Un hombre siembra el pánico al apuñalar a una decena de personas: el agresor saca un cuchillo en un supermercado y empieza a apuñalar a la gente. A continuación sale a la calle y hace lo mismo con las personas con las que se cruza.
No, no se trata de un remake de Viernes 13, son los sucesos acaecidos el 23 de febrero en Sant Antoni, Ibiza.
Sólo tres días después, el pasado viernes 26 de febrero, otro hombre ha herido gravemente a una enfermera y a dos empleadas de un centro de salud en Fuenlabrada. El hombre entró rápidamente ¡con un hacha! y atacó al personal sanitario y administrativo del ambulatorio.
Ambos sucesos han sido protagonizados por dos ciudadanos de origen marroquí y en ambos casos las víctimas eran españolas. Sólo es una muestra de la multiculturalidad a la que nuestros gobernantes nos empujan y que, para colmo, pretenden que disfrutemos gozosos.
Hechos mucho menos graves van acompañados habitualmente de protestas de todo tipo por la sociedad civil. Un joyero es herido en un atraco, pues se organiza una protesta del gremio de joyeros. Un taxista sufre un ataque, pues protesta el gremio de taxistas. Por no hablar de las protestas derivadas del ataque sufrido por una mujer a manos de su marido.
Todo esto está muy bien, pero ¿quién protesta cuando ciudadanos normales y corrientes son brutalmente atacados a machetazos o a hachazos? ¿Quién protesta cuando el atacante es un ciudadano extranjero? Porque seamos sinceros, la violencia desatada contra los españoles en su propia tierra empieza a ser dramática.
Yo les diré quién protesta. Los únicos que después de una semana como ésta se fueron frente al ambulatorio donde tres mujeres resultaron gravemente heridas a hachazos han sido las juventudes de Democracia Nacional, DNJ.
Nada habría ocurrido si el atacante fuera el marido de una de ellas y los manifestantes pertenecieran a alguna asociación de mujeres, o en cualquier otro caso. Pero no, claro, en esta ocasión eran unos patriotas con la absurda idea de no querer permanecer impasibles viendo cómo la violencia ejercida por musulmanes se ceba en sus compatriotas con una frecuencia insultante, frecuencia de la que da testimonio fehaciente el porcentaje de extranjeros encerrados en prisiones españolas por delitos violentos.
Y sí, pasaron cosas. Pasó que al sistema algo así le parece intolerable. Pasó que las huestes del sistema se presentaron en el lugar de la protesta. Imagínense lo importante y urgente que debió de parecerles que por un rato dejaron de perseguir a los ciudadanos para multarles y decidieron acosar a un grupo de jóvenes que sólo ejercían su derecho a expresar su repulsa y condena por lo ocurrido.
Pasó que, para vergüenza de todos, estos agentes de policía actuaron contra los jóvenes de DNJ por haber violado una zona ZCPX (Zona de Control Policial por Xenofobia), expresión usada por los propios agentes.
Acostúmbrense al nombre. Puede que, de momento, no pongan carteles a la entrada de estas zonas, pero existen y cada vez son más frecuentes. La policía del régimen ejerce un control exhaustivo sobre aquellas zonas en las que hay que preservar el mito multicultural a cualquier precio.
Cinco agentes de la policía vestidos de paisano se presentaron en el lugar de la pacífica y cívica protesta, a los que inmediatamente se sumaron ¡cuatro coches más de policía!
Los participantes en la misma fueron identificados y cacheados en plena calle como si de vulgares delincuentes se tratara, se les registraron los vehículos particulares y a pesar de ser abiertamente ilegal se les requisó material de propaganda propiedad de Democracia Nacional que se encontraba en los maleteros, material que no estaba siendo usado, material que por otro lado es absolutamente legal.
La situación alcanzó la cima del absurdo y la injusticia cuando ante la curiosidad despertada por tan espectacular despliegue policial se prohibió a los diez militantes de DNJ encabezados por su presidente Pedro Chaparro hablar con las personas que se acercaban a preguntar qué ocurría.
Lástima que estos agentes no muestren el mismo celo a la hora de hacer cumplir las leyes de inmigración que podrían haber evitado muchos de los violentos acontecimientos con los que honrados españoles se enfrentan cada día.
Lástima que sus responsables políticos identifiquen como un peligro a los jóvenes de Democracia Nacional y no a los pandilleros latinoamericanos que en algunas regiones son considerados asociaciones de interés cultural.
Lástima que pongan mas interés en un grupo de jóvenes patriotas que en las mezquitas donde se enseña a odiar a Occidente.
Lástima de pueblo español que elección tras elección sigue sentando a los responsables de esto en sus cargos oficiales.
No hables, no protestes, no pienses. El sistema ya lo hace por ti y ha decidido que la multiculturalidad es buena. Si no estás de acuerdo incurres en un delito de librepensamiento.
