Hoy me gustaría relatarte una de esas partes de la Historia que nunca te contaron, se trata de una historia triste y no tiene un final feliz, es la historia de la República Autónoma de los Alemanes del Volga.
Imagino que no la conocerás, así que lo mejor será empezar por hacer una muy breve exposición de su historia. El 21 de abril de 1729 nace Catalina II, conocida como “Catalina la Grande", que tomaría posesión del trono de Rusia en 1762.
Catalina la Grande hizo públicos dos manifiestos convocando a ciudadanos extranjeros para que fueran a poblar la zona rusa del río Volga: el primero fue el 4 de diciembre de 1762 y el segundo el 22 de julio de 1763. Este segundo manifiesto tuvo una mayor repercusión gracias a haber flexibilizado los requerimientos y a acompañar la oferta de interesantes privilegios. Como fruto de ello un gran número de alemanes respondió a las convocatorias.
Samara, Saratov, Oberdorf, Erlenbach y Rosermberg fueron algunos de los pueblos fundados por los colonos, y las dos primeras fueron a su vez ciudades cabeceras de las zonas de ambos lados del Volga.
Estos colonos mantuvieron a través de los años el idioma alemán y su religión (protestantes luteranos o menonitas y católicos principalmente), pero sobre todo formaron una sociedad endogámica que apenas se mezcló con la población rusa, conservando su carácter y cultura alemana.
En 1917 tiene lugar la revolución rusa, y es en 1924, casi dos siglos después de su llegada, cuando se constituye la “República Autónoma de los alemanes del Volga” con capital en el puerto fluvial de Engels (conocida como Pokrovsk hasta 1931), como una de las repúblicas de la URSS, dividida en los 14 cantones preexistentes desde el Siglo XIX: Fjodorowka, Krasny-Kut, Tonkoschurowka, Krasnojar, Pokrowsk, Kukkus, Staraja Poltawka, Pallasowka, Kamenka, Solotoje, Marxstadt, Frank, Seelmann, y Balzer.
Pero poco después los acontecimientos se precipitan: el 1 de septiembre de 1939 comienza la Segunda Guerra Mundial, y el 22 de junio de 1941, con la operación Barbarroja, Alemania emprende la invasión de la URSS.
A consecuencia de esto, el 28 de agosto de 1941 Stalin hizo formal un decreto por el que se abolía la República Alemana Autónoma del Volga y dispuso la deportación de los alemanes del Volga a gulags y otros campos de concentración ubicados en Kazajistán, la frontera con China y a Siberia.
Fuentes modernas, tras la apertura de los archivos soviéticos en la década de los 90, dan cuenta de que unos dos millones y medio de alemanes de la R.A.A.V. tuvieron que unirse a los ejércitos de trabajadores de los gulags o fueron deportados a Kazajstán. Los relatos son escalofriantes, y en muchos campamentos los índices de mortalidad superaron el 50%.
Absolutamente todo el territorio les fue confiscado, y las viviendas fueron ocupadas por comunistas rusos. Los alemanes del Volga nunca más pudieron regresar a sus hogares, y los pocos sobrevivientes debieron emigrar como desposeídos.
No existen cifras fiables acerca del número de alemanes muertos en esta persecución, pero en cualquier caso se contarían por centenares de miles. El baile de cifras oscila entre seiscientas mil y un millón de víctimas; en cualquier caso un autentico genocidio.
Pero éste, lamentablemente, no es un hecho aislado. Sistemáticamente se han silenciado todo tipo de crímenes de guerra, consiguiendo que la mayor parte de la población desconozca por completo su existencia. Un increíble contraste si lo comparamos con acontecimientos como los ocurridos en el gueto de Varsovia, que a pesar de tener poco más de trescientos mil habitantes frente a los dos millones y medio de la República Independiente de Alemanes del Volga, ha sido inspiración para la filmación de innumerables películas, decenas de libros, siendo imposible encontrar un texto sobre la Segunda Guerra Mundial en el que no aparezca... ¿Has leído algún libro sobre la Segunda Guerra Mundial en que se mencione el destino de estos dos millones y medio de alemanes?
