Los inmigrantes de Salt continúan quemando coches
El municipio de Salt, con el 43% de inmigración, vive desde el viernes una oleada de actos vandálicos que suma ya 12 vehículos quemados (cinco coches y siete motocicletas) y nueve contenedores calcinados.
La quema de contenedores empezó el viernes, en una concentración de entre 40 y 50 jóvenes (la mayoría menores de edad, entre 9 y 14 años), casi todos inmigrantes, en solidaridad con Mohamed Reda Lyamani, que permanece ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital Josep Trueta en estado crítico desde hace más de una semana, con lesiones en la columna y coágulos en la cabeza. Cayó por un patio de luces desde un quinto piso al huir de la policía,
(Extraído de Minuto Digital)
Ya antes de este último brote de violencia, en febrero de 2010, podíamos leer lo siguiente en la página de Democracia Nacional:
Estaba al caer. La revuelta inmigrante ha empezado y ya no parará. Que Salt se haya convertido, de la noche a la mañana, en el municipio español más controlado por la invasión inmigrante... era cosa de meses.
Salt, situado en la provincia de Gerona, es el exponente claro de la amenaza islámica y subsahariana sobre España. La delincuencia de miles de inmigrantes que vagan por las calles sin oficio ni beneficio, ilegales o legales, tiene a los -pocos- vecinos autóctonos que quedan, contra la cuerdas. La mayoría va abandonando un pueblo que, ciertamente, hace años que dejó de ser español. Para rematar el panorama ahí gobierna la extrema izquierda, de la mano de una alcaldesa "progre" del Partido Socialista de Cataluña (PSC), Yolanda Pineda, que no ha dudado ni medio segundo en ponerse de parte, cómo no, de sus supuestos futuros votantes, los inmigrantes. Salt tiene unos 31000 habitantes, y los inmigrantes son ya más del 43%. En algunas barriadas de esta localidad, son el 85%. Una superioridad total, en definitiva. Una bomba atómica en potencia.
Tanto lo es, que ni los Mozos de Escuadra -la policia adicta y fiel al Tripartito- se atreven a tocarles un pelo a los magrebíes y subsaharianos. Los pisos patera infestan Salt, la inseguridad nocturna disuade a cualquier persona sensata a salir a pasear de madrugada, ni que sea a tirar la basura. Los robos violentos han aumentado en un 42% en Salt desde hace un año. Que eso ocurra en otras localidades catalanas tomadas -literalmente- por la inmigración sudamericana, rumana, china o magrebí, es cosa de pocos meses.
Con la crisis empeorando por momentos y un índice de delincuencia inmigrante que está por las nubes, los robos a comercios y a españoles autóctonos son el pan de cada día en Salt. Robos con violencia, tirones de bolsos, ataques en portales y entradas de párkings. Agresiones dentro y fuera de los vehículos. Cuando las asociaciones de vecinos reaccionaron -tarde y mal- y fueron a quejarse al Ayuntamiento, los inmigrantes lo aprovecharon para tomar el control definitivo del espacio público mediante su indiscutible superioridad numérica.
Centenares de jóvenes magrebíes rodearon hace unos días el edificio del Ayuntamiento en actitud amenazante y gritando consignas racistas contra los españoles. Los aglutina una "asociación" islámica llamada Al Hilal, que tiene in mente ser una avanzadilla más del proceso de islamización de Cataluña gracias a la entrega total de la izquierda y a las ayudas del Tripartito. En este sentido, el pleno del Ayuntamiento de Salt hizo hace poco otra concesión entreguista a los musulmanes modificando el plan general de ordenación urbana con la idea de permitir la construcción de más mezquitas en suelo público. Salt es ciudad sin ley.
Cuando algunos valientes vecinos españoles de Salt se atrevieron a enfrentarse a los inmigrantes, éstos no dudaron en agredirles e insultarles. Una simple discusión de tráfico, este pasado viernes, volvió a servirles a excusa perfecta para atacar a un español cerca de un aparcamiento. Le rompieron los cristales de su coche y el hombre acabó con cortes de diversa consideración en las manos.
Paralelamente se puede decir que Cataluña entera está descontrolada. Los inmigrantes atacan ya por doquier a quien quieren y donde quieren. En Barcelona ha causado profunda conmoción el asesinato de un hombre adulto ciego y su anciana madre, de forma brutal, en un bar -el Bar Joan- del Eixample. La banda que debió atacarles es extranjera, presumiblemente. Reventaron las máquinas tragaperras y las de tabaco, había poquísima reaudación en caja, pero sólo por eso ya los asesinaron. Tras unos cuantos días se produjo un tiroteo también en pleno Eixample, esta vez entre la policia y los supuestos culpables, que han logrado escapar. Parece ser que éstos también regentan una red de prostíbulos por los alrededores de esa zona y son o rumanos o sudamericanos. Las prostitutas, cómo no, son chinas.