No, no se trata de un remake de Viernes 13, son los sucesos acaecidos el 23 de febrero en Sant Antoni, Ibiza.
Sólo tres días después, el pasado viernes 26 de febrero, otro hombre ha herido gravemente a una enfermera y a dos empleadas de un centro de salud en Fuenlabrada. El hombre entró rápidamente ¡con un hacha! y atacó al personal sanitario y administrativo del ambulatorio.
Ambos sucesos han sido protagonizados por dos ciudadanos de origen marroquí y en ambos casos las víctimas eran españolas. Sólo es una muestra de la multiculturalidad a la que nuestros gobernantes nos empujan y que, para colmo, pretenden que disfrutemos gozosos.
Hechos mucho menos graves van acompañados habitualmente de protestas de todo tipo por la sociedad civil. Un joyero es herido en un atraco, pues se organiza una protesta del gremio de joyeros. Un taxista sufre un ataque, pues protesta el gremio de taxistas. Por no hablar de las protestas derivadas del ataque sufrido por una mujer a manos de su marido.
Todo esto está muy bien, pero ¿quién protesta cuando ciudadanos normales y corrientes son brutalmente atacados a machetazos o a hachazos? ¿Quién protesta cuando el atacante es un ciudadano extranjero? Porque seamos sinceros, la violencia desatada contra los españoles en su propia tierra empieza a ser dramática.
Yo les diré quién protesta. Los únicos que después de una semana como ésta se fueron frente al ambulatorio donde tres mujeres resultaron gravemente heridas a hachazos han sido las juventudes de Democracia Nacional, DNJ.
Nada habría ocurrido si el atacante fuera el marido de una de ellas y los manifestantes pertenecieran a alguna asociación de mujeres, o en cualquier otro caso. Pero no, claro, en esta ocasión eran unos patriotas con la absurda idea de no querer permanecer impasibles viendo cómo la violencia ejercida por musulmanes se ceba en sus compatriotas con una frecuencia insultante, frecuencia de la que da testimonio fehaciente el porcentaje de extranjeros encerrados en prisiones españolas por delitos violentos.
Y sí, pasaron cosas. Pasó que al sistema algo así le parece intolerable. Pasó que las huestes del sistema se presentaron en el lugar de la protesta. Imagínense lo importante y urgente que debió de parecerles que por un rato dejaron de perseguir a los ciudadanos para multarles y decidieron acosar a un grupo de jóvenes que sólo ejercían su derecho a expresar su repulsa y condena por lo ocurrido.
Pasó que, para vergüenza de todos, estos agentes de policía actuaron contra los jóvenes de DNJ por haber violado una zona ZCPX (Zona de Control Policial por Xenofobia), expresión usada por los propios agentes.
Acostúmbrense al nombre. Puede que, de momento, no pongan carteles a la entrada de estas zonas, pero existen y cada vez son más frecuentes. La policía del régimen ejerce un control exhaustivo sobre aquellas zonas en las que hay que preservar el mito multicultural a cualquier precio.
Cinco agentes de la policía vestidos de paisano se presentaron en el lugar de la pacífica y cívica protesta, a los que inmediatamente se sumaron ¡cuatro coches más de policía!
Los participantes en la misma fueron identificados y cacheados en plena calle como si de vulgares delincuentes se tratara, se les registraron los vehículos particulares y a pesar de ser abiertamente ilegal se les requisó material de propaganda propiedad de Democracia Nacional que se encontraba en los maleteros, material que no estaba siendo usado, material que por otro lado es absolutamente legal.
La situación alcanzó la cima del absurdo y la injusticia cuando ante la curiosidad despertada por tan espectacular despliegue policial se prohibió a los diez militantes de DNJ encabezados por su presidente Pedro Chaparro hablar con las personas que se acercaban a preguntar qué ocurría.
Lástima que estos agentes no muestren el mismo celo a la hora de hacer cumplir las leyes de inmigración que podrían haber evitado muchos de los violentos acontecimientos con los que honrados españoles se enfrentan cada día.
Lástima que sus responsables políticos identifiquen como un peligro a los jóvenes de Democracia Nacional y no a los pandilleros latinoamericanos que en algunas regiones son considerados asociaciones de interés cultural.
Lástima que pongan mas interés en un grupo de jóvenes patriotas que en las mezquitas donde se enseña a odiar a Occidente.
Lástima de pueblo español que elección tras elección sigue sentando a los responsables de esto en sus cargos oficiales.
Militantes de DN en campaña en el Ambulatorio El Naranjo de Fuenlabrada.
Enseñan la denuncia con la que les obsequió la policía en la que puede leerse como motivo de la identificación "Zona sometida a control policial".
Enseñan la denuncia con la que les obsequió la policía en la que puede leerse como motivo de la identificación "Zona sometida a control policial".
