Vivimos tiempos en que la razón y la lógica parecen encontrarse en claro retroceso frente a los nuevos dogmas de nuestro siglo. Hemos llegado a un punto en que la más absurda de las afirmaciones puede hacerse sin miedo al ridículo si es políticamente correcta. Y por otro lado no importa lo racional y argumentado de una postura, porque si no encaja con el dogma oficial estás perdido.
Hoy he encontrado una de esas noticias en las que definitivamente uno piensa que están tomando el pelo a la población de una forma tan burda, que resulta sorprendente que ésta no estalle en una sonora carcajada.
El titular en cuestión es el siguiente:
Bien, hasta aquí todo normal, al menos para los que creemos que sí existen las razas y sustentamos esta opinión en las diferencias biológicas existentes entren los distintos grupos de población.
¡Pues no! Porque un par de renglones más abajo uno se encuentra con la siguiente afirmación: “Los responsables del estudio resaltan que no se trata de diferencias raciales, sino biológicas”. El despropósito es de tal calibre que desmontarlo resulta hasta complicado, no por la solidez de sus argumentos sino por su absurdo.
La postura oficial nos repite el dogma “las razas no existen” y algunos tozudos, frente a las máximas ideológicas que lo niegan, nos atrevemos a afirmar lo contrario, sustentando nuestra opinión en un argumento tan débil como que todos los datos científicos disponibles nos dicen que hay diferencias biológicas que así lo confirman.
Y ahora, tratándonos de subnormales, nos dicen a la población que las diferencias no son raciales sino biológicas. ¡Hombre! Señores científicos, un poco de seriedad que no somos tan tontos como ustedes pretenden, nos plantean la cuestión como si se tratara de dos temas absolutamente independientes, por un lado transcurren las diferencias biológicas (que su estudio una vez más confirma) y por otro las diferencias raciales (que por supuesto no existen). Impresionante, no se puede ser más cínico en un texto tan corto.
Según esta brillante afirmación podríamos negar, no ya la existencia de las razas, sino incluso la de las especies: las diferencias entre una lechuga y un camaleón son biológicas, así como las que encontramos entre un cangrejo de río y un melocotón. Como estas diferencias son de carácter biológico, ya no son diferencias entre especies, con lo que queda demostrado que las especies tampoco existen. ¿Ridículo, verdad?. No obstante recuérdelo la próxima vez que acuda al mercado y le den una bolsa de mejillones cuando pida pollo, no sea que el honrado y muy informado comerciante le acuse de racismo si protesta, pues la diferencia entre un mejillón y un pollo es meramente biológica.
Al menos este estudio sí confirma algo que muchos ya sospechábamos, y es que la diferencia entre el cerebro de algunos de nuestros científicos y el cerebro del famoso pulpo Paul es meramente biológica y no una diferencia entre especies, lo que podría justificar su falta valor a la hora de enfrentar ciencia y fundamentalismo político.
En fin, como empecé diciendo, malos tiempos corren para la razón y la lógica.
PD: según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, raza es cada uno de los grupos en que se subdividen algunas especies biológicas y cuyos caracteres diferenciales se perpetúan por herencia.
Algún alma caritativa debería avisar a los señores Académicos de que, además de caer en el ridículo de estar definiendo algo que no existe, podrían estar incurriendo en un delito de incitación al odio. ¡¡¡Dios mío!!!
Hoy he encontrado una de esas noticias en las que definitivamente uno piensa que están tomando el pelo a la población de una forma tan burda, que resulta sorprendente que ésta no estalle en una sonora carcajada.
El titular en cuestión es el siguiente:
Dos estudios científicos explicarían por qué los corredores de raza negra están batiendo en la actualidad todos los records mundiales de velocidad.
Bien, hasta aquí todo normal, al menos para los que creemos que sí existen las razas y sustentamos esta opinión en las diferencias biológicas existentes entren los distintos grupos de población.
¡Pues no! Porque un par de renglones más abajo uno se encuentra con la siguiente afirmación: “Los responsables del estudio resaltan que no se trata de diferencias raciales, sino biológicas”. El despropósito es de tal calibre que desmontarlo resulta hasta complicado, no por la solidez de sus argumentos sino por su absurdo.
La postura oficial nos repite el dogma “las razas no existen” y algunos tozudos, frente a las máximas ideológicas que lo niegan, nos atrevemos a afirmar lo contrario, sustentando nuestra opinión en un argumento tan débil como que todos los datos científicos disponibles nos dicen que hay diferencias biológicas que así lo confirman.
Y ahora, tratándonos de subnormales, nos dicen a la población que las diferencias no son raciales sino biológicas. ¡Hombre! Señores científicos, un poco de seriedad que no somos tan tontos como ustedes pretenden, nos plantean la cuestión como si se tratara de dos temas absolutamente independientes, por un lado transcurren las diferencias biológicas (que su estudio una vez más confirma) y por otro las diferencias raciales (que por supuesto no existen). Impresionante, no se puede ser más cínico en un texto tan corto.
