Parece que el termino " generación nini " está de moda. Seguramente todos lo hemos oído en mas de una ocasión, pero por si queda algún despistado recordaré que es el nombre que se le ha dado a los jóvenes que ni estudian ni trabajan, y que en España alcanzan la nada despreciable cifra de 750.000. Todo un ejercito de jóvenes que se está pudriendo en tierra de nadie como fruta madura que no es recogida.
Algunos, sospecho que los menos, han conseguido mantener la cabeza fría y desde su exilio forzado escrutan con visión crítica a una sociedad que les ha cerrado las puertas, han sido capaces de mantener su autoestima, conservando y cultivando su integridad intelectual y física, sabedores de que es el único patrimonio inalienable que poseen. Esa capacidad de resistencia es su tabla de salvación en este sistema al que algún día pondrán con sus propias manos el cartel de desalojado por derribo.
Pero la mayoría de estos jóvenes no son así y han encontrado en el botellón y las drogas su principal incentivo, junto con una actitud vital en la que prima un rechazo a cualquier forma de autoridad y la ausencia de códigos éticos o morales... en fin unas joyitas. Cualquier cosa que se interponga entre ellos y su satisfacción inmediata es fascismo y cualquier sacrificio que tengan que hacer es una agresión a sus libertades. La única ley que reconocen es la de satisfacer de forma inmediata cualquiera de sus vivos y pasajeros deseos de algo.
Para ellos, como decía la canción de Joaquín Sabina, "mañana era nunca y nunca llegara pasadomañana". Pero llegará, sin duda llegará mañana y pasado mañana y el día en que alguien encienda las luces y les diga señores la fiesta se ha terminado... mal asunto, porque tras años de deslizarse por lo que ellos pensaron que era un divertido tobogán, al final de la fiesta descubrirán que solo era el desagüe del retrete.
Pero ¿qué hemos hecho mal? Porque si descartamos la posibilidad de una mutación genética que haya dado como resultado una generación con un porcentaje inusualmente alto de escoria, lo mejor que podemos hacer es pensar en qué nos hemos equivocado para intentar corregirlo si es que aún se puede.
En primer lugar señalaré que hablamos de jóvenes de entre 18 y 24 años, es decir, mayores de edad y por lo tanto responsables de sus actos y de sus decisiones y el siguiente análisis no es ni pretende ser un excusa a la que puedan agarrarse, que es a lo que parece que les hemos acostumbrado, pues esta generación es la generación eternamente excusada.
Y posiblemente éste sea el primero de los errores y uno de los más importantes, no les hemos enseñado que nuestras decisiones tienen consecuencias y que uno debe afrontarlas.
Teniendo en cuenta que los padres de estos jóvenes son adultos que rondan los cincuenta y cinco años, no será difícil deducir que fueron fuertemente influenciados por la transición y el espíritu de mayo del 68, una época profundamente nihilista, una época de negación de todo principio, autoridad y dogma filosófico o religioso.
El nihilismo sólo ha sido una más de las lenguas de fuego que han atravesado la civilización occidental arrasando todo a su paso. Gracias a ella estos padres de cincuenta y tantos años que ahora observan aterrorizados y perplejos a sus hijos, no entienden que al haberlos criado con la absurda intención de convertirse en sus mejores amigos les dejaron huérfanos, no entienden que al renunciar al principio de autoridad que había revestido durante siglos a la figura de los padres habían con ello renunciado de forma irresponsable al cumplimiento de sus obligaciones.
Aquí les dejo una lección magistral del juez de menores Emilio Calatayud.
Decálogo para formar un delincuente por el mismo juez.