Completa este aterrador panorama la situación que hay en la localidad barcelonense de Mataró, con barrios enteros que son ya islámicos. Allí están enfrentadas dos corrientes del Islam, la magrebí -más oficial y ortodoxa, sunita- y la subsahariana -más sufí, es decir, supersticiosa y heterodoxa. Ambas reclaman una mezquita más grande para sus fieles y se llevan literalmente a matar. Los vecinos que han de aguantar los rezos de los subsaharianos por la noche, cuando se reúnen a centenares en un local donde apenas caben 70 personas, están desesperados. Además, el enfrentamiento entre musulmanes -que es toda una tradición histórica, no hay que decirlo- les perjudica de lleno. En Mataró no se puede ni vivir.
Este es el panorama que ofrece, a finales de febrero de 2010, Cataluña.
(Extraído de la página oficial de DN)
Los grupos municipales de Salt hacen frente común ante los incidentes
"Los representantes de los diferentes partidos han destacado además la necesidad de desvincular lo que consideran acciones de un grupo de delincuentes del problema de la inmigración."
Los habitantes de Salt o al menos sus representantes electos están empeñados en negar la realidad y hasta que no se vean con las maletas hechas y el colchón enrollado en la vaca del coche, abandonando su tierra como expulsados, no reaccionarán.
No será porque no hayan tenido oportunidades y no será porque no estén sufriendo en sus propias carnes las ventajas de la multiculturalidad.
Pero es que hay gente que hasta que no le quemen la casa con su familia dentro se va a negar a ver la realidad.
Año tras año los habitantes de Salt han seguido votando mayoritariamente a partidos proinmigracionistas. La última vez fue en 2007. Realmente lo siento, sobre todo por los 15 españoles que votaron a Democracia Nacional en esta localidad.
Si en las próximas municipales los habitantes de Salt desaprovechan de nuevo la oportunidad para cambiar las cosas en su municipio (si es que aún están a tiempo de cambiarlas) será mejor que vayan haciendo las maletas porque Salt tiene muchas papeletas de ser uno de los primeros municipios que caiga en manos de la inmigración. Y ellos no serán tan multiculturales como por desgracia para nosotros son algunos españoles.
En distintos artículos en los que he tratado el tema de la inmigración, algunos lectores especialmente del continente americano, me han reprochado mi falta de sensibilidad para con los inmigrantes y me han recordado que también los españoles emigramos en su día.
A estos lectores me gustaría recordarles que en España tenemos ya más de seis millones de inmigrantes legales a los que habría que sumar los nacionalizados y los ilegales. Seguramente en España tenemos cerca de un 20% de población no autóctona.
No hay ningún país del mundo al que los inmigrantes españoles sometieran a una presión demográfica de esta magnitud. Para que nos hagamos una idea es como si a Méjico, país con más de 110 millones de habitantes, hubieran llegado en un espacio de tiempo inferior a diez años 22 millones de españoles, y aún seguirán llegando más.
Estoy seguro de que la reacción de la población de Méjico no habría sido tan comprensiva como lo hemos sido los españoles, además la inmigración que nos está llegando a España tiene un comportamiento que dista muchísimo del que los españoles hemos tenido allí donde hemos emigrado (recientemente Alemania reconocía que de las distintas oleadas de inmigrantes que habían llegado a su país los procedetes de España eran los que mejor y más se habían integrado).
Los españoles hemos demostrado una capacidad de acogida y una tolerancia que no solo va mucho más allá de la demostrada por cualquiera de los países que nos acogieron en su día, sino que va mucho más allá de lo que dicta el sentido común.
Si alguno de los lectores que en alguna ocasión me ha reprochado que los españoles también fuimos inmigrantes conoce alguna localidad de algún lugar del mundo en que los españoles hayamos protagonizado incidentes parecidos a los de Salt, que lo diga ahora o que calle para siempre.
Ya estoy harto de que se nos tache de insolidarios con el cuento de que fuimos inmigrantes cuando la situación que estamos sufriendo está a años luz de cualquier situación que los emigrantes españoles hubieran podido provocar.
Aquí les dejo una muestra más de la "hospitalidad española" en la que podemos ver a un inmigrante y delincuente habitual diciendo "Viva España, que podemos robar cuando queramos y nadie nos mete en la cárcel"
El municipio de Salt, con el 43% de inmigración, vive desde el viernes una oleada de actos vandálicos que suma ya 12 vehículos quemados (cinco coches y siete motocicletas) y nueve contenedores calcinados.
