Corsario era el nombre que se concedía a los navegantes que en virtud del permiso concedido por un gobierno en una carta de marca o patente de corso, atacaban los navíos enemigos de dichos gobiernos.
En nuestros días los gobiernos como el del señor Zapatero reparten licencias de televisión para que auténticos corsarios de las ondas como el Gran Wyoming, Buenafuente etc. disparen andanadas envenenadas a los flancos de todo enemigo potencial o real del partido en el gobierno.
Confeccionan auténticos telediarios, pues en sus programas se repasa la actualidad y las noticias del día, y usando el humor como coartada no se sienten en la necesidad de tener siquiera cierta apariencia de imparcialidad, porque el humor en España lo justifica todo. El humor les permite a estos corsarios insultar a placer, montar videos calumniosos y/u ofensivos, pero claro ¡es una broma! Da igual insultar al Papa, que gritar "¡¡Se vaya a la mierda la puta España!!" como hizo Rubianes ante la sonrisa sincera y divertida de Buenafuente.
¡Y no protestes! Toma ejemplo del político de turno, normalmente de la oposición, aguantando las majaderías e impertinencias de un aprendiz de periodismo empeñado en insultarle y dejarle en ridículo, eso sí “en tono de broma”, mientras es entrevistado a la entrada o salida de algún acto oficial, y hala, todos a poner cara de memos y a aguantar el chaparrón que en España no hay peor defecto que no saber aguantar una broma.
Pues bien señor Wyoming, lo que usted llama bromas son mera manipulación, y su supuesta profesionalidad es indiscutible, pero no como presentador sino como mamporrero de un gobierno que, a falta de argumentos, recurre a profesionales de la broma fácil y soez para descalificar a cualquiera que le incomode.
Vaya también desde aquí mi gratitud por su indispensable colaboración con estos programas a los líderes de la oposición por pensar que sus electores (por favor, no me cuenten entre ellos) prefieren políticos capaces de aguantar bufonadas e insultos, siempre que sean en tono de broma y con buen talante, a políticos que sepan hacer valer la dignidad que debería acompañar a un representante electo, porque aunque no se lo crean, mientras estén en posesión del cargo para el que fueron elegidos, cada vez que les escupen a la cara alguna broma y encima sonríen como imbéciles, es a los ciudadanos a los que representan los que son escupidos.
Por otra parte no deja de sorprender lo fina y sensible que tiene la piel el señor Wyoming, que después de años de insultar a placer y sin cuartel, a la primera crítica que recibe hace una rueda de prensa y dice sentirse una víctima. Por un momento me sentí indignado, ¡ja, una de las personas que más ha manipulado e insultado en la historia de la televisión hace una rueda de prensa porque se siente una víctima ante una critica! Pero luego comprendí y me calmé, al fin y al cabo se trata del Gran Wyoming, el nunca suficientemente ponderado Gran Wyoming. Si te llama asesino no hay que darle importancia, es una broma, y si dice sentirse acosado pues tampoco, ¡seguro que solo es otra broma de este incorregible granuja!
Espero no haber ofendido a nadie con mis palabras que, al fin y al cabo, sólo son una broma.
En nuestros días los gobiernos como el del señor Zapatero reparten licencias de televisión para que auténticos corsarios de las ondas como el Gran Wyoming, Buenafuente etc. disparen andanadas envenenadas a los flancos de todo enemigo potencial o real del partido en el gobierno.
Confeccionan auténticos telediarios, pues en sus programas se repasa la actualidad y las noticias del día, y usando el humor como coartada no se sienten en la necesidad de tener siquiera cierta apariencia de imparcialidad, porque el humor en España lo justifica todo. El humor les permite a estos corsarios insultar a placer, montar videos calumniosos y/u ofensivos, pero claro ¡es una broma! Da igual insultar al Papa, que gritar "¡¡Se vaya a la mierda la puta España!!" como hizo Rubianes ante la sonrisa sincera y divertida de Buenafuente.