Tampoco puede ser casual que estos jóvenes sean las primeras generaciones de adultos educados con la LOGSE que fue aprobada en 1990, hace algunos años ya que venimos recogiendo sus frutos y estos jóvenes son sus víctimas directas. Lógicamente nadie asumirá responsabilidades, no deja de ser curioso que ni siquiera los medios de comunicación más hostiles a la LOGSE la hayan asociado a la aparición de la generación nini, pero el hecho cierto e incuestionable es que en la España de la LOGSE uno de cada tres jóvenes españoles de 18 a 24 años abandona el sistema educativo sin conseguir un título de enseñanza secundaria post-obligatoria. Es decir ¡¡un millón de jóvenes!! Y los otros dos de cada tres que sí terminan la enseñanza secundaria tienen un nivel educativo que los sitúa a la cola del mundo civilizado.
Los responsables del desarrollo y aplicación de la LOGSE no son personas anónimas, son personajes públicos de la vida política española y algún día deberían responder por haber cometido uno de los peores crímenes que alguien puede llevar a cabo contra su propio pueblo, la destrucción de su sistema de enseñanza y en consecuencia la destrucción de su futuro.
Los datos sobre la generación nini se agravan si tenemos en cuenta que España tiene una pirámide de población invertida, el número total de jóvenes ha caído desde los 3,9 a los 3,5 millones en el último lustro. De este modo, España cuenta hoy con 636.000 jóvenes menos que estudian o trabajan respecto a 2005. Es decir, no sólo tenemos más ninis que nunca, es que esta cifra récord de ninis se produce dentro de un conjunto menor de jóvenes.
Pero jóvenes a los que no les gustaba estudiar los ha habido siempre, así como jóvenes que por mil razones que van desde falta de capacidad al exceso de la misma han abandonado sus estudios (un tanto por ciento elevadísimo de los superdotados son fracasos escolares). Pero todos estos jóvenes, o al menos la mayor parte, revertían en el mundo laboral, en el que no pocos resultaban con el tiempo profesionales de éxito a pesar de haber empezado desde abajo, yo personalmente conozco un par de casos cercanos.
Una vez entendido que la situación novedosa a la que nos enfrentamos no es que un elevado número de jóvenes deje los estudios, pues es algo que ha ocurrido siempre, nos encontramos con que el fenómeno verdaderamente nuevo es que esta legión de jóvenes no se incorpora al mundo laboral.
Creo que para explicar lo que está sucediendo debemos empezar recordando algo que, aunque es una obviedad, es imprescindible para entender las dos causas fundamentales que, a mi juicio, hace que estos jóvenes no se incorporen al mundo laboral. Esta obviedad es la siguiente, cuando alguien abandona sus estudios no tiene ni una titulación profesional ni una experiencia que acredite su valía, sólo tiene acceso a los puestos menos cualificados y peor remunerados.
Y es aquí cuando encontramos los dos problemas básicos, por un lado una familia que le ha criado entre algodones, consintiéndole todo tipo de caprichos, sin inculcarle el más mínimo espíritu de sacrificio, esfuerzo o disciplina en la que por si no le hubieran hecho ya bastante daño podemos escuchar frases del tipo:
- mi hijo no se va a poner a...
- hijo tu no tienes necesidad de...
- no te preocupes que ya saldrá algo mejor...
No sé, es posible que estas familias confíen en que el día menos pensado vendrá la NASA a su casa para ofrecerle una plaza de ingeniero a su hijo de 20 años que dejo de estudiar a los 17 y durante los últimos tres solo ha holgazaneado.
Qué lejos han quedado los tiempos en que en el seno de las familias se enseñaba que no había trabajos indignos sino trabajos bien hechos y trabajos mal hechos. No caeré en la cursilada de decir aquello de que el trabajo dignifica, aunque sea más cierto de lo que parece, pero sí diré que un chaval joven que no trabaja, no estudia y cuya familia desliza con frecuencia suficiente dinero en su bolsillo para sus gastos sin enseñarle lo que cuesta ganarlo, es un joven que corre grave riesgo de echarse a perder, y este riesgo se incrementa de forma exponencial con cada año en que esta situación se mantiene.