La quema de contenedores empezó el viernes, en una concentración de entre 40 y 50 jóvenes (la mayoría menores de edad, entre 9 y 14 años), casi todos inmigrantes, en solidaridad con Mohamed Reda Lyamani, que permanece ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital Josep Trueta en estado crítico desde hace más de una semana, con lesiones en la columna y coágulos en la cabeza. Cayó por un patio de luces desde un quinto piso al huir de la policía,
(Extraído de Minuto Digital)
Ya antes de este último brote de violencia, en febrero de 2010, podíamos leer lo siguiente en la página de Democracia Nacional:
Estaba al caer. La revuelta inmigrante ha empezado y ya no parará. Que Salt se haya convertido, de la noche a la mañana, en el municipio español más controlado por la invasión inmigrante... era cosa de meses.
Salt, situado en la provincia de Gerona, es el exponente claro de la amenaza islámica y subsahariana sobre España. La delincuencia de miles de inmigrantes que vagan por las calles sin oficio ni beneficio, ilegales o legales, tiene a los -pocos- vecinos autóctonos que quedan, contra la cuerdas. La mayoría va abandonando un pueblo que, ciertamente, hace años que dejó de ser español. Para rematar el panorama ahí gobierna la extrema izquierda, de la mano de una alcaldesa "progre" del Partido Socialista de Cataluña (PSC), Yolanda Pineda, que no ha dudado ni medio segundo en ponerse de parte, cómo no, de sus supuestos futuros votantes, los inmigrantes. Salt tiene unos 31000 habitantes, y los inmigrantes son ya más del 43%. En algunas barriadas de esta localidad, son el 85%. Una superioridad total, en definitiva. Una bomba atómica en potencia.
Tanto lo es, que ni los Mozos de Escuadra -la policia adicta y fiel al Tripartito- se atreven a tocarles un pelo a los magrebíes y subsaharianos. Los pisos patera infestan Salt, la inseguridad nocturna disuade a cualquier persona sensata a salir a pasear de madrugada, ni que sea a tirar la basura. Los robos violentos han aumentado en un 42% en Salt desde hace un año. Que eso ocurra en otras localidades catalanas tomadas -literalmente- por la inmigración sudamericana, rumana, china o magrebí, es cosa de pocos meses.
Con la crisis empeorando por momentos y un índice de delincuencia inmigrante que está por las nubes, los robos a comercios y a españoles autóctonos son el pan de cada día en Salt. Robos con violencia, tirones de bolsos, ataques en portales y entradas de párkings. Agresiones dentro y fuera de los vehículos. Cuando las asociaciones de vecinos reaccionaron -tarde y mal- y fueron a quejarse al Ayuntamiento, los inmigrantes lo aprovecharon para tomar el control definitivo del espacio público mediante su indiscutible superioridad numérica.
Centenares de jóvenes magrebíes rodearon hace unos días el edificio del Ayuntamiento en actitud amenazante y gritando consignas racistas contra los españoles. Los aglutina una "asociación" islámica llamada Al Hilal, que tiene in mente ser una avanzadilla más del proceso de islamización de Cataluña gracias a la entrega total de la izquierda y a las ayudas del Tripartito. En este sentido, el pleno del Ayuntamiento de Salt hizo hace poco otra concesión entreguista a los musulmanes modificando el plan general de ordenación urbana con la idea de permitir la construcción de más mezquitas en suelo público. Salt es ciudad sin ley.
Cuando algunos valientes vecinos españoles de Salt se atrevieron a enfrentarse a los inmigrantes, éstos no dudaron en agredirles e insultarles. Una simple discusión de tráfico, este pasado viernes, volvió a servirles a excusa perfecta para atacar a un español cerca de un aparcamiento. Le rompieron los cristales de su coche y el hombre acabó con cortes de diversa consideración en las manos.
Paralelamente se puede decir que Cataluña entera está descontrolada. Los inmigrantes atacan ya por doquier a quien quieren y donde quieren. En Barcelona ha causado profunda conmoción el asesinato de un hombre adulto ciego y su anciana madre, de forma brutal, en un bar -el Bar Joan- del Eixample. La banda que debió atacarles es extranjera, presumiblemente. Reventaron las máquinas tragaperras y las de tabaco, había poquísima reaudación en caja, pero sólo por eso ya los asesinaron. Tras unos cuantos días se produjo un tiroteo también en pleno Eixample, esta vez entre la policia y los supuestos culpables, que han logrado escapar. Parece ser que éstos también regentan una red de prostíbulos por los alrededores de esa zona y son o rumanos o sudamericanos. Las prostitutas, cómo no, son chinas.
