lunes, 2 de noviembre de 2009

¿Quién nos ha robado la cartera?


Sí, esa es la pregunta, quién nos ha robado la cartera, porque sin duda nos la han robado.

Contaré mi experiencia personal que, seguramente, no tiene especial trascendencia pero que sospecho no es única y que, en cierta medida, puede servir para exponer e ilustrar lo que creo que ha ocurrido en el mercado laboral español.

Me incorporé al mundo laboral en 1.993, uno de esos momentos en que el paro, bajo un gobierno del PSOE, alcanzaba cifras históricas; cuando acudías a una entrevista de trabajo el empresario de turno te ofrecía un contrato basura y unas condiciones leoninas, y ante la más mínima objeción te decía que en la sala de espera tenía a diez personas que venían a por el mismo puesto, y que si no te interesaban las condiciones a otro le interesaría. Y lo cierto es que tenía razón, y uno, más o menos indignado, entendía que dicho empresario tenía todos los ases en la manga y lógicamente jugaba la partida en su propio beneficio. Bueno, no es que un servidor se encontrara feliz con la situación, pero entendía que los empresarios defendieran sus intereses, al fin y al cabo es su derecho y si me apuran su obligación.

Entonces ocurrió algo, la situación económica cambió, el paro empezó a disminuir y los trabajadores empezamos a ser un bien escaso, una parte del patrimonio de la empresa que había que cuidar, porque reponerlo no era sencillo, y el empresario empezaba, en determinados sectores, a plantearse el mejorar sensiblemente las condiciones de trabajo de sus trabajadores, no por bondad, sino para fidelizar a dichos empleados e incluso llegado el caso, fichar personal de la competencia.

Por fin parecía llegado el momento. Después de la travesía por el desierto los ases estaban en manos de los trabajadores y podríamos jugar nuestras cartas. Bonanza económica y en consecuencia unos empresarios con recursos económicos abundantes y escasez de trabajadores: el resultado parecía obvio y prometedor.

Pero nada de esto ocurrió, ante nuestra perplejidad y todo hay que decirlo, falta de capacidad de reacción, los sindicatos españoles se plantaron tras una pancarta en que ponía “PAPELES PARA TODOS” y el Gobierno, aplaudido y jaleado por la progresía, abrió las puertas a la entrada masiva de trabajadores extranjeros; de esta forma los trabajadores españoles veíamos cómo nuestro momento se esfumaba, no sólo los años de bonanza no trajeron la mejora del mercado laboral, en algunos sectores, no pocos, se dio un claro retroceso. ¿Cuántos de nosotros no hemos conocido a algún profesional de la hostelería, por ejemplo, que nos dice “hace diez años ganaba más”?.

Puede que no sirva de nada pero deseo identificar a los culpables y señalarlos. En toda esta tragicomedia hay cuatro actores principales:

Los empresarios que se limitaron a jugar sus cartas en su propio beneficio. No aplaudo su actuación, pero puedo entenderla.

El Gobierno que desatendió su obligación de mirar por el interés de los españoles, haciendo que los trabajadores quedáramos al margen de la bonanza económica y que ésta sólo fuera disfrutada por la casta empresarial sin importarle que para conseguirlo tuviera que abrir las puertas a millones de extranjeros (con las tensiones y consecuencias al margen del terreno laboral que todos conocemos).

Los sindicatos, sin duda los peor parados de éste somero análisis. Los empresarios defendieron sus intereses, el Estado dejó de ser un árbitro que conciliara los intereses de los trabajadores y de los empresarios, pero los sindicatos, sencillamente, traicionaron a aquellos que debían defender. Personalmente no pienso olvidar que los principales sindicatos españoles fueron los defensores a pié de calle del “PAPELES PARA TODOS”, traicionando a los trabajadores.

Por último quedamos los trabajadores, nuestra pasividad y falta de capacidad de reacción nos han convertido en víctimas propiciatorias acudiendo al matadero como auténticos corderos, invitados de piedra en un festín en el que todo nos estaba vedado salvo pagar cuenta.

Ahora la crisis ha regresado, y a diferencia de la anterior nos encontramos con que tenemos que competir con millones de extranjeros por los escasos puestos de trabajo existentes en unas condiciones lamentables, porque ellos están dispuestos a renunciar alegremente a derechos que a los trabajadores españoles nos ha costado siglos de lucha conseguir.

PD: Las ilustraciones de esta entrada han sido realizadas por joe2005, un auténtico e imaginativo artista en el tratamiento de imágenes y participante habitual del foro de Democracia Nacional.

1 comentario:

  1. Y ahora el españoñolito votará al menos malo de los dos, es decir que votará a PP Partido Payudar.
    Ya no hay preocupación por la política ni atracción por nuevos postulados, los dos partidos en cuestión nos dirán que son menos malos que el contrario y la mayoría a tragar.
    Ahora cabe preguntarse de quién o quienes son la culpa, de los nuevos y pequeños partidos (creo que bastante al no saber convencer) ya que con los ideales hoy por hoy no se crece ya que hay que echar el resto, o como es mí opinión de que nos da igual todo mientras una parte tengamos para tomar una caña y ver la basura de la Tv y la otra parte siga haciendo el Piji-progre.
    Salu2.

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