Por último, sería injusto no reconocer que hay muchos jóvenes que estarían dispuestos a asumir esos trabajos peor remunerados y menos cualificados para comenzar una andadura independiente por la vida, pero aún estos muchachos no lo tienen fácil, porque dichos puestos que tradicionalmente eran la salida laboral para los jóvenes que abandonaban sus estudios están sobresaturados de inmigrantes, de tal forma que el chico de 17 años que deja de estudiar y busca un empleo se ve obligado a competir con centenares de miles de inmigrantes que mayoritariamente pescan en las mismas aguas y que para colmo de males han deteriorado enormemente esta franja de empleo.
No seria justo para con nuestros jóvenes no reconocer que esta feroz competencia nunca la habían encontrado las generaciones pasadas y ciertamente les está restando dramáticamente posibilidades de integración.
Alguien debería recordar a las autoridades que es falso que los inmigrantes ocupen los puestos que los españoles no quieren, y que no todos nuestros jóvenes son ingenieros sobradamente cualificados que dominan tres idiomas por mucho que la publicidad parezca insistir en lo contrario.
La política inmigracionista está golpeando más duramente en aquellos sectores más vulnerables de nuestra sociedad.
Algunos, sospecho que los menos, han conseguido mantener la cabeza fría y desde su exilio forzado escrutan con visión crítica a una sociedad que les ha cerrado las puertas, han sido capaces de mantener su autoestima, conservando y cultivando su integridad intelectual y física, sabedores de que es el único patrimonio inalienable que poseen. Esa capacidad de resistencia es su tabla de salvación en este sistema al que algún día pondrán con sus propias manos el cartel de desalojado por derribo.
Pero la mayoría de estos jóvenes no son así y han encontrado en el botellón y las drogas su principal incentivo, junto con una actitud vital en la que prima un rechazo a cualquier forma de autoridad y la ausencia de códigos éticos o morales... en fin unas joyitas. Cualquier cosa que se interponga entre ellos y su satisfacción inmediata es fascismo y cualquier sacrificio que tengan que hacer es una agresión a sus libertades. La única ley que reconocen es la de satisfacer de forma inmediata cualquiera de sus vivos y pasajeros deseos de algo.
Para ellos, como decía la canción de Joaquín Sabina, "mañana era nunca y nunca llegara pasadomañana". Pero llegará, sin duda llegará mañana y pasado mañana y el día en que alguien encienda las luces y les diga señores la fiesta se ha terminado... mal asunto, porque tras años de deslizarse por lo que ellos pensaron que era un divertido tobogán, al final de la fiesta descubrirán que solo era el desagüe del retrete.
Pero ¿qué hemos hecho mal? Porque si descartamos la posibilidad de una mutación genética que haya dado como resultado una generación con un porcentaje inusualmente alto de escoria, lo mejor que podemos hacer es pensar en qué nos hemos equivocado para intentar corregirlo si es que aún se puede.
En primer lugar señalaré que hablamos de jóvenes de entre 18 y 24 años, es decir, mayores de edad y por lo tanto responsables de sus actos y de sus decisiones y el siguiente análisis no es ni pretende ser un excusa a la que puedan agarrarse, que es a lo que parece que les hemos acostumbrado, pues esta generación es la generación eternamente excusada.
Y posiblemente éste sea el primero de los errores y uno de los más importantes, no les hemos enseñado que nuestras decisiones tienen consecuencias y que uno debe afrontarlas.
Teniendo en cuenta que los padres de estos jóvenes son adultos que rondan los cincuenta y cinco años, no será difícil deducir que fueron fuertemente influenciados por la transición y el espíritu de mayo del 68, una época profundamente nihilista, una época de negación de todo principio, autoridad y dogma filosófico o religioso.
El nihilismo sólo ha sido una más de las lenguas de fuego que han atravesado la civilización occidental arrasando todo a su paso. Gracias a ella estos padres de cincuenta y tantos años que ahora observan aterrorizados y perplejos a sus hijos, no entienden que al haberlos criado con la absurda intención de convertirse en sus mejores amigos les dejaron huérfanos, no entienden que al renunciar al principio de autoridad que había revestido durante siglos a la figura de los padres habían con ello renunciado de forma irresponsable al cumplimiento de sus obligaciones.
