"Greater fool theory" o “teoría del tonto más grande“ es una teoría que intenta explicar cómo funciona una burbuja económica. Básicamente viene a decir que no hay problema en pagar un precio desproporcionado por algo que no lo merece, siempre y cuando se encuentre a alguien aún más tonto dispuesto a pagar más por él.
Según esta teoría la burbuja estalla el día en que el último comprador intenta vender un producto por el que ha pagado un precio exorbitado y ya no es capaz de encontrar a alguien que le dé un precio mayor, ni tan siquiera que iguale el precio que pago por él. Es entonces cuando cunde el pánico, los precios se desmoronan y el último comprador toma conciencia de haber sido el último tonto, o dicho de otra forma, es galardonado con el título del "tonto mayor".
El primer ejemplo que se conoce de esto es verdaderamente curioso, permítanme que se lo cuente. Se trata de la burbuja del tulipán, sí, han leído bien, de los tulipanes, y es que a principios del siglo XVII en los Países Bajos los bulbos de tulipán se convirtieron en piezas de coleccionista. En la década de 1630 el panorama podríamos decir que enloqueció. Los precios ascendían sin parar alcanzando cifras desorbitadas; en 1635 se llegaron a pagar 100.000 florines por 40 bulbos, y por un bulbo de la preciada especie Semper Augustus se podían pedir 5.500 florines. En esta situación, generalizada en todo el país, se generó la ilusión de que siempre se ganaba en el mercado del tulipán. Independientemente de a qué precio se comprara, alguien siempre estaría dispuesto a pagar más. Gentes de todas las clases se lanzaron a comprar bulbos de tulipán, deshaciéndose de sus bienes más básicos, con la esperanza de revenderlos obteniendo un beneficio. Un marinero desconocedor de los tulipanes fue encarcelado tras comerse por error un bulbo, tal era la locura.
En este entorno se llegó a incluso a crear un ¡mercado de futuros de bulbos! en el cual se vendían tulipanes que se acababan de plantar, y en algunos caso ni siquiera eso. La tulipomanía llegó a su cumbre durante el invierno del 1636 al 1637 cuando algunos bulbos eran vendidos hasta diez veces en el mismo día. Los beneficios llegaban al 500%.; uno de los precios récord en una subasta lo alcanzó un extraño Violetten Admirael van Enkhuizen que estaba a punto de partirse en dos, por el cual se llegaron a pagar 5.200 florines, una persona normal tenía unos ingresos medios anuales de unos 150 florines. Hay registros de otras ventas en las cuales un bulbo de tulipán fue vendido por el precio equivalente de 24 toneladas de trigo o intercambiado por una gran casa...
Pero poco después el mercado se hundió definitivamente, la burbuja explotó. Todo comenzó en Haarlem, el primer martes de Febrero de 1637, en una subasta rutinaria de bulbos cuando, por primera vez no apareció nadie dispuesto a pagar la cifra pedida. En pocos días el pánico se extendió por el país. Y pese al esfuerzo de los vendedores la demanda se evaporó. Las flores que se habrían vendido sin problemas por 5.000 florines unas semanas antes ahora sólo lo hacían por una centésima parte de esa cantidad.
Se habían comprometido enormes deudas para comprar flores que ahora no valían nada y las bancarrotas se sucedieron y golpearon a todas las clases sociales. La falta de garantías de ese curioso mercado financiero, la imposibilidad de hacer frente a los contratos y el pánico llevaron a la economía holandesa a la quiebra. Vencieron aquellos que se salieron justo antes de la explosión, acumulando grandes beneficios. Perdieron quienes habían liquidado su patrimonio para especular con bulbos y al final se quedaron con tulipanes y sin casa. Y perdió el país, que durante años se vio sumido en una importante depresión económica. Los que habían vendido a tiempo, por el contrario, se hicieron con grandes fortunas.
Algo similar ocurrió con La Compañía de los Mares del Sur en Inglaterra. El precio de la acción fue inflado por los rumores propagados por la propia empresa sobre lo fabulosas que eran sus expediciones comerciales. El precio de sus acciones pasó de 128 libras en enero de 1720 a 550 en mayo del mismo año. En Agosto alcanzó el pico, unas 1.000 libras por acción, suficiente como para Aquellos que habían invertido y supieron salir a tiempo hicieron una gran fortuna. Está claro cual era el denominador común de las burbujas, un incremento extremadamente rápido de los precios y una creencia irracional en que seguirían subiendo para siempre.
Entendiendo la teoría del tonto más grande o del último tonto nos damos cuenta de que realmente todas las burbujas económicas tienen mucho que ver con las estafas piramidales. Una estafa piramidal es aquella en la que no existe una actividad o inversión real que la sustente, sino que los “beneficios” de los “inversores” se pagan directamente con el dinero que “invierten” otros “inversores”. Es decir, con el dinero de los últimos que entran en el sistema pagan a los primeros que entraron en dicho sistema. Inicialmente el sistema funciona porque al principio entra poca gente y eso hace que haya más “inversores” nuevos que antiguos, lo que permite que con el dinero de muchos (los nuevos) puedan pagar a unos pocos (los antiguos) el dinero que pusieron más los “beneficios” prometidos. Pero a medida que va creciendo el sistema se acerca su final, ya que llega un momento en el que ya les resulta muy difícil engañar a gente nueva y eso hace que los nuevos no sean “muchos” sino “pocos” en comparación con la gente que tiene que empezar a cobrar en el futuro cercano. Llegado ese momento crítico las personas que montaron el sistema desaparecen para siempre con todo el dinero que esté en esos momentos en su poder y ya nadie más cobra lo prometido.
