado, un Simenon inquieto empezó a dejarse ver leyendo por la calle el diario comunista “L’Humanité” mientras inventaba, para quien quisiera oírlo, episodios donde prestaba su auto a miembros de la Resistencia. Bastó un mero control de documentos para que la nueva policía de París le notificara que se lo buscaba por “propagandista notorio, peligroso para la seguridad del Estado”.

Su hermano Christian había ido más lejos. Se había convertido en miembro de “Rex” una organización pro-nazi belga. Mientras su jefe, León Degrelle, dirigía en Rusia la “Legión Wallona” contra los bolcheviques, él había dirigido la “Formación B”. Sentado en un banco de la Plaza de los Vosgos del barrio de Marais, Georges Simenon escuchó decir a su hermano que tenía tres opciones: entregarse, lo que equivalía a ser fusilado, exiliarse, o entrar en la Legión Extranjera. El hermano mayor lo alentó a elegir esta última alternativa. Algunos de sus biógrafos creen que este encuentro inspiró la novela "El fondo de la botella" un drama en torno al amor y la culpa en una compleja relación entre hermanos, que cobra visos de western trágico y retrata uno de los universos más desesperados de Simenon. Christian moriría dos años después en una emboscada durante una misión en Indochina.

Era cabo mayor, tenía 41 años, utilizaba el seudónimo de Christian Renault. El telegrama de duelo que recibió Georges, ya en los Estados Unidos, iba firmado por el general Raoul Salan, quien años después sería jefe militar y fundador de la organización terrorista OAS. De su madre Henriette, el escritor recibió otro telegrama que decía escuetamente: ”Georges, has matado a tu hermano”. El escritor lloró.

En cuanto a la situación de Georges, la Dirección de la Policía Judicial dispuso el 30 de agosto de 1945 su expulsión del territorio francés. La medida no sería jamás ejecutada: el propio Simenon, viendo que su situación se complicaba, (su amigo Brasillach había sido fusilado en París) se había adelantado gracias a la diligencia de la embajada belga, que le había conseguido un visado para instalarse, como muchos otros colaboracionistas, en Estados Unidos. En “Mémoires intimes” podemos descubrir sus frescas impresiones del paisaje americano: “Es la primera observación que hice cuando fui a Estados Unidos. Hay muchos judíos. Algunos han conservado los caracteres externos de su raza. Pero en su mayoría, en una o dos generaciones, han crecido diez centímetros, si no más”.


Las cifras de este escritor son incuestionables, 103 episodios de Maigret (75 novelas y 28 novelas cortas); 117 novelas conteniendo 25.000 páginas, obras completas publicadas bajo su patrónimo contenidas en 27 volúmenes, más de 500 millones de libros vendidos; traducciones en 55 lenguas, publicado en 44 países, más de 50 filmes basados en su obra, sólo en el cine francés, millares de artículos en diferentes periódicos, un millar de reportajes alrededor del mundo.

¡Cómo conseguir borrarlo de la historia! No, en el caso de Georges Simenon resultaba más sencillo maquillar al personaje, olvidar todo cuanto fuera conveniente y el nuevo y reinventado Simenon ahora si ya era presentable en público.

En 1951 fue elegido miembro de la Real Academia Belga y en 1952 recibió del Ministerio del Interior Francés una placa honorífica de Comisario Nº 0000 a nombre de Jules Maigret y fue recibido en la Academia de Lengua y Literatura Francesa (mayo de 1953), también fue elegido presidente de los Escritores de Novelas de Misterio de América (4 de diciembre1953), En 1955 fue nombrado Caballero de la Legión de Honor francesa.

Un nuevo éxito para las muy democráticas democracias occidentales que, en su esfuerzo por demostrar la ausencia de intelectuales cercanos a los distintos movimientos fascistas de mediados del siglo XX, no han tenido nunca el menor reparo en condenarlos al ostracismo o reinventarlos... No es cuestión de dejar que una incómoda verdad les estropee el maravilloso argumento de que una de las principales características del fascismo es su desprecio por la cultura.

Curiosamente, mientras Georges Simenon dejaba atrás su pasado ideológico, pareció desprenderse también de toda moralidad, a la misma velocidad con la que sobre él recaían premios y reconocimientos, se deslizaba por una espiral de degradación ética y moral.

Cualquiera diría que al robarle sus pasadas convicciones perdió su dignidad.

El 4 de septiembre de 1989, a las 3 y media, Georges acostado, toma la mano de su fiel Teresa y le dice ”por fin me voy a dormir”. Y lo hace como lo había pensado, de viejo, soñando.