Aquí les dejo una lección magistral del juez de menores Emilio Calatayud.
Decálogo para formar un delincuente por el mismo juez.
Tampoco puede ser casual que estos jóvenes sean las primeras generaciones de adultos educados con la LOGSE que fue aprobada en 1990, hace algunos años ya que venimos recogiendo sus frutos y estos jóvenes son sus víctimas directas. Lógicamente nadie asumirá responsabilidades, no deja de ser curioso que ni siquiera los medios de comunicación más hostiles a la LOGSE la hayan asociado a la aparición de la generación nini, pero el hecho cierto e incuestionable es que en la España de la LOGSE uno de cada tres jóvenes españoles de 18 a 24 años abandona el sistema educativo sin conseguir un título de enseñanza secundaria post-obligatoria. Es decir ¡¡un millón de jóvenes!! Y los otros dos de cada tres que sí terminan la enseñanza secundaria tienen un nivel educativo que los sitúa a la cola del mundo civilizado.
Los responsables del desarrollo y aplicación de la LOGSE no son personas anónimas, son personajes públicos de la vida política española y algún día deberían responder por haber cometido uno de los peores crímenes que alguien puede llevar a cabo contra su propio pueblo, la destrucción de su sistema de enseñanza y en consecuencia la destrucción de su futuro.
Los datos sobre la generación nini se agravan si tenemos en cuenta que España tiene una pirámide de población invertida, el número total de jóvenes ha caído desde los 3,9 a los 3,5 millones en el último lustro. De este modo, España cuenta hoy con 636.000 jóvenes menos que estudian o trabajan respecto a 2005. Es decir, no sólo tenemos más ninis que nunca, es que esta cifra récord de ninis se produce dentro de un conjunto menor de jóvenes.
Pero jóvenes a los que no les gustaba estudiar los ha habido siempre, así como jóvenes que por mil razones que van desde falta de capacidad al exceso de la misma han abandonado sus estudios (un tanto por ciento elevadísimo de los superdotados son fracasos escolares). Pero todos estos jóvenes, o al menos la mayor parte, revertían en el mundo laboral, en el que no pocos resultaban con el tiempo profesionales de éxito a pesar de haber empezado desde abajo, yo personalmente conozco un par de casos cercanos.
Una vez entendido que la situación novedosa a la que nos enfrentamos no es que un elevado número de jóvenes deje los estudios, pues es algo que ha ocurrido siempre, nos encontramos con que el fenómeno verdaderamente nuevo es que esta legión de jóvenes no se incorpora al mundo laboral.
Creo que para explicar lo que está sucediendo debemos empezar recordando algo que, aunque es una obviedad, es imprescindible para entender las dos causas fundamentales que, a mi juicio, hace que estos jóvenes no se incorporen al mundo laboral. Esta obviedad es la siguiente, cuando alguien abandona sus estudios no tiene ni una titulación profesional ni una experiencia que acredite su valía, sólo tiene acceso a los puestos menos cualificados y peor remunerados.
Y es aquí cuando encontramos los dos problemas básicos, por un lado una familia que le ha criado entre algodones, consintiéndole todo tipo de caprichos, sin inculcarle el más mínimo espíritu de sacrificio, esfuerzo o disciplina en la que por si no le hubieran hecho ya bastante daño podemos escuchar frases del tipo:
- mi hijo no se va a poner a...
- hijo tu no tienes necesidad de...
- no te preocupes que ya saldrá algo mejor...
No sé, es posible que estas familias confíen en que el día menos pensado vendrá la NASA a su casa para ofrecerle una plaza de ingeniero a su hijo de 20 años que dejo de estudiar a los 17 y durante los últimos tres solo ha holgazaneado.
