domingo, 12 de febrero de 2017

Jane Anderson "The Georgia Peach”


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Algunas vidas son tan apasionantes que parecen haber ocurrido para poder ser contadas. Éste es el caso de Jane Anderson: escritora con talento para la ficción (según el mismísimo Joseph Conrad), periodista, corresponsal en tres guerras, locutora de radio durante el Tercer Reich y la principal propagandista del régimen del general Franco en el exterior. Una heroína para unos, una traidora para otros y una mujer de cautivadora belleza para todos.

Jane Anderson nació el 6 de enero de 1888 en Atlanta, Georgia, Estados Unidos. Por su belleza fue conocida como "The Georgia Peach”. En sus primeros años no encontramos nada de especial que pueda hacernos intuir la apasionante vida que protagonizará en el futuro. Nace con el nombre de Foster Anderson, su padre, Robert M. "Red" Anderson, era un amigo cercano de Buffalo Bill; su madre, Ellen Luckie Anderson, provenía de una rica y prominente familia de Atlanta.

Termina sus estudios en Dallas y en 1909 se muda a Nueva York, donde vivió hasta 1915. En esta ciudad se casa en 1910 con el conocido compositor y crítico musical Deems Tayloren. Durante el periodo de 1910 a 1913 es cuando se convierte en una exitosa escritora de cuentos que se publican en distintas revistas y periódicos de ámbito nacional. En 1915 abandona la ciudad de Nueva York para trasladarse a Europa donde pronto comienza su actividad como corresponsal de guerra escribiendo artículos e informes para el London Daily Mail. En 1918 regresa a EEUU y pone fin a su matrimonio con Tayloren.

En esta época Jane Anderson es amante del novelista Joseph Conrad que la utiliza como modelo para su heroína, Doña Rita, en la novela “La Flecha de Oro”, cuya historia se desarrolla en Marsella en la década de 1870 durante la tercera guerra carlista. Los personajes de la novela son partidarios del pretendiente español Carlos, poco podía imaginar la señorita Anderson en aquella época que su futuro estaría ligado a España, a esa España en la que los soldados carlistas formarían parte de los nacionalistas que intentaban salvar a su patria del comunismo.

ABC Sevilla 24 de Noviembre de 1933.
 En 1922 regresa a Europa como corresponsal y en 1934, tras convertirse al catolicismo, se casa con un noble español, el conde Eduardo Álvarez de Cienfuegos, estableciéndose con él en España. Cuando estalla la Guerra Civil Española (1936-1939) Anderson cubre la contienda para el London Daily Mail siendo su posicionamiento abiertamente favorable a los nacionalistas encabezados por el general Franco, a pesar de que Marcel Izrailevich Rosenberg, embajador de la Unión Soviética en la república española, le llega a ofrecer 150.000 dólares para hacerse cargo de la dirección de prensa y propaganda.

Sus abiertas simpatías por el bando Nacional terminaron pasándole factura: el 13 de septiembre de 1936 fue capturada y encarcelada acusada de ser una espía fascista. Torturada por miembros comunistas del bando republicano y sentenciada a muerte, fue finalmente liberada gracias a la providencial mediación del cónsul Eric C. Wendelin y del Secretario de EEEUU  Cordell Hull, eso sí, con la condición de abandonar España.

Cumpliendo su parte del trato abandona España y se embarca en una gira de conferencias por todo Estados Unidos. Escribe artículos y narra por doquier las atrocidades cometidas por los republicanos como, por ejemplo, las vejaciones infligidas a una vendedora de flores que había osado comentar públicamente que no podía ser tan malo creer en Dios, o las violaciones sistemáticas de religiosas. Consigue ganarse al público católico estadounidense que presiona a la administración Roosevelt para que Estados Unidos mantenga su rigurosa política de no intervención, algo que, por otra parte, ya hacían todas las democracias occidentales que se negaron en bloque a apoyar a un bando que se presentaba como defensor de la libertad pero se encontraba teledirigido desde Moscú.

Además Jane Anderson ayudó a crear y promocionar el “Spanish State Tourist Service”, una iniciativa franquista muy poco conocida hoy en día y que seguramente les sorprenderá conocer: fue puesta en marcha por el director general de turismo y antiguo delegado de prensa franquista, Luis Bolín, como la primera y única agencia de viajes especializada en el turismo de guerra, su intención era permitir a los católicos estadounidenses y europeos comprobar de primera mano los efectos de la barbarie comunista.