En septiembre de 1955, durante el gobierno de Nikita Jrushchov, la Unión Soviética firmó un decreto a través del cual se reconoció públicamente que el trato dado a los alemanes del Volga había sido totalmente infundado, garantizando de esta manera la amnistía a los sobrevivientes que quedaran en Rusia. A pesar de ser reconocidos como víctimas, fueron obligados a firmar ciertos trámites en donde renunciaban a todos sus derechos de propiedad y de herencia, y a la posibilidad volver al territorio de su antigua república.
Ninguna víctima cobró nunca una indemnización.
Ningún responsable fue juzgado por ello.
El 29 de agosto de 1964 un segundo decreto admitía abiertamente la culpa del gobierno soviético en la persecución y genocidio de un pueblo inocente. No obstante, a día de hoy, ninguno de sus derechos les ha sido restituido.
Puede que todos los historiadores, los productores de documentales, los fabricantes de fascículos, los editores de revistas de historia, los directores de cine... pensaran al unísono que ésta es una historia que carece de interés, o puede que alguien por encima de ellos decidiera que no debías conocerla.
Es posible que te sorprenda que hayan podido ocultar un acontecimiento de esta envergadura a la opinión pública durante décadas. Puede que aún te sorprenda más saber que hay muchas más historias como ésta que algún día alguien decidió que no debías conocer.
Dejo aquí el enlace al blog de Hector Maier Schwerdt, escritor y periodista argentino de las historias de los Alemanes del Volga
Imagino que no la conocerás, así que lo mejor será empezar por hacer una muy breve exposición de su historia. El 21 de abril de 1729 nace Catalina II, conocida como “Catalina la Grande", que tomaría posesión del trono de Rusia en 1762.
Catalina la Grande hizo públicos dos manifiestos convocando a ciudadanos extranjeros para que fueran a poblar la zona rusa del río Volga: el primero fue el 4 de diciembre de 1762 y el segundo el 22 de julio de 1763. Este segundo manifiesto tuvo una mayor repercusión gracias a haber flexibilizado los requerimientos y a acompañar la oferta de interesantes privilegios. Como fruto de ello un gran número de alemanes respondió a las convocatorias.
Samara, Saratov, Oberdorf, Erlenbach y Rosermberg fueron algunos de los pueblos fundados por los colonos, y las dos primeras fueron a su vez ciudades cabeceras de las zonas de ambos lados del Volga.
Estos colonos mantuvieron a través de los años el idioma alemán y su religión (protestantes luteranos o menonitas y católicos principalmente), pero sobre todo formaron una sociedad endogámica que apenas se mezcló con la población rusa, conservando su carácter y cultura alemana.
En 1917 tiene lugar la revolución rusa, y es en 1924, casi dos siglos después de su llegada, cuando se constituye la “República Autónoma de los alemanes del Volga” con capital en el puerto fluvial de Engels (conocida como Pokrovsk hasta 1931), como una de las repúblicas de la URSS, dividida en los 14 cantones preexistentes desde el Siglo XIX: Fjodorowka, Krasny-Kut, Tonkoschurowka, Krasnojar, Pokrowsk, Kukkus, Staraja Poltawka, Pallasowka, Kamenka, Solotoje, Marxstadt, Frank, Seelmann, y Balzer.
Pero poco después los acontecimientos se precipitan: el 1 de septiembre de 1939 comienza la Segunda Guerra Mundial, y el 22 de junio de 1941, con la operación Barbarroja, Alemania emprende la invasión de la URSS.
A consecuencia de esto, el 28 de agosto de 1941 Stalin hizo formal un decreto por el que se abolía la República Alemana Autónoma del Volga y dispuso la deportación de los alemanes del Volga a gulags y otros campos de concentración ubicados en Kazajistán, la frontera con China y a Siberia.
Fuentes modernas, tras la apertura de los archivos soviéticos en la década de los 90, dan cuenta de que unos dos millones y medio de alemanes de la R.A.A.V. tuvieron que unirse a los ejércitos de trabajadores de los gulags o fueron deportados a Kazajstán. Los relatos son escalofriantes, y en muchos campamentos los índices de mortalidad superaron el 50%.