Qué lejos han quedado los tiempos en que en el seno de las familias se enseñaba que no había trabajos indignos sino trabajos bien hechos y trabajos mal hechos. No caeré en la cursilada de decir aquello de que el trabajo dignifica, aunque sea más cierto de lo que parece, pero sí diré que un chaval joven que no trabaja, no estudia y cuya familia desliza con frecuencia suficiente dinero en su bolsillo para sus gastos sin enseñarle lo que cuesta ganarlo, es un joven que corre grave riesgo de echarse a perder, y este riesgo se incrementa de forma exponencial con cada año en que esta situación se mantiene.
Por último, sería injusto no reconocer que hay muchos jóvenes que estarían dispuestos a asumir esos trabajos peor remunerados y menos cualificados para comenzar una andadura independiente por la vida, pero aún estos muchachos no lo tienen fácil, porque dichos puestos que tradicionalmente eran la salida laboral para los jóvenes que abandonaban sus estudios están sobresaturados de inmigrantes, de tal forma que el chico de 17 años que deja de estudiar y busca un empleo se ve obligado a competir con centenares de miles de inmigrantes que mayoritariamente pescan en las mismas aguas y que para colmo de males han deteriorado enormemente esta franja de empleo.
No seria justo para con nuestros jóvenes no reconocer que esta feroz competencia nunca la habían encontrado las generaciones pasadas y ciertamente les está restando dramáticamente posibilidades de integración.
Alguien debería recordar a las autoridades que es falso que los inmigrantes ocupen los puestos que los españoles no quieren, y que no todos nuestros jóvenes son ingenieros sobradamente cualificados que dominan tres idiomas por mucho que la publicidad parezca insistir en lo contrario.
La política inmigracionista está golpeando más duramente en aquellos sectores más vulnerables de nuestra sociedad.
Como bien demuestra el video, muchos de estos ninis no son tan ninis, me explico, SI QUE TRABAJAN , PERO DE CAMELLOS, asi es como se explica que puedan salir y gastar sin tener ingresos conocidos.
ResponderEliminarDeprimente ver la juventud que tenemos,y yo a 30 años no llego aun...
Pensemos, ¿realmente esta sociedad merece ser salvada?
Los adultos estan podridos, los jovenes igual, DE ESTO no tienen culpa los inmigrantes, y que se aprovechen no esque me parezca bien , pero viendo esta juventud, solo s eme ocurre pensar que merecen lo peor.
Esta juventud es resultado de muchas cosas, pero se resumen en una, LEY DEL MENOR, FALTA DE MANO DURA, Y UNA POBLACION ADULTA QUE NO LE DA NINGUN BUEN EJEMPLO(Y ALGUNA BUENA OSTIA DESDE PEQUEÑOS)
Algunos, sospecho que los menos, han conseguido mantener la cabeza fría y desde su exilio forzado escrutan con visión crítica a una sociedad que les ha cerrado las puertas, han sido capaces de mantener su autoestima, conservando y cultivando su integridad intelectual y física, sabedores de que es el único patrimonio inalienable que poseen. Esa capacidad de resistencia es su tabla de salvación en este sistema al que algún día pondrán con sus propias manos el cartel de desalojado por derribo.
ResponderEliminarNo sospechas mal,por mucho que me pese y me averguenze yo entraria en esa categoria, y encuanto a trabajos no encuentro nada, tengo estudios de FP II en carpinteria realice cursillos de fontaneria y comercial, puede que no estudie en ningun centro o trabaje pero estudio por mi cuenta, ademas recientemente me apunte a un curso de ingles, me cuido en las comidas y realizo ejercicio diariamente no tanto como tendria que realizar pero si lento y sin pausas.
Al menos creo que puedo ser reciclado si las cosas mejorasen.
Hola A.J
ResponderEliminarEfectivamente el problemas de la generación nini no se debe a la inmigración, sino a la confluencia de múltiples factores, tantos que yo los resumiría diciendo que son el resultado de una sociedad decadente.