Completa este aterrador panorama la situación que hay en la localidad barcelonense de Mataró, con barrios enteros que son ya islámicos. Allí están enfrentadas dos corrientes del Islam, la magrebí -más oficial y ortodoxa, sunita- y la subsahariana -más sufí, es decir, supersticiosa y heterodoxa. Ambas reclaman una mezquita más grande para sus fieles y se llevan literalmente a matar. Los vecinos que han de aguantar los rezos de los subsaharianos por la noche, cuando se reúnen a centenares en un local donde apenas caben 70 personas, están desesperados. Además, el enfrentamiento entre musulmanes -que es toda una tradición histórica, no hay que decirlo- les perjudica de lleno. En Mataró no se puede ni vivir.
Este es el panorama que ofrece, a finales de febrero de 2010, Cataluña.
(Extraído de la página oficial de DN)
Los grupos municipales de Salt hacen frente común ante los incidentes
"Los representantes de los diferentes partidos han destacado además la necesidad de desvincular lo que consideran acciones de un grupo de delincuentes del problema de la inmigración."
Los habitantes de Salt o al menos sus representantes electos están empeñados en negar la realidad y hasta que no se vean con las maletas hechas y el colchón enrollado en la vaca del coche, abandonando su tierra como expulsados, no reaccionarán.
No será porque no hayan tenido oportunidades y no será porque no estén sufriendo en sus propias carnes las ventajas de la multiculturalidad.
Pero es que hay gente que hasta que no le quemen la casa con su familia dentro se va a negar a ver la realidad.
Año tras año los habitantes de Salt han seguido votando mayoritariamente a partidos proinmigracionistas. La última vez fue en 2007. Realmente lo siento, sobre todo por los 15 españoles que votaron a Democracia Nacional en esta localidad.
Si en las próximas municipales los habitantes de Salt desaprovechan de nuevo la oportunidad para cambiar las cosas en su municipio (si es que aún están a tiempo de cambiarlas) será mejor que vayan haciendo las maletas porque Salt tiene muchas papeletas de ser uno de los primeros municipios que caiga en manos de la inmigración. Y ellos no serán tan multiculturales como por desgracia para nosotros son algunos españoles.
En distintos artículos en los que he tratado el tema de la inmigración, algunos lectores especialmente del continente americano, me han reprochado mi falta de sensibilidad para con los inmigrantes y me han recordado que también los españoles emigramos en su día.
A estos lectores me gustaría recordarles que en España tenemos ya más de seis millones de inmigrantes legales a los que habría que sumar los nacionalizados y los ilegales. Seguramente en España tenemos cerca de un 20% de población no autóctona.
No hay ningún país del mundo al que los inmigrantes españoles sometieran a una presión demográfica de esta magnitud. Para que nos hagamos una idea es como si a Méjico, país con más de 110 millones de habitantes, hubieran llegado en un espacio de tiempo inferior a diez años 22 millones de españoles, y aún seguirán llegando más.
Estoy seguro de que la reacción de la población de Méjico no habría sido tan comprensiva como lo hemos sido los españoles, además la inmigración que nos está llegando a España tiene un comportamiento que dista muchísimo del que los españoles hemos tenido allí donde hemos emigrado (recientemente Alemania reconocía que de las distintas oleadas de inmigrantes que habían llegado a su país los procedetes de España eran los que mejor y más se habían integrado).
Los españoles hemos demostrado una capacidad de acogida y una tolerancia que no solo va mucho más allá de la demostrada por cualquiera de los países que nos acogieron en su día, sino que va mucho más allá de lo que dicta el sentido común.
Si alguno de los lectores que en alguna ocasión me ha reprochado que los españoles también fuimos inmigrantes conoce alguna localidad de algún lugar del mundo en que los españoles hayamos protagonizado incidentes parecidos a los de Salt, que lo diga ahora o que calle para siempre.
Ya estoy harto de que se nos tache de insolidarios con el cuento de que fuimos inmigrantes cuando la situación que estamos sufriendo está a años luz de cualquier situación que los emigrantes españoles hubieran podido provocar.
Aquí les dejo una muestra más de la "hospitalidad española" en la que podemos ver a un inmigrante y delincuente habitual diciendo "Viva España, que podemos robar cuando queramos y nadie nos mete en la cárcel"
Lo siento, pero es justo que Cataluña en particular y España en general, pagen las consecuencias por sus irresponsables e ingenuos discursos a favor de la inmigración masiva y descontrolada.
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