No hables, no protestes, no pienses. El sistema ya lo hace por ti y ha decidido que la multiculturalidad es buena. Si no estás de acuerdo incurres en un delito de librepensamiento.
A la masa borrega se ve que le da igual que tengamos menos derechos que los inmigrantes, y que nosotros seamos los esclavos y ellos los Dioses del panteón zapateriano.
ResponderEliminarDudo que la gente abra los ojos y se de cuenta de la Dictadura de la Corrección Política, como prefacio al Gobierno Mundial, en la cual vivimos.
Ojalá tengamos más mártires como Timothy McVeigh que hagan frente al sistema, porque desde luego todo está totalmente perdido.
La verdad que es increible la falta de casta del pueblo llano, ignorante y putrido(los poderes han logrado tener una masa ideal a sus interes)
ResponderEliminarYo aunque tengo ideas que varian entre el falangismo y lo nacional revolucionario, votare DN.
¿Y si alguien desde un punto distante hubiera gravado en video la actuación de la policía a estos jóvenes patriotas?
ResponderEliminarPosiblemente hoy sería más fácil defenderse.
Moraleja, antes de manifestarse o realizar algún acto en la vía pública gravarlo en video.
Saludos, Feliz y revolucionario 2011.
¡¡Por España!! ¡¡Franco. J. Antonio. Presentes!!
"No hables, no protestes, no pienses. El sistema ya lo hace por ti y ha decidido que la multiculturalidad es buena. Si no estás de acuerdo incurres en un delito de librepensamiento."
ResponderEliminarMuy cierto. El libro de Orwell, 1984, cada día se impone más en la realidad.
Nosotros, disidentes, incurramos en delito, seamos alegremente delincuentes, jejeje...
Saludos a todos, especialmente a ti, Winston.
Un abrazo.
Jajajaja... me ha gustado lo de alegremente delincuentes, pero sí, qué demonios, tienes razón, aquellos que confiamos en que puede existir un futuro mejor debemos afontarlo con alegría y escapar del desánimo y del derrotismo.
ResponderEliminarAJ mucho me temo que esa falta de casta a la que aludes no es un problema nuevo. Recientemente oí una frase que me pareció reveladora: "La historia de la humanidad es la historia de un 5% de hombres buenos enfrentados a un 10% de hombres malos, frente a una masa de espectadores inertes que espera a ver quien es el vencedor para seguirle... ". No necesitamos vencer al 95% solo a ese 10% de hombres malos, si lo logramos el resto nos seguirá con la misma fe con la que ahora sigen al sistema.
PD: Gracias por apoyarnos AJ, intentaremos no defraudarte.
Eso último que has dicho Winston es sencillamente certero y brutal, precisamente estos dias tenia pensamientos en esa linea...
ResponderEliminarY es que la gran mayoria de las personas no tienen una opinión razonada y propia (sea esta la que sea) sobre casi ningun tema. Son buenos (quizas) especialistas en su trabajo, saben todo y mas sobre un tema muy concreto pero no tienen ni idea sobre el resto del "universo", ni les preocupa, y mas cuando la mayoria viven en un estado de relativa bonanza económica y acceso a comodidades y algunso lujetes.
La llamada opinión pública no es mas que una serie de profecias mediáticas autocumplidas. Por ejemplo, hace unos años a nadie le preocupaba el tema de los malos tratos en algunos hogares. Los medios empezaron a bombardear por saturación con cientos de casos de violencia doméstica (después renombrada "machista" o "de género") y a "crear opinion". Tiempo después la "encuestologia" oficial constataba que la Violencia Doméstica era una de las principales preocupaciones de los españoles y se impuso la ignominiosa agenda feminista ¡Por que la propia gente lo pedia!. Profecia Autocumplida, el arte de la manipulación. Lo mismo ha sucedido en otras ocasiones con otros temas, como los ataques perrunos, el bullyng, y el terrorismo etarra (eterna cortina de humo).Recuerdo el final de los años 90s que desayunabas con ETA-Pais Vasco y cenabas con PNV-Kaleborroca y no se hablaba en todo el dia de otra cosa (Y la inmigración comenzando a entrar a mansalva)
El poder blando es el Poder con mayusculas, la mayoria de la gente ira en la dirección que sople el viento ¡sea esta cual sea!. La mayoria de los españoles de los años 60 no eran franquistas... pero tampoco antifranquistas.
Los mismos que hoy "no se oponen" a los dogmas multiculis y callan ante la omertá de la correción politica, pueden ser perfectamente los mismos -y serán- que "no se opongan" a una nación sumergida en un nacionalismo fuerte, endofilo, altivo e identitario.
Si por fuerza tienen que ser tratados "como ganado" en algun sentido por que no tienen bastante voluntad para interesarse por investigar, mejor que sea en su provecho -autonservación, orgullo- que no en su ruina -mestizaje, desaparición-.
¡Saludos!