miércoles, 18 de agosto de 2010

Orine usted tranquilo

Imaginen un país en el que durante 30 años sus sucesivos gobiernos no hubieran realizado prácticamente ninguna obra hidrográfica relevante, un país en el que, lógicamente, han crecido sus ciudades y se han modernizado sus cultivos y su industria con el lógico incremento del consumo de agua. ¿Son capaces de imaginarlo? Irremediablemente, en ese país tarde o temprano empezará a fallar el suministro de agua, un servicio esencial, y en ese momento a la clase gobernante le entra el pánico: ¡Cuando los ciudadanos vean que falla el suministro de un servicio básico pedirán nuestra cabeza!

Afortunadamente para nuestros imaginarios políticos, en algún despacho de algún ministerio, un manipulador nato (al que llamaremos Fernández) ha tenido una idea fantástica: hagamos una campaña diciendo a los ciudadanos que hay sequía y que moderen el consumo de agua, porque la están malgastando y si siguen haciéndolo no habrá suficiente.

Su jefe en el ministerio, que es un hombre bien informado, le dice: no sea idiota Fernández, usted sabe tan bien como yo que en este país imaginario el consumo de agua se reparte de la siguiente forma.

Regadío: 24.200 Hm3 (80%)

Industria: 1.900 Hm3 /año (6%)

Abastecimiento a núcleos urbanos: 4.300 Hm3/año (14%)

Es decir, sólo 14% del consumo en el que habría que incluir riego de jardines, piscinas municipales y privadas, y un largo etc. El consumo doméstico es ridículo con respecto al consumo total y presionando a los ciudadanos podríamos conseguir, como mucho, que redujeran su consumo entre un 6% y 10% de una partida que ya de por sí es muy reducida en el cómputo total. ¡Su plan es una estupidez Fernández!.

Entonces el funcionario Fernández dice: Disculpe señor Ministro, creo que no ha entendido mi propuesta, porque el objetivo de la misma no es solucionar el problema del agua.

Verá, si no conseguimos abastecer de agua a la población pedirán nuestra cabeza por no haber hecho nuestro trabajo, que es la creación de infraestructuras que garanticen el suministro ¿Si? Pues lo que tenemos que hacer es crear una campaña de manipulación, perdón, quiero decir de concienciación, en la que hagamos ver al ciudadano de forma clara que el problema del agua se debe al mal uso que ellos hacen de la misma.

Y de esta forma, si en algún desdichado momento no podemos garantizar el servicio, no solo no pedirán nuestra cabeza, sino que se sentirán responsables directos de lo ocurrido.

“¡Fernández, es usted un genio!”

Afortunadamente esto solo ha ocurrido en un país imaginario.

Pero de haber ocurrido tendríamos un compendio interesante de técnicas de manipulación (presentación sesgada de datos, manipulación emocional generando sentimiento de culpa y desde luego desplazamiento de la responsabilidad) al haber convertido a la victima, una población negligentemente gobernada, en culpable.

Presentación sesgada de datos porque se nos cuenta que las campañas de criminalización del ciudadano han conseguido que reduzca su consumo un 6,5% de agua, pero no se le dice que esto no representa nada más que un 0,91% del consumo total. Algo es algo, se dirán algunos: sí, pero es que tampoco se nos dice a los ciudadanos que en los canales de distribución de agua potable en los núcleos urbanos se pierde un ¡25% del agua!

¿No lo cree? pues eche un vistazo a estos titulares de prensa:

La red de distribución de agua de Cataluña pierde 25 de cada 100 litros


Galicia pierde por fugas más agua de la que gasta la ciudad de A Coruña cada año.

El 25% del agua de uso urbano se pierde en fugas en Aragón

Mientras presionan al ciudadano con campañas en las que se le anima a ahorrar agua haciéndole sentir culpable por tomar un baño o lavarse los dientes, para conseguir ahorrar un ridículo 0,91% del consumo total de agua, las autoridades dejan que se escapen en instalaciones obsoletas y mal mantenidas: un 25% del consumo urbano. Si a esto le añadimos que no se han creado apenas embalses ni grandes aljibes ni nada de nada para aumentar nuestras reservas de agua ¿cómo no va a faltar agua cada vez que llega una de las cíclicas e inevitables sequías que afectan a España con una periodicidad de unos 11 años aproximadamente?

