Los lectores habituales de este blog conocen bien la debilidad que siento por Juan Pablo Vitali como escritor. No sé si es tan conocido que además tengo el orgullo de ser premiado con su amistad. Aunque no es frecuente publicar una carta, en esta ocasión por el indiscutible interés de las opiniones en ella vertidas, y por descontado con la aprobación del remitente, me gustaría compartir con ustedes su contenido.
Muchas gracias, amigo Juan Pablo.
Estimado amigo:
Veo que las cosas van mal en la madre patria. España también se ha convertido en un páramo espiritual. Ahora que he estado allí lo he comprobado dolorosamente. De todos modos Europa está esperando, la que nos une, la que perdura, la nuestra. La que sobrevive al asedio en cada callejón antiguo, en su belleza increíble. Todavía sueño con las calles de Toledo.
He leído con atención tu artículo sobre Alphonse de Chateaubriand.
Cuando se es capaz de comprender la importancia de ciertos escritores, se es capaz también de comprender la realidad política. Los ingleses que dominaron la política del mundo no necesitaban ideólogos, tenían escritores. Todavía hoy podemos tener el placer de leer a Kipling, a Conrad, a Lawrence, para darnos cuenta que la sutileza política viene de la cultura. Cuando la argentina fue grande surgieron hombres como Lugones, Borges o Mujica Lainez. Pero eso fue hace tiempo. Podríamos remontarnos con interminables ejemplos a Grecia y Roma, a las epopeyas hindúes o las sagas germánicas, a los bardos celtas y así seguir y detenernos en la historia literaria de España. Los escritores han marcado siempre los niveles de sutileza de un pueblo. Hoy vemos que aún los disidentes, naufragan en las aguas de una formación ideológica y una cultura superficiales, muy al uso de lo mismo que dicen combatir. Y la cuestión es que las luchas las ganan los sutiles, los que comprenden la complejidad de la acción más allá de la valentía del empeño.
Por eso debo agradecerte tu interés por los escritores, que representan lo más elevado y sutil de nuestra resistencia. Y me excluyo a mí mismo, porque mi obra no amerita que pueda considerárseme un escritor. Quizá algún día. Lo que más duele, es ver el ostracismo de los escritores respecto de aquellos que los consideran propios. Nuestra gente en general no lee mucho que digamos. Nuestra conducta deja luego mucho que desear.
Antes de enviarte estas palabras, reproduzco el título de una breve información leída hoy en un diario de Buenos Aires: “Francia retira al escritor Louis Ferdinand Céline de la sección de celebraciones nacionales de 2011” “Se canceló el homenaje que se le iba a hacer al escritor con motivo del cincuenta aniversario de su muerte”. Era de esperar.
Un abrazo
Tu amigo
Juan Pablo Vitali
Muchas gracias, amigo Juan Pablo.
Debes sentirte afortunado de que te escriba Vitali. Yo le pude conocer en las Jornadas de la Disidencia, incluso hablar durante largo rato, y me causó muy buena impresión.
ResponderEliminarHasta pronto, Winston.
Un saludo para Juan Pablo Vitali al que procuro seguir en sus escritos.
ResponderEliminarHemos llegado a un punto en el que si no piensas exactamente como ellos eres un "ultraderechista", "fascista", "homófobo" y un largo etc...
ResponderEliminarEsta demagogia nos lleva al problema de fondo de nuestra sociedad, Ministros y Alcaldes analfabetos, Concejales corruptos que pretenden dar lecciones a los ciudadanos, demagogia en el lenguaje anulando el masculino genérico (médico, médica por ejemplo).
Por todo esto y por más me declaro "ULTRADERECHISTA EMPEDERNIDO" y quiero defender mi libertad de pensamiento y mis objeciones a la corrección política que nos hunde cada vez más.
Salu2.