Planteas una cuestión interesante, ¿merece la pena salvar esta sociedad decadente? Yo creo que no merece ser salvada, creo que ha llegado la hora de ponerse en pie y echar abajo este bodrio construido en las últimas décadas, salvando lo bueno que de nuestra tierra aún queda para construir un futuro digno merecedor de nuestro pasado.
Un saludo
Hola Oberst_Hessler. Nada de avergonzarse, todo lo contrario, tú y los jóvenes que respondéis a ese perfil que he descrito, entre los que afortunadamente se encuentran varios de los habituales de este blog como Daorino, Alan, etc. sois precisamente lo mejor que tenemos, la principal esperanza para nuestro futuro, y en buena medida los responsables de que piense que no todo está perdido y que la lucha no ha hecho más que empezar. Estoy seguro de que algún día os veré orgulloso poner ese cartel de cerrado por derribo a esta sociedad decadente.
ResponderEliminarUna de mis canciones favoritas se titula Tomorro belongs to me (el mañana me pertenece) y creo que será así porque cuando os comparo con toda esa basura que sale en el primer video no tengo dudas de que la victoria es nuestra.
Un saludo
Todos los modelos sociales , civilizaciones o como lo queramos llamar, entran en decadencia, y este modelo tiene los años contados, a partir de alli, el resurgir o la nada(¿extincion?) quien sabe...
ResponderEliminarLa historia es ciclica,esta vez no sera una excepcion... lamentablemente a la gente como nosotros nos ha tocado vivir este decadente momento, pero vamos, que yo siento orgullo de no ser otro borrego mas del rebaño. Oberst, yo tambien encajaria en ese perfil pero con una diferencia, yo soy combativo, es decir, expreso en publico muchas veces mi pensamiento y opinion aun sabiendo que muchas veces es incomprendida.
"En un mundo de mentiras, decir la verdad se convierte en un acto heroico"
(siempre que nos aseguremos de mantener nuestra seguridad e integridad, una cosa es ser valiente y otra imprudente )
Respecto al tema laboral, eso es otro cantar...
España esta hundida, esta arrasada por el neoliberalismo mas brutal, somos uno d e los paises con mayor deuda, tanto publica como privada, hay una economia intervenida pero no para beneficio del pueblo, sino para el de los bancos y oligarquia, donde se estan socializando las perdidas de los que realmente mandan, los bancos, a eso le sumamos la dañina inmigracion consentida y un largo etc.
Ojala algun dia se pueda poner en practica algo parecido a lo que expresa el ensayo contra la usura y la servidumbre del interes del dinero.
Dentro de la decadencia que sufre occidente, España es sin duda uno de los paises donde mas bajo hemos caido, estamos en un lodazal sin parangon.
Pero una cosa esta clara, cada pueblo tiene generalmente lo que se merece, y una gran parte de la sociedad española es semianalfabeta y picara, amante del carpe diem y mañana Dios dira... vamos , el polo opuesto a una sociedad como la japonesa, donde por corrupcion, hay politicos que se han suicidado de la verguenza y humillacion , aqui, la cara como el marmol de Porriño...
Un saludo y ha continuar con la disidencia.
Hombre decir lo que pienso ya lo digo a veces entre conocidos y con confianza y la verdad me han llamado pepero e incluso franquista, lo que demuestra que la gente no tiene npi de politica.
ResponderEliminarEn cuanto que España esta muy jodida y esta convirtiendose en un estercolero, aunque yo diria que Grecia en cuanto a deudas esta peor, obligados a vender varias islas del Egeo. en cuanto a decadencia Holanda es la campeona, burdeles, dogras legalizadas e intentos de aprobar la pedofilia.
"Estoy seguro de que algún día os veré orgulloso poner ese cartel de cerrado por derribo a esta sociedad decadente". Y Winston, yo espero que tú también estés para poner el cartel.
ResponderEliminarHasta pronto. amigo.
Jajaja... cuenta con ello amigo Daorino, ahí estaremos. Un saludo.
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