Los sinvergüenzas de nuestros políticos (perdón de los políticos de nuestro país imaginario) no sólo han conseguido contra toda lógica que el ciudadano se sienta responsable del problema de la falta de agua que ha provocado su incompetencia, han conseguido generar una psicosis colectiva en la que los ciudadanos hacen de espías y censores de sus vecinos.

Ejemplo imaginario: Maruja Martínez 52 años, observa a su vecino a través de los visillos mientras le dice presa de furia a su marido ¿Has visto? ¿Pero tú has visto? ¡¡Ya está otra vez con la manguera lavando el coche!!...

Pero esta paranoia parece no tener fin, una de las últimas ideas es ¡que orinemos mientras nos duchamos para no hacerlo al salir de la ducha en el váter tirando de la cadena!

Ya me imagino la escena, mi vecina del piso de abajo escuchando en el silencio de la noche, escrutando mis pasos desde su cama, y diciéndole al marido ssssh ya ha cerrado la ducha ¡Ah, y ahora tira de la cadena! ¡Ves, te lo dije! ¿Te lo dije o no te lo dije?, Nunca aprovecha para mear en la ducha! Pues como este verano tengamos cortes de agua me va a oir ¡Vamos que si me oye!.

Amigo lector: si vives en un país imaginario no te dejes engañas ni manipular, el agua no falta porque la malgastes ni porque tu vecino tenga la terraza llena de geranios, el agua falta sencillamente porque los políticos responsables de actualizar las costosas infraestructuras hidrográficas no han hecho su trabajo durante décadas, y además, el problema que esto ha generado es de tal envergadura en los años de sequía, que el ahorro doméstico no soluciona absolutamente nada.

Desengáñate, las campañas de ahorro en el consumo de agua no se hacen para que la ahorres, sino para que te sientas responsable de un problema creado exclusivamente por su incompetencia.

Recuerda que el consumo urbano es sólo el 14% del consumo total de agua en España (consumo urbano que no doméstico, habría que descontar riego de parques y jardines piscinas etc.) y encima uno de cada cuatro litros de ese consumo urbano se pierde en escapes de la red de distribución antes de llegar a nuestros hogares.

PD: Orina tranquilo, no te enfades con tu vecino porque riegue sus geranios y si tienes que pedir la cabeza de alguien que sea la de alguien verdaderamente responsable de lo que ocurre.

5 comentarios:

  1. No nos olvidemos de que de el objetivo de las élites mundiales es controlarnos por lo más básico. Contolando nuestra agua controlan nuestra agricultura y nuestra salud, en definitiva, nuestro crecimiento, por ello van vendiendo a multinacionales un bien nacional como es el agua y cada día nos la cobran más cara. una superpotencia "oculta" planea tener en su poder los recursos hídricos de todo el planeta

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  2. Efectivamente Anónimo, alrededor del agua hay grandes intereses económicos, creo especialmente interesante al respecto el libro de Vázquez Figueroa "El agua prometida"

    http://www.laislalibros.com/libros/EL-AGUA-PROMETIDA/LH040000481/978-84-9793-033-8

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  3. En paises como bolivia, los yankees lo hicieron, privatizaron el agua.
    En España a todo llegaremos...
    Es cierto , que preionan al ciudadano pro cosas en las que no tiene ninguna culpa, o quizas una minima culpa, cuando las grandes soluciones se las guardan en un cajon.
    Crean una corriente de pensamiento con sus mass-media y el ganado ya esta listo para el matadero, como con la inmigracion , vendieron e impusieron que era positiva yq uien dijera lo contrario era lo peor, pues bien, las mentiras se caen por su propio peso...

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  4. Winston, qué mal se vive en 1984, jejeje... Gran artículo. Esos datos que das del país imaginario son impresionantes, los tendré muy en cuenta. Bueno, vuelvo a Matrix, hasta pronto, jejeje...

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  5. Yo cada vez que veo una campaña para ahorrar agua respondo diciendo: "Ahorremos agua: Echemos a los inmigrantes".

    En general, criminalizar a la población e inculcar complejo de culpa es un método habitual de control social. El agua es un ejemplo, y otros más claros son el de ahorrar energía con la excusa del calentamiento global, o el de criminalizar el pasado histórico o el racismo para facilitar la invasión de mierda inmigrante.

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