viernes, 6 de mayo de 2011

Seis jueces para una traición


Seis nombres han protagonizado la legalización del brazo político de ETA, seis nombres que son los responsables de haber abierto la cancela de nuestros ayuntamientos al terror. No, no es el sistema, ni las instituciones, ni cualquier otro ente abstracto y anónimo de esos en los que tanto gustan de ocultarse los hacedores de traiciones, han sido seis jueces tienen que nombre, apellidos y cara, mucha cara.

Las puertas de nuestros ayuntamientos se han abierto y un aire fétido, nauseabundo, ya empieza a inundarlo todo, porque gracias a estos señores del Tribunal Constitucional la ultraizquierda más violenta de Europa regresará a la vida pública. Gracias a estos seis sujetos cientos de radicales podrán ocuparan cargos por los que recibirán un sueldo que pagaremos entre todos y que les permitirá liberarse de la siempre enojosa y cansada tarea de trabajar, pudiendo, ahora sí, dedicarse por fin a amargarnos la vida al resto de los ciudadanos a tiempo completo.

Las consecuencias de la irresponsable decisión tomada por esta jarca tendrán un profundo calado. Posiblemente ETA ya no será derrotada. El final de ETA, tal y como ellos deseaban, será negociado, lo que les dará aun después de su desaparición carta de legitimidad.

Sus victimas pasarán a la historia convertidas en ajusticiados en lugar de asesinados, sus pistoleros pasarán de ser delincuentes a ser combatientes y las fuerzas de seguridad quedarán como meros órganos de represión armada usados por el Estado para intentar durante años solucionar por la vía de la fuerza un conflicto de carácter político.

Y todo esto, para desesperación de toda persona decente, cuando el fin de ETA estaba tan cerca, precisamente cuando ETA escondida en su madriguera, sin el dinero público y sin su santuario francés, se ahogaba en su propio vómito, ante la complacencia de una sociedad, la vasca, que día a día aprendía a vivir con un poco menos de miedo.

Pero ha sido superior a ellos, no han podido evitarlo. Los Rubalcabas, los Zapateros, los Pachis López, en fin los socialistas, no podían dejar que la extrema izquierda más mortífera de occidente terminara así sus días, al fin y al cabo son camaradas, hermanos de comunión en esa iglesia de sangre y odio que es, ha sido y será el marxismo.

Zapatero siempre ha defendido que había que ofrecerles a estos "camaradas descarriados", pero camaradas al fin y al cabo, un puente de plata, una rendición honrosa, una salida negociada, en la que ETA terminara sus días como interlocutor legítimo de un gobierno democrático.

Convencido como estoy de que en demasiadas ocasiones los autores de muchos hechos vergonzosos se esconden tras las siglas de los partidos o tras los nombres de las instituciones para ocultar su protagonismo y su responsabilidad individual en la ejecución de tales hazañas, permítanme que les presente a los seis magistrados a los que tanto debemos los españoles.

El presidente del Tribunal, Pascual Sala: nombrado recientemente presidente de TC. Dado que el Tribunal tiene actualmente mayoría izquierdista, sólo otro progresista podía competir por la presidencia y este fue Manuel Aragón.

Pero Manuel Aragón siempre quiso que el fallo sobre la reforma catalana sirviera para recoger de forma solemne la indisoluble unidad de una única nación, la española, proclamada en la Constitución, y una sola soberanía, la que corresponde al conjunto del pueblo español, mientras Sala, a su vez, abogó por interpretar las declaraciones del Estatuto como reflejo de la pluralidad dando de esta forma prueba fehaciente de su lealtad a Zapatero aunque puede que no resultara tan convincente su lealtad al espíritu y la letra de la constitución. ¿Resultado? Sala era nombrado a primeros de este año presidente del TC ¿A que empieza a entender un poco mejor la sentencia sobre Bildu?.

Eugeni Gay: principal valedor del Estatuto de Cataluña y ahora adalid de los proetarras. En fin, todo un patriota.

Pablo Pérez Tremps: tuvo que ser recusado en el caso del Estatuto, pues había sido contratado por la Generalidad para su redacción. No contento con ser uno de los autores del estatuto que terminó haciendo saltar por los aires buena parte del espíritu de la Constitución, ¡pretendía juzgar su legalidad! Eso sí que es ser juez y parte ,que diría un castizo. En fin, en esta ocasión el ilustre jurista sí ha podido dar satisfacción a sus patrióticos instintos y nos ha legalizado a los proetarras.

Elisa Pérez Vera: esta jurista es la prueba viviente de que hay personas que no tienen escrúpulos cuando está en juego su carrera. Elisa Pérez Vera denunció en 1996 la inconstitucionalidad de la cesión de impuestos a las comunidades autónomas, pero algo más de una década después y tras una carrera apadrinada por Cháves y el PSOE se encuentra sentada en el Tribunal Constitucional, el mismo tribunal ante el que denunció la cesión de impuestos, cuando libre del polvo del camino aun creía en la solidaridad y la igualdad. Hoy, mucho más poderosa y socialista de lo que era hace algo más de una década, no sólo no cuestiona la cesión de impuestos, sino que apoya la legalidad del Estatuto de Cataluña y por último la entrada de Bildu en los ayuntamientos. Sin duda una biografía de lo más gratificante.

Adela Asúa: uno de los últimos fichajes de Zapatero y Rubalcaba para el TC. Nombrada sólo hace unos meses, cuando las negociaciones del Gobierno y ETA hacían necesaria una sentencia judicial favorable para que el Gobierno cumpliera su parte del acuerdo con los terroristas (franquearles el paso a las instituciones). En este contexto se recurrió a Adela Asúa que era bien conocida en el ámbito jurídico por sus teorías en contra de la ley de partidos y de la ilegalización de Batasuna. Lo único que podemos decir de esta reconocida izquierdista es que ha cumplido con aquello para lo que fue elegida por el PSOE.

Luis Ignacio Ortega: uno de los últimos fichajes del TC a propuesta del PSOE. No ha defraudado a sus padrinos, ha cumplido con los que se espera de él: legalizar el brazo político de ETA.

Espero que algún día el pueblo español tenga la oportunidad de explicar a tan ilustres letrados la diferencia entre la Ley y la Justicia. Y ya que ellos han tenido la gentileza de enseñarnos hasta dónde se puede llegar con la Ley en la mano, que ese día, en agradecimiento, se les demuestre a estos juristas hasta dónde se puede llegar con la Justicia.


Una cosa no es justa por el hecho de ser ley. Debe ser ley porque es justa.

Montesquieu

Desgraciada la generación cuyos jueces merecen ser juzgados.

El Talmud

1 comentario:

  1. Estimado winstom ,una vez mas te agradezco el articulo solo lamento decir que no me lo he leido entero (como casi siempre)porque a esos seis hijos de la gran puta no quiero verlos ni saber nada de ellos.
    Salud y ARRIVA ESPAÑA.

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