Las personas que buscan unas vacaciones muy inusuales en vísperas de la Segunda Guerra Mundial podrían haber sido atraídas por el siguiente anuncio colocado en las oficinas de turismo de las principales ciudades de Europa: “La España Nacional le invita a visitar la Ruta de Guerra del Norte (San Sebastián, Bilbao, Santander, Gijón, Oviedo y el Anillo de Hierro). Vea el desarrollo de la Historia entre paisajes españoles de belleza insuperable.”

Así comenzaba un folleto turístico creado en abril de 1938 por los nacionalistas españoles y el recién formado Departamento Nacional de Turismo del Estado Español, en una medida sin precedentes los nacionalistas invitaron a los turistas europeos a visitar la "Ruta de Guerra del Norte" mientras la Guerra Civil Española aún estaba en marcha.

Treinta y cinco autobuses escolares amarillos fueron encargados a la Chrysler Corporation en los Estados Unidos y treinta y seis agencias de viajes en toda Europa distribuyeron folletos turísticos mientras periódicos internacionales publicaban los próximos eventos. El 1 de julio de 1938 el primer autobús recogió a sus pasajeros en el puente internacional de Irún, en la frontera franco-española.

El éxito de las campañas masivas de publicidad respaldadas por la actividad como propagandista de la señora Anderson, que regresó ese mismo año 1938 a España como empleada del ministerio de propaganda, ayudó a llenar de turistas todas las plazas disponibles de estas visitas prácticamente de inmediato convirtiendo el proyecto en un éxito económico y publicitario.

Durante un banquete ofrecido por el ministro de Asuntos Exteriores Juan Beigbeder, un destacado militar y político español de la época, llegó a decir de ella que había sido la mujer que más había hecho por España en la Guerra Civil, su actividad como propagandista llegó a ser tan relevante que pronto llamó la atención de la Reichs-Rundfunk-Gesellschaft, la Radio Estatal Alemana, que le ofreció un puesto en Berlín en el año 1940.

Desde la primavera de 1941 reside en Berlín donde, tras su encuentro con Joseph Goebbels que apreciaba su labor propagandística en España, comienza a publicar en el periódico nacionalsocialista publicado en inglés “News from Germany”. Cuando la Alemania nazi declaró la guerra a los Estados Unidos el 11 de diciembre de 1941 los ciudadanos estadounidenses fueron repatriados pero Anderson decidió quedarse en Alemania y desde el 14 de abril de 1941 hasta el 6 de abril de 1942 trabajó como locutora e una emisora de radio de onda corta que difundía propaganda pro-alemana a las tropas estadounidenses y británicas, retransmitiendo sus programas bajo el pseudónimo de "The Georgia Peach".

Anderson fue retirada de antena cuando en 1942 fue contraprogramada con éxito por la contrapropaganda de los EEUU. Aquí se le pierde la pista hasta su vuelta a las ondas en 1944 cuando hizo algunas difusiones que divulgan la brutalidad del ejército rojo en el frente del este.

El 26 de julio de 1943 Anderson junto con Fred W. Kaltenbach, Douglas Chandler, Edward Delaney, Constance Drexel, Robert Henry Best, Max Otto Koischwitz y Ezra Pound fue acusada de traición por el gran jurado del Distrito de Columbia. De este modo se convierte en una de las cuatro mujeres norteamericanas inculpadas por traición, suerte que corrieron otros célebres norteamericanos pro nazis como el poeta Ezra Pound que retransmitía desde Italia en favor de Mussolini.

Cuando la Alemania nazi se rindió en mayo de 1945 Anderson se escondió en varios lugares de Alemania y Austria. Por último, el 2 de abril de 1947, fue detenida en Salzburgo, Austria, y puesta bajo custodia militar estadounidense. El 27 de octubre de 1947 el Departamento de Justicia de los Estados Unidos retiró todos los cargos debido a la falta de pruebas. Indudablemente un factor determinante a su favor fue que Anderson había sido una ciudadana española por matrimonio desde 1934 lo que dificultaba legalmente el poder considerarla una traidora a los EEUU.

Anderson fue liberada en Salzburgo a principios de diciembre de 1947. Es en este momento el que decide asentarse junto con su marido a Almoharín, un hermoso y tranquilo pueblo de la provincia de Cáceres en el que Cienfuegos tenía posesiones y donde fue conocida popularmente como doña Juanita. A principios de los años sesenta el matrimonio se trasladó a la ciudad de Cáceres donde Jane impartió clases particulares de inglés y alemán.

Después de la muerte de su marido se mudó a Madrid donde en 1972 terminó una vida que podríamos calificar de novelesca. Descanse en Paz.

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