¡Y no protestes! Toma ejemplo del político de turno, normalmente de la oposición, aguantando las majaderías e impertinencias de un aprendiz de periodismo empeñado en insultarle y dejarle en ridículo, eso sí “en tono de broma”, mientras es entrevistado a la entrada o salida de algún acto oficial, y hala, todos a poner cara de memos y a aguantar el chaparrón que en España no hay peor defecto que no saber aguantar una broma.
Pues bien señor Wyoming, lo que usted llama bromas son mera manipulación, y su supuesta profesionalidad es indiscutible, pero no como presentador sino como mamporrero de un gobierno que, a falta de argumentos, recurre a profesionales de la broma fácil y soez para descalificar a cualquiera que le incomode.
Vaya también desde aquí mi gratitud por su indispensable colaboración con estos programas a los líderes de la oposición por pensar que sus electores (por favor, no me cuenten entre ellos) prefieren políticos capaces de aguantar bufonadas e insultos, siempre que sean en tono de broma y con buen talante, a políticos que sepan hacer valer la dignidad que debería acompañar a un representante electo, porque aunque no se lo crean, mientras estén en posesión del cargo para el que fueron elegidos, cada vez que les escupen a la cara alguna broma y encima sonríen como imbéciles, es a los ciudadanos a los que representan los que son escupidos.
Por otra parte no deja de sorprender lo fina y sensible que tiene la piel el señor Wyoming, que después de años de insultar a placer y sin cuartel, a la primera crítica que recibe hace una rueda de prensa y dice sentirse una víctima. Por un momento me sentí indignado, ¡ja, una de las personas que más ha manipulado e insultado en la historia de la televisión hace una rueda de prensa porque se siente una víctima ante una critica! Pero luego comprendí y me calmé, al fin y al cabo se trata del Gran Wyoming, el nunca suficientemente ponderado Gran Wyoming. Si te llama asesino no hay que darle importancia, es una broma, y si dice sentirse acosado pues tampoco, ¡seguro que solo es otra broma de este incorregible granuja!
Espero no haber ofendido a nadie con mis palabras que, al fin y al cabo, sólo son una broma.
Verdades como puños en el texto, y no es una broma.
ResponderEliminarBuen blog, me gusta mucho la línea en general de los artículos...
Saludos.
Muchas gracias Urban, como siempre es un placer tenerte por aquí. Respecto a este granuja victimista de Wyoming y otros de su calaña, creo que ya es hora de explicarle a la gente que el humor nunca puede ser la coartada de la manipulación informativa y el insulto soez y gratuito.
ResponderEliminarUn saludo
Hay en el humor, para poder llamarlo así, una condición indispensable: que el objeto de la broma pueda reírse también. Para eso hay que tener gracia a un lado y deportividad al otro. El Gran Wyoming no tiene gracia cuando da ni deportividad cuando recibe.
ResponderEliminarEl día que ví la broma de la becaria comprendí que El Gran Wyoming no tiene gracia sino mala leche y decidí que no volvería a perder mi tiempo viendo su programa.
Hola Fuego negro. Excelente observación con la que coincido totalmente.
ResponderEliminarUn saludo
Puedo coincidir en que GW no es un tipo en el que confiar, pero creo que se dramatiza demasiado cuando se le da mas importancia al tema de lo que realmente merece.
ResponderEliminarCasos peores que el de GW lo tenemos a diario en los informativos formales que se dan en varias cadenas (sumisas a la C.A.M.,a la Fundacion Montañas Nevadas, o al FN, .. ) y nadie dice nada al respecto (y esas si nos cuestan dinero al contribuyente), El Caso de la sexta se cura dejando de ver la tele (incluido el futbol y la F1), pero lo de Telemadrid no tiene solucion, mas que seguir aguantando el victimismo (parece igual que el de los forofos del Barca) y la mala fe de su informacion - ver los periodistas independientes que han ido saliendo de TM, la actuacion con los sindicatos - . En fin, lo doy por bueno como parte de lo que desde que era niño veia. EXISTEN DOS ESPAÑAS Y ADEMAS SON IRRECONCILIABLES.