Absolutamente todo el territorio les fue confiscado, y las viviendas fueron ocupadas por comunistas rusos. Los alemanes del Volga nunca más pudieron regresar a sus hogares, y los pocos sobrevivientes debieron emigrar como desposeídos.
No existen cifras fiables acerca del número de alemanes muertos en esta persecución, pero en cualquier caso se contarían por centenares de miles. El baile de cifras oscila entre seiscientas mil y un millón de víctimas; en cualquier caso un autentico genocidio.
Pero éste, lamentablemente, no es un hecho aislado. Sistemáticamente se han silenciado todo tipo de crímenes de guerra, consiguiendo que la mayor parte de la población desconozca por completo su existencia. Un increíble contraste si lo comparamos con acontecimientos como los ocurridos en el gueto de Varsovia, que a pesar de tener poco más de trescientos mil habitantes frente a los dos millones y medio de la República Independiente de Alemanes del Volga, ha sido inspiración para la filmación de innumerables películas, decenas de libros, siendo imposible encontrar un texto sobre la Segunda Guerra Mundial en el que no aparezca... ¿Has leído algún libro sobre la Segunda Guerra Mundial en que se mencione el destino de estos dos millones y medio de alemanes?
En septiembre de 1955, durante el gobierno de Nikita Jrushchov, la Unión Soviética firmó un decreto a través del cual se reconoció públicamente que el trato dado a los alemanes del Volga había sido totalmente infundado, garantizando de esta manera la amnistía a los sobrevivientes que quedaran en Rusia. A pesar de ser reconocidos como víctimas, fueron obligados a firmar ciertos trámites en donde renunciaban a todos sus derechos de propiedad y de herencia, y a la posibilidad volver al territorio de su antigua república.
Ninguna víctima cobró nunca una indemnización.
Ningún responsable fue juzgado por ello.
El 29 de agosto de 1964 un segundo decreto admitía abiertamente la culpa del gobierno soviético en la persecución y genocidio de un pueblo inocente. No obstante, a día de hoy, ninguno de sus derechos les ha sido restituido.
Puede que todos los historiadores, los productores de documentales, los fabricantes de fascículos, los editores de revistas de historia, los directores de cine... pensaran al unísono que ésta es una historia que carece de interés, o puede que alguien por encima de ellos decidiera que no debías conocerla.
Es posible que te sorprenda que hayan podido ocultar un acontecimiento de esta envergadura a la opinión pública durante décadas. Puede que aún te sorprenda más saber que hay muchas más historias como ésta que algún día alguien decidió que no debías conocer.
Dejo aquí el enlace al blog de Hector Maier Schwerdt, escritor y periodista argentino de las historias de los Alemanes del Volga
Nunca había oido hablar de esto. Impresionante.
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=vJL0vEJJbG4&feature=player_embedded#
ResponderEliminarMuchas gracias Alvaro, realmente un video interesante. De hecho, con tu permiso, he pensado en usarlo para sustituir el que realmente está en la entrada "Carta a ti que estás sentado frente a tu ordenador".
ResponderEliminarHola, soy de Argentina, descendiente directo de alemanes del Volga. Afortunadamente mi familia por parte de madre vino a la Argentina a comienzos del 1900 así que ellos no llegaron a vivir mucho de la persecusión, a pesar de que les confiscaron todo y se lo quedó el estado ruso. Pero de mis abuelos paternos en cambio, también alemanes del Volga, mi abuelo sí estuvo en campos de concentración en Siberia. Y después de que eran alemanes, lo peor era que eran cristianos, como todos los alemanes del Volga, y eso no tenía perdón. Cuenta mi abuelo que una mañana, bien temprano, lo obligaron a cavar la fosa para enterrar a unos sacerdotes que estaban por matar, pero él se negó, peligrando la vida, y finalmente se salvó de que lo mataran porque cuando lo obligaron a hacerlo cayó desmayado al suelo del estado en el que se encontraba. Lamentablemente a los alemanes del Volga los rusos les sacaron todo, y como no hay lobbies que los protejan a nadie le interesa saber de estas historias. Gracias por el espacio.
ResponderEliminarHola, soy de Argentina, descendiente directo de alemanes del Volga. Afortunadamente mi familia por parte de madre vino a la Argentina a comienzos del 1900 así que ellos no llegaron a vivir mucho de la persecusión, a pesar de que les confiscaron todo y se lo quedó el estado ruso. Pero de mis abuelos paternos en cambio, también alemanes del Volga, mi abuelo sí estuvo en campos de concentración en Siberia. Y después de que eran alemanes, lo peor era que eran cristianos, como todos los alemanes del Volga, y eso no tenía perdón. Cuenta mi abuelo que una mañana, bien temprano, lo obligaron a cavar la fosa para enterrar a unos sacerdotes que estaban por matar, pero él se negó, peligrando la vida, y finalmente se salvó de que lo mataran porque cuando lo obligaron a hacerlo cayó desmayado al suelo del estado en el que se encontraba. Lamentablemente a los alemanes del Volga los rusos les sacaron todo, y como no hay lobbies que los protejan a nadie le interesa saber de estas historias. Gracias por el espacio.
ResponderEliminarAcá dejo unos videos en donde aparecen una parejita de ancianos alemanes del Volga sobrevivientes de la Trudarmee, los campos de concentración, que muestran la congoja de por vida que les quedó y el estado extremadamente precario en que viven los que se quedaron en Rusia.
ResponderEliminarParte 1: http://www.youtube.com/watch?v=M5N7dfUgtzM
Parte 2: http://www.youtube.com/watch?v=v5mzv3ZJTSE
En la segunda parte puede escucharse la canción de lamento por partir hacia los campos.
Cristian, muchas gracias a ti por el comentario, el testimonio y los videos aportados. Lamento que tus abuelos tuvieran que sufrir esta persecución y el silencio cómplice de occidente. Sé que no es mucho, pero espero que consideres este artículo como un sentido homenaje a las personas que, como tus abuelos, fueron víctimas silenciadas de estas persecuciones.
ResponderEliminarUn saludo desde España.
Hola Cristian. Me ha impresionado mucho tu testimonio. Esta, como muchas otras, son historias desconocidas de millones de personas que lo perdieron todo, incluida la vida, pero como bien apuntas ningún lobby poderoso está ahí para reclamar, al menos su memoria y hacer saber al mundo que no sólo unos pocos sufrieron la guerra y fueron perseguidos. Aunque no entiendo alemán, los videos me han parecido conmovedores. Recibe un saludo.
ResponderEliminarGracias por rescatar la historia de nuestros ancestros. Soy escritor e investigador de la historia y cultura de los alemanes del Volga, además de ser descendiente. He publicado varios libros al respecto y estoy editando un periódico cultural.
ResponderEliminarlos alemanes del volga sufrieron un verdadero genocidio no reconocido por los medios sionistas y el arquitecto de ese genocido fue el sadico y perverso comunista de origen judio como todos los del kremmlin lazar kaganovich el mayor genocida de la humanidad nunca se publica un articulo sobre este siniestro personaje q llego hasta envenar a stalin junto con su hermana rosa, pero era tal su crueldad que vaticino no usaremos balas por que son caras matemos al pueblo ucrania de hambre es mas mas barato.-
ResponderEliminarСпасибо вам что вы пишити правду о маём народе, я сам поволжский немец живу в Германии.
ResponderEliminarLos cosacos, también perdieron su república autónoma. Primero perseguidos por el ejercito blanco, por haber traicionado a los zaristas, y después por los rojos a quienes les temían. Reclutados en el ejercito, en horas bajas, para combatir la invasión alemana del 42, cuando termino la Guerra, Stalin volvió a perseguirlos, esta vez con mas virulencia.
ResponderEliminarTampoco se oye hablar mucho de la isla de los caníbales, donde se confinaron a prisioneros, en una isla fluvial, y para sobrevivir, se mataban y comían unos a otros, como si fueran gentes desesperadas. Ni de experimentos con animales, (parece que queria crear un hibrido de hombre y gorila, con mas fuerza, para que trabajasen en las minas), que comenzó un científico ruso, que no pudo concluir, pues al no haber resultados, le retiraron la financiación... Curioso todo esto.