Según esta brillante afirmación podríamos negar, no ya la existencia de las razas, sino incluso la de las especies: las diferencias entre una lechuga y un camaleón son biológicas, así como las que encontramos entre un cangrejo de río y un melocotón. Como estas diferencias son de carácter biológico, ya no son diferencias entre especies, con lo que queda demostrado que las especies tampoco existen. ¿Ridículo, verdad?. No obstante recuérdelo la próxima vez que acuda al mercado y le den una bolsa de mejillones cuando pida pollo, no sea que el honrado y muy informado comerciante le acuse de racismo si protesta, pues la diferencia entre un mejillón y un pollo es meramente biológica.
Al menos este estudio sí confirma algo que muchos ya sospechábamos, y es que la diferencia entre el cerebro de algunos de nuestros científicos y el cerebro del famoso pulpo Paul es meramente biológica y no una diferencia entre especies, lo que podría justificar su falta valor a la hora de enfrentar ciencia y fundamentalismo político.
En fin, como empecé diciendo, malos tiempos corren para la razón y la lógica.
PD: según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, raza es cada uno de los grupos en que se subdividen algunas especies biológicas y cuyos caracteres diferenciales se perpetúan por herencia.
Algún alma caritativa debería avisar a los señores Académicos de que, además de caer en el ridículo de estar definiendo algo que no existe, podrían estar incurriendo en un delito de incitación al odio. ¡¡¡Dios mío!!!
Además de como tú lo ves Winston, lo veo yo de otra manera:
ResponderEliminaraún asumiendo la estupidez que azota en grado creciente al mundo científico y, especialmente, universitario, y siendo consciente de que esta estupidez hace que científicos profesionales sostengan afirmaciones manifiestamente falsas
puede ser que esta sorprendente afirmación que comentas sea muestra, a su vez, del grado de dictadura ideológica extrema impuesto por los propagandistas de la corrección política. Existe una autoridad en el asunto del estudio de las razas, Cavalli-Sforza, que nunca o casi nunca utiliza el término raza, sino el de grupo reproductivo o términos similares. Mantiene un lenguaje en todo momento acorde a lo correcto políticamente, es decir, habla como un marxista cultural, pero en su trabajo diario actúa de acuerdo a la existencia real de las razas humanas.
Estimado León, creo que en este tema, como en muchos otros, compartimos la opinión. Tengo la convicción de que los científicos que han elaborado este informe no son tan estúpidos como para creer una afirmación tan descabellada. Y que si la han incluido en su informe lo han hecho simplemente para guardarse las espaldas frente a esta dictadura del pensamiento.
ResponderEliminarA pesar de todo, aunque sea por falta de valor, lo cierto es que la han incluido y creo que estoy en mi derecho de hacer escarnio público de ellos con la esperanza de que alguno de los ciudadanos zombis lobotomizados por el sistema despierte y se dé cuenta de a qué ridículas posiciones nos está llevando lo políticamente correcto.
Te agradezco la referencia de Cavalli-Sforza, con sinceridad, no conozco su trabajo, pero veniendo avalado por ti estoy seguro de que será interesante y buscaré información al respecto.
Un saludo
Respecto a Cavalli-Sforza, no es que sea un científico racialista. Simplemente que a la hora de aproximarse a lo que él estudia, necesita hacer uso del concepto de raza, que está fundado científicamente y no es producto de la ideología, como el sofisma de que las razas no existen.
ResponderEliminarEs cobarde, es cínico o simplemente no quiere que le retiren fondos (hay que tener en cuenta que el científico solitario que hacía descubrimientos en el laboratorio de su casa quedó para el siglo XIX y que hoy, para hacer ciencia, hay que estar avalado o por el estado o por gente con mucho dinero) o todo a la vez y por eso no habla de raza. Pero las utiliza como concepto imprescindible para avanzar en su trabajo. Es que de otra manera no llegaría muy lejos en lo que a teoría y descubrimiento se refiere.
Muchas veces la culpa es de los periodistas, que adaptan o tergiversan la informacion tras pasarla por la censura de lo politicamente correcto y la pijoprogrez.
ResponderEliminarQué cosas, ahora resulta que la raza es un concepto biológico.
ResponderEliminarSiempre había pensado que su estudio estaba más en la órbita de la ingeniería de caminos, canales y puertos.
Tócate los huevos.
Hola A.J. NO sabes cuán acertado es tu comentario. La prensa libre hace tiempo que dejó de existir, si es que ha existido alguna vez. Acerca de manipulación periodística puse una entrada en este blog que no sé si habrás leído: http://losdiariosdewinston.blogspot.com/2010/03/manipulacion.html
ResponderEliminarUn saludo
Así es, maullador vespertino. Lo peor de todo es que vivimos en una sociedad en que la mayoría de la gente tiene una nula capacidad crítica a la hora de leer las noticias y se creen a pies juntillas cualquier disparate que suelten los medios.
ResponderEliminarUn saludo.