* (Si en el párrafo anterior que define la estafa piramidal el lector sustituye el término "sistema" por "burbuja" podrá comprobar que se está hablando de lo mismo).
Estos sistemas no se deterioran poco a poco ni dan tiempo de salir mostrando señales de que algo empieza a ir mal. En el momento en el que algún integrante de la burbuja deja de recibir el primer pago (el último tonto) los creadores del sistema ya han desaparecido y nadie más volverá a cobrar ninguna cantidad. El sistema ha estallado y ya no hay ninguna posibilidad de recuperar el dinero.
Pero hay algo que caracteriza las estafas piramidales que denominamos burbujas y es algo en lo que me gustaría incidir, cuando estallan no sólo miles de particulares pierden gran cantidad de dinero, no sólo el país o países que las sufren queda durante años sumidos en una profunda depresión económica, y es que lo que en demasiadas ocasiones se pasa por alto es que durante las burbujas se hacen grandes fortunas.
Por otro lado la teoría del tonto más grande tiene una nomenclatura engañosa, pues nos hace pensar que este último tonto es un único personaje, pero realmente se trata de todo un estrato de la pirámide, de hecho es el que formaría la base de la pirámide, es decir que lejos de ser un único engañado se trata de del grupo más numeroso, son los últimos en haber entrado en la burbuja, son los que han comprado a un mayor precio y por supuesto son los que no conseguirán encontrar a nadie dispuesto a pagar para que puedan recuperar el grueso de su inversión, pero eso sí al entrar enriquecieron y mucho a alguien.
Parece que periódicamente los grandes poderes económicos (los únicos que tienen capacidad para dar comienzo estas alocadas carreras de precios) se deciden a crear una burbujas ya sea con los tulipanes, la vivienda, el arte contemporáneo o algún tipo de acciones como las tecnológicas, siempre ocurre igual cuando las clases medias ven los increíbles tratos a los que los más poderosos están llegando, intentan dominados por la codicia entrar a toda costa en la burbuja, no importa si para lograrlo tienen que pagar precios descabellados ni si para poder hacer frente a dichos precios tienen que empeñar hasta la camisa, pues creen que encontraran a un tonto más grande, actúan bajo la creencia irracional en que seguirían subiendo para siempre, pero cuando estas burbujas llegan al hombre de la calle aquellos que las comenzaron ya han salido y sus fortunas debidamente incrementadas están a buen recaudo, las clases medias siempre hacen el deplorable papel de llevarse el título del "tonto mayor".
Burbuja tras burbuja Occidente recorre su camino hacia la tercermundialización, un camino doloroso en el que cada vez más ciudadanos abandonan la clase media despojados de sus bienes y engrosan los índices de pobreza. La última burbuja inmobiliaria ha dejado al 21,8% de los hogares españoles por debajo del umbral de riesgo de pobreza, pero eso sí,: las grandes fortunas baten récords de riqueza y poder como recordaba recientemente el economista.es: "El ‘horrible’ 2011 no ha sido tal para algunos pocos españoles escogidos como, por ejemplo, los más ricos del país, que vieron engordar sus cuentas pese a la crisis que ahoga al país".
¿Cuánto tardaran los occidentales en darse cuenta de que el neoliberalismo extremo y el comunismo son muy próximos? En ambos el ciudadano termina despojado de sus bienes y sumergido en una economía personal de mera supervivencia ¿Qué importa si la propiedad se acumula en manos del Estado o de cuatro grandes corporaciones? El resultado es el mismo, una masa de desheredados a merced de unos pocos privilegiados, en fin, una nueva Edad Media económica hacia la que, burbuja tras burbuja, nos dirigimos los habitantes de unos países en vías de tercermundializacion.
Les dejo una cita de Angel Gurría secretario general de la OCDE.
"El contrato social está empezando a desmoronarse en muchos países. Este estudio echa por tierra la hipótesis de que los beneficios del crecimiento económico repercute automáticamente sobre los más desfavorecidos. Sin una estrategia integral para el crecimiento, la desigualdad seguirá aumentando".
Buena entrada, Winston. Explicas de manera muy clara el mecanismo de la especulación.
ResponderEliminarPermitir que la economía y el dinero dominen sobre la política significa efectivamente, a la larga, convertirnos a todos en esclavos de unos pocos.
Agrdecer como siempre los articulos de winston y animarle a segir asi.
ResponderEliminarSi me lo permites winton deverias her un vistado el blog hacia el colapso y tu tambien oso solitario , creo que es my interesante.
"cuando estas burbujas llegan al hombre de la calle aquellos que las comenzaron ya han salido y sus fortunas debidamente incrementadas están a buen recaudo, las clases medias siempre hacen el deplorable papel de llevarse el título del "tonto mayor""
ResponderEliminar!!!que gran verdad!!! recuerdo el sigiente titular del 2007 (anterior al estallido de la de la burbuja inmobiliaria).
Santander, BBVA, Telefónica y Repsol YPF -cuatro de los seis mayores grupos nacionales- han colgado el cartel de se vende en la mayoría de sus inmuebles. En el caso del banco liderado por Emilio Botín, en todos menos uno: la sede del Paseo de Pereda en Santander, donde tiene su domicilio social desde 1923.
http://www.elmundo.es/mundodinero/2007/06/17/economia/1182078519.html
Muy buen ejemplo y paralelismo el que has hecho en esta entrada, Winston.
ResponderEliminarLo mejor de todo esto es que si dentro de 10 años comienza otra burbuja la gente no habrá aprendido nada... es la avaricia, la cobardía que parece ser la característica más notable